24 de octubre de 2020

REFLEXIÓN A PARTIR DE LA RESEÑA DE ANA LACALLE, por LUIS ROCA JUSMET

Lo primero que quiero decir es que Ana Lacalle es una buena lectura. Es atenta, paciente, rigurosa y crítica. Sabe escuchar lo que dice el texto sin perder la distancia crítica y por ello consigue un diálogo fructífero con el autor del texto.

A Ana Lacalle se le plantean dos dudas importantes. La primera hace referencia a mi manera de entender la ética, la moral y la política y la relación entre ellas. La segunda a mi afirmación de que la filosofía no es una forma de vida.

 Lo primero que quiero decir es que Ana Lacalle es una buena lectura. Es atenta, paciente, rigurosa y crítica. Sabe escuchar lo que dice el texto sin perder la distancia crítica y por ello consigue un diálogo fructífero con el autor del texto.

 A Ana Lacalle se le plantean dos dudas importantes. La primera hace referencia a mi manera de entender la ética, la moral y la política y la relación entre ellas. La segunda a mi afirmación de que la filosofía no es una forma de vida.

 Respecto al primer punto intentaré precisar y aclarar mi posición. Para mí la ética como arte de vida hace referencia al proyecto singular de cada cual. Es cada uno el que debe elegir su proyecto vital y ser coherente con él. Luego está la dimensión universal de la ética, a la que he llamado moral. Se basa en el reconocimiento de los otros sujetos como merecedores de respeto y de dignidad y por tanto con el mismo derecho a hacer su proyecto ético. Respecto a la política lo que establezco es, como en los casos anteriores, una propuesta normativa y no descriptiva. No digo lo que es la política sino lo que pienso que debería ser. La política debe ser el gobierno que garantice los derechos civiles y económicos de todos. Es decir, la garantía de una sociedad justa, que para mí quiere decir garantizar al máximo la igualdad de derechos y oportunidades.

 Respecto a mi afirmación de que la filosofía no es una forma de vida lo que quiero decir es que la filosofía es un deseo de verdad que nos lleva a una serie de prácticas de pensar, leer y escribir. Esto forma parte de nuestra vida, lo podemos considerar ejercicios espirituales en el sentido de Pierre Hadot. Pero el autoexamen, la escritura de sí, la atención son una serie de prácticas que no son en sí filosóficas. Foucault, en su último curso, habla de cuatro posibles maneras de entender al filósofo : como especialista, como profeta, como sabio o como crítico. Hadot lo entiende como sabio. Foucault, y yo mismo, como crítico. Esto no quiere decir que haya un corte entre teoría y práctica, lo que quiere decir el que la lucidez filosófica te ayuda a problematizar y a abrir horizontes pero no te dice loq eu debes hacer.

 Reflexiones rápidas a través de las cuales invito a Ana Lacalle a continuar el diálogo. 


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