Narcotráfico non grato.
El uso de una manifestación de esta naturaleza, pese a carecer de implicancia real alguna, en el ámbito político, no hace más que encender las señales de alarma, anta el fanatismo exacerbado que de modo alguno debiera nublar la razón de hombres y mujeres pertenecientes al sistema democrático.
Ante la llegada de la ex Ministra de Seguridad, Dra. Patricia Bullrich a la ciudad de Corrientes, para la presentación de su libro “Guerra sin cuartel”, una facción que incluyó a legisladores provinciales, nacionales, intendentes, concejales y dirigentes gremiales y sociales, hicieron circular una “declaración de persona non grata” agregándole al documento de espíritu antidemocrático y anticonstitucional (pretendiendo desde lo simbólico un ejercicio de censura previa y penalidad sin juicio previo) una serie de consignas que intentaron camuflar de argucias, bajo el principio publicitario que se le atribuye a Goebbels del “miente, miente que algo quedará”.
De tal gravedad y magnitud es la manifestación, que lo más deseable sería que la mayoría de los firmantes, reconociese que en verdad no estaban comprendiendo cabalmente a lo que se prestaron en tal oportunidad. Usando, cómo si fuese poco la memoria de los caídos en Malvinas, el pretendido documento, que no es más que una afrenta a la democracia y a los ciudadanos que integramos la misma, desnuda la falta de interés de los y las firmantes por el estrago que generó y genera el narcotráfico en nuestra realidad vernácula.
De esto versa, en parte, el libro de la Dra. Bullrich, que cómo toda obra escrita debiera ser bienvenida en cualquier aldea que se pretenda de democrática. Y para quiénes, pudieron escapar a la propuesta fascista librada, contra la presidente de un partido político (pilares fundamentales del sistema democrático como lo determina la Constitución) y tuvieron la posibilidad de escucharla, habrán podido sacar alguna conclusión con respecto a la connivencia entre ciertos dirigentes políticos y otrora altos funcionarios de un juzgado federal, que como bien estableció la autora, no tiene que ver con la responsabilidad de una sola expresión partidaria, dado que en su tarea al frente del ministerio, desmanteló diversas connivencias de narcotraficantes, disfrazados de políticos en frentes o partidos varios. El haber destrabado este vínculo, posibilitando que la justicia actuara, permitió que podamos recuperar a Itatí como nuestra capital espiritual y librarla de la resignificación, bajo relato narcotizado que iba camino a convertirla en la capital del narcotráfico.
Éste es el ejercicio que le corresponde a los funcionarios públicos, a los representantes y a los dirigentes que se auto-perciben con responsabilidades importantes, el brindar explicaciones, respuestas, tras sesudos diagnósticos, y proyectos para mitigar o contrarrestar uno de los dramas sociales más terribles de un tiempo a esta parte para nuestra sociedad toda.
La declamatoria, bajo formas que pretenden revalidar un uso de las palabras condicionadas por una violencia intrínseca, no hace más que invitarnos a una belicosidad, como toda innecesaria, antidemocrática y que excluye a la política como dimensión en donde el hablar y el escuchar se torna una dinámica imprescindible y grata.
Los escarceos de los tiempos electoralistas, las afecciones al humor que la larga cuarentena y la lenta vacunación, puedan generar en unos u otros, no debiera hacernos caer en prácticas y comportamientos que nos conduzcan a los tiempos donde las urnas estaban bien guardadas o postergadas.
Peronismo Republicano Corrientes.
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