7 de abril de 2022

Un libro que debería prohibirse.

La forma más efectiva en la que actúa el poder es cuando menos sentimos su actuación. En tiempos donde las libertades estarían garantizadas por ley y por una cultura democrática que la permite y la promociona, no sólo que hemos terminado encerrados por meses ante el temor a la muerte, sino que hemos dejado de leer palabras hiladas que nos signifiquen algo más allá de la propia autosatisfacción "cutre" y egoísta, la masturbación intelectual de ratificar los fantasmas que nos construímos para que la vida nos resulte sostenible. Aquí mismo es donde aparece Óscar, con su libro "El beso de la finitud", una suerte de retahíla de ideas en recomposición, de intentos por seducir al suicida que abandone la idea de hacer lo correcto. Entre tanto sentido común que disloca el autor, asumiendo su rol de filósofo, el psicoanálisis, del que niega o reniega le diría que allí donde exhibe la evidencia es precisamente donde se quiere ocultar.

En sus tantas referencias a lo actual y podríamos decir a lo masivo o popular, Óscar nos habla de aquella trilogía que escondía a la humanidad del "desierto de lo real" detrás de  configuraciones escenográficas e impostadas, pero creíbles al punto de ser agradables y asequibles para ese humano que en tal trampa dejaba de ser tal. Arremetiendo con intensidad el autor discierne lo que siente, cómo lo que piensa, entre lo más respetable o deseable para la habitabilidad de una finitud de la que descree mediante un eros al que perpetúa, en la alegoría de un beso inacabado. Sí Paul Ricouer viviera diría seguramente que Óscar es el cuarto maestro de la sospecha. Claro que como tal a nuestro autor le importa muy poco serlo y en tal desfachatez deja expuesta su obvia sensibilidad de izquierdas, sus imaginables excesos para serlo y parecerlo como la mujer del César y por sobre todo, su franqueza y sinceridad, el trato directo que propone al lector para enrostrarle la conjetura imposible de que la filosofía es soportable y que pese a ella le podemos encontrar color y sabor a la vida misma. La orgásmica sensación que produce leerlo a Òscar, no ocluye ni impide sin embargo, el poder leerlo por fuera de la enjundia irreverente de la que no renuncia. Sí tuviésemos una sociedad con la posibilidad de despertar del letargo a la que la condenaron, el "Beso de la finitud" debiera sin dudas estar prohibida, porque invita al pensamiento, porque incita, porque excita. Pero no ocurre tal cosa dado que en la agonía del profundo sueño, en el que nos encontramos postrados, un libro como el de Óscar nos posibilita al menos que tan aciago descenso a lo onírico no sea siempre bajo la luz de espantosas pesadillas. 
Libro: "El beso de la finitud". Ensayos de filosofancia en defensa del mundo. Autor: Óscar Sánchez Vadillo.Editorial: Kiros.Año: 2022.

Por Francisco Tomás González Cabañas. 


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