Crítica a Joker 2 Folie à Deux sin spoilers.

Uno de los mayores cambios es la transformación de la película en un musical, un giro inesperado que, en lugar de enriquecer la narrativa, parece un adorno que no encaja con el tono sombrío del primer film. Las secuencias musicales, aunque están magníficamente coreografiadas y visualmente impresionantes, gracias en gran parte a la presencia de Lady Gaga, parecen fuera de lugar. Es como si el hecho de llamar a la película Joker forzara la inclusión de Harley Quinn, interpretada por Gaga, y que la trama tuviera que amoldarse a la necesidad de justificar su presencia en este universo. Aunque Gaga realiza un gran trabajo interpretando a una versión de Harley Quinn, el guión falla en capturar la esencia del personaje tal como lo conocemos en los cómics, lo que deja a su Harley como una figura desconectada de sus raíces originales.

Phillips demuestra que nunca estuvo completamente cómodo con este nuevo enfoque. Las escenas de Fleck, ahora Joker, se sienten recicladas y carentes de la carga dramática que sostuvo a la primera entrega. El arco del personaje no avanza significativamente, y el musical, lejos de aportar frescura, genera una desconexión con el tono psicológico que había construido la película original.

El punto alto, es el final, que logra sorprender a pesar de la sensación general de desorientación en la dirección. Sin entrar en detalles, el cierre ofrece una pequeña chispa de ingenio, pero esto también deja al descubierto la incomodidad del director con el material, como si nunca hubiera encontrado un camino claro para esta segunda entrega.

En resumen, Joker 2 Folie à Deux resulta innecesaria dentro de la narrativa de Arthur Fleck. La primera película tiene un fundamento sólido que no necesitaba una continuación, y esta secuela no hace más que confirmar esa sensación. Para aquellos que estén interesados en ver el desenlace de Fleck, puede ser recomendable, pero quienes observaron la crudeza y la coherencia del primer film encontrarán que esta segunda parte se desvía de manera innecesaria y no logra justificar su creación.