16 de abril de 2021

El Hodierno en Redes

Por Jaime Martínez Aguilar

Jaime Mtz Aguilar es licenciado en Lengua y literaturas Hispánicas por la Facultad de Filosofía y Letras UNAM. Tiene estudios de Filosofía e Historia del Arte. Ha publicado en diferentes revistas de divulgación literaria en donde sobre salen: Blanco Móvil, Nocturnario, Los Bastardos de la Uva, Revista Generación entre otras. Cuenta con el poemario “El Reflejo” y es parte de diferentes antologías en distintas editoriales dedicadas a difundir la poesía mexicana en el extranjero. Actualmente es columnista de la Revista literaria Anestesia; Editor de la Revista de Arte Boticario, coordinador de entrevistas en el Museo del Escritor CDMX y director de la Galería RAB63.

En las redes sociales existe un nuevo cupido arrojado al cortejo. Éste, va de perfil a perfil sin mostrar la cara, solitario y misterioso. Un hodierno que persigue también el comentario certero en un sin número de interacciones entre la red de amigos virtuales. En nuestros días el nuevo Eros siempre huye y se esconde en sus distintas formas; jamás se acaba su figura sin rostro, pues lo encontraras alabando una imagen tuya a través de un comentario o un emoticono. Un exégeta y depredador del comentario. ¿De qué huye?, ¿por qué no se muestra?

Este cazador de perfiles y comentarios se escapa sigilosamente con el mismo movimiento con el que llegó. Este nuevo personaje se involucra en las pláticas y deja registro de su voyerismo, de su perversión anónima, es un reflejo de sí mismo al leer en silencio lo que escribe. Hecho a semejanza de nuestra manera de ver el mundo, necesitado en reconocerse en el otro cuando escribe el comentario, en otra autoconciencia. Este exegeta se involucra en las pláticas y deja registro de su voyerismo, de su perversión anónima, cómo el reflejo de sí mismo al leer en silencio lo que escribe. Se despliega en potencia por la necesidad de opinar: reprocha, amenaza, muestra resentimiento, rencor o nostalgia; reconoce la imposibilidad de su propia traición y se perdona, injuria y después agradece. Lacan distinguió la diferencia entre enunciado y enunciación con la interpretación de la poética: sobre el plano del enunciado está la enunciación que corre paralelo al enunciado sin que el sujeto lo sepa. Al tratar de descubrir la enunciación del enunciado (véase Lacan seminario VII) pone atención de los dichos que desde el significante recaen o salen a flote sobre el analizante. Es decir, se advierte una verdad manifestada poéticamente (véase Rosario Herrea) en lo que escribe de significante, transformándose en un discurso que emana desde el deseo. ¿Se podrá reducir el discurso a la comprensión del significado escrito? ¿El sujeto escribe en redes algo diferente de lo que cree decir? En el comentario en redes sociales: ¿se esconde una poética a través de una enunciación?, ¿sale posteriormente el verdadero discurso a expensas del reconocimiento del otro?

 

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Autor: Ale Rambar   Título: Lloro   Técnica: Capas papel. Tipografías humanas   Año: 2020, Costa Rica

 

En la actualidad los comentarios en redes se han vuelto discursos de lo único y lo verdadera, tal vez la misma historia de la filosofía y la literatura lo aprueban. Entonces: ¿Quién reconoce el discurso registrado en redes como verdadero? Hoy en día es más difícil saberlo pues raya entre lo verdadero o falso y la mayoría lo utiliza como persuasión de su conveniencia, y hacen que la mayoría lo interpreten como más le convenga dependiendo el contexto.  Hay que taparse la cara como Sócrates (véase Fredon de Platón) y esconderse en nuestro propio discurso para opinar y esperar la inspiración para que salga el real y genuino discurso. La espera sería para nosotros mismos pues la mayoría que escribimos o comentamos en redes sociales lo plagamos de verdades a medias y nunca mostramos nuestros verdaderos rostros.


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