“…Somos los únicos que tenemos más por inútil que por tranquila a la persona que no participa en las tareas de la comunidad. Somos nosotros mismos los que deliberamos y decidimos conforme a derecho sobre la cosa pública, pues no creemos que lo que perjudica a la acción sea el debate, sino precisamente el no dejarse instruir por la discusión antes de llevar a cabo lo que hay que hacer.” Loor a los muertos, Pericles.
Nuestra historia política reciente está poblada de casos que ligan el poder político con supuestos crímenes, de aquel que asoló en los tiempos del pacto, donde aún no existía la figura del feminicidio y de acuerdo a las actuales declaraciones del fiscal de estado: “Me acuerdo del caso del escribano Alejandrino Maidana, el padre del que en esos momentos era el fiscal de Estado, Víctor Hugo Maidana. Era una figura clave del poder político de entonces (era vicepresidente del otrora poderoso Partido Autonomista). Estaba acusado del asesinato de una mujer, y al cabo de la investigación yo lo encontré culpable. Pero… finalmente fue absuelto” hasta el más reciente, que nos recuerda, por claras motivaciones políticas, un matutino propiedad de un ex gobernante, del Joven comunicador-empresario hallado suicidado, y mediante su cadáver, develado el aún no resuelto, a nivel normativo tema de la pauta publicitaria oficial o de su distribución, nuestra provincia cree encontrar en ceremonias luctuosas el desahogo mítico de sus complejidades.
La novela crea un mundo al estilo de Huxley en “Un mundo feliz” en donde el desarrollo evolutivo del hombre, mediante la técnica, dispuso un ordenamiento racional e hiperlógico de aspectos tan nimios (nombres de calles, de estaciones del año, números para indicar a los habitantes, etc) como los más abstractos (este mundo-sistema se propone el totalitarismo de un supuesto paraíso terrenal) en donde a lo que se da muerte, o mejor dicho se pretende, es acabar con la incertidumbre natural del hombre, mediante el pensamiento especulativo o la duda existencial.
Aquí se desarrolla la trama, en donde por intermedio del protagonista, la novela nos lleva a recorrer, como el hombre hubo de llegar a esta instancia, para finalmente culminar con un final inesperado que mantiene al lector expectante y con la sensación de estar instruyéndose siempre mediante la pluma de este autor que apuesta a lo “intelectual” como posibilidad o invitación a la reflexión casi sin darnos cuenta, o de forma empática o entretenida.
“…Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión.” Preámbulo, Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Escuchamos, leemos y presenciamos, atónitos, como nuestros dirigentes políticos se acusan, se señalan, se agravian y se insultan, evadiendo de tal manera los propinadores del escarnio, el poder brindar a la comunidad toda una síntesis de que harán en el caso de que arriben al poder. Analizamos el porqué de la prevalencia del insulto sobre el debate, la descalificación sobre el cruce de propuestas, la soberbia de la ignorancia por sobre la humildad de la razón que arrecia en nuestra dirigencia vernácula.
Siempre habrá una elección donde se pongan en juegos aspectos que no están ni en la consideración pública, ni en su conocimiento (casi todos los candidatos a concejales de la ciudad capital de Corrientes, confiesan que sus electores no saben que votan a concejales o que función tienen estos) la mayoría de los actos eleccionarios, poseen esta metaforización de lo real, esta trasvaloración o subversión del orden conceptual de lo democrático, para decirlo en buen romance, aquella frase en los ochenta, que sintetizaba un comicio, como “La fiesta de la democracia”, paso a ser las exequias de la verdad ciudadana.
La superior fuerza del espíritu griego depende de su profunda raíz en la vida de la comunidad. Los ideales que se manifiestan en sus obras surgieron del espíritu creador de aquellos hombres profundamente informados por la vida sobreindividual de la comunidad. El hombre, cuya imagen se revela en las obras de los grandes griegos, es el hombre político. Paideia: los ideales de la cultura griega, Libro I. Werner Wilhelm Jaeger.
Uno de las pocas conclusiones objetivas que se pueden extraer a partir de las próximas elecciones presidenciales, es que el apellido Kirchner no estará en el sillón de Rivadavia. Suponiendo, es decir a partir de esta premisa verdadera, que entre tantas cosas, esta perspectiva política, entronizo un concepto del poder, que abrevo en las consideraciones filosóficas de autores como Laclau y Mouffe (quiénes para una definición sucinta, entienden el fenómeno político-democrático de acuerdo a la siguiente cita: “En lugar de intentar hacer desaparecer las huellas del poder y la exclusión, la política democrática requiere ponerlas en primer plano, para hacerlas visibles, de modo que puedan entrar en el terreno de la controversia.” Mouffe, En torno a lo político) y que bien podría interpretarse, en su desarrollo práctico (alejándose de esta manera de su plataforma Peronista, que como filosofía política, no concibe el ejercicio política sin pretender o detentar el poder real) como el exacerbar la controversia, la condición agonal, cediendo de un modo elegante, el poder fáctico, al espacio, que de acuerdo al imaginario se concibe como el más claro ámbito de oposición. Para ponerlo en una frase, nada significaría un mayor poder, conceptual, agonal y coherente con el relato que han construido, para el propio Kirchnerismo, que ser bajado al llano de la oposición de un gobierno que se asiente en el sillón de Rivadavia, blandiendo todas las banderas que estarían en sus antípodas.
Probablemente todas las conflictividades que acarrea nuestra democracia actual, tengan que ver con ese receptáculo, llamado urna (no casualmente así también se llama donde se depositan las cenizas de los muertos), antes de madera, de un tiempo a esta parte de cartón, que en una de sus caras, ofrece una ranura que devorará el sobre, en donde emitimos, en verdad cedemos, nuestros derechos políticos, ratificándolo todo, tras el simple hecho de elegir una papeleta o boleta con nombres estampados. ¿Cómo no podría ser este el único o el principal inconveniente, sí acaso las drogas de diseño, las que no son construidas por laboratorios, van en aumento exponencial, dado que creemos que la felicidad, está en un pastilla, en un botón me gusta de una red social, en apretar el control remoto que nos inyecte a la caja boba?.
Tal como dice la ranchera, o el principio del abc de la política, no es importante llegar primero, sino lo importante es saber llegar (recordar la frase fetiche del gobernador en relación a la elección provincial, no es una carrera de velocidad sino de resistencia) y eso es lo que se está definiendo de acá hasta el domingo electoral, pese al festival de visitantes, de fotos, de gacetillas, que inundan las redacciones, de todos y cada uno de nuestros dirigentes locales, abrazados por sus respectivos presidenciales, a quiénes les arrancan u obtienen, promesas de diversas formas y color.
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