12 de abril de 2020

Conformar un comité de crisis provincial.

A diferencia de Nación, Corrientes no conformó un comité de especialistas y de representantes institucionales y de fuerzas vivas, que monitoreen el desarrollo de la pandemia en una de las provincias más pobres de uno de los países más postergados del continente. Al parecer no contamos con epidemiólogos o infectólogos, en el caso de que contemos con ellos, no han sido aún convocados. Sí lo fueron representantes de diversos partidos políticos, pero para realizar una suerte de vídeo motivacional, cómo el que se les pide en países del primer mundo a los futbolistas, actores y personalidades famosas. Sería más que importante, que esta buena idea a nivel general y la excelente respuesta y predisposición de los participantes, no ventee al éter como una suerte de fuga de intencionalidad, como el gas metano expulsado por los vacunos en la lontananza. Las autoridades políticas participantes, son de envergadura (en sus roles) y deben comportarse como tales, no solamente prestarse, por más que sea por una buena causa, a una filmación que transmita buena onda o vibra para ser replicada por redes sociales.

La constitución de un comité de crisis, que supervise, que comunique y que en todo caso, sugiera las decisiones al gobernador, se torna cada vez más necesario e imprescindible. Seguramente no faltará el lugarteniente de turno (sí esos que son elegidos y premiados con jugosos sueldos, por ser familiares, amigos o dirigentes, es decir traficantes de votos o de expectativas, cazadores de pobres en un amplio y desesperante coto) que dirá, para qué sería necesario un comité de crisis, de expertos, existiendo uno en Nación. Bueno, en verdad no habría que contestar, brutezas semejantes, pero como abundan, terminan siendo norma. 

La última imposición o disposición gubernamental, en relación, al uso obligatorio de barbijos o cubrebocas, se realizó bajo esta metodología de decidir, casi por intuición, o por la consulta con otros pares gobernadores (por ejemplo, el de Jujuy), pero nada que pueda brindar mayor legitimidad, política, médica y racional, que le garantice al gobernador y a sus gobernados, de que vamos por el camino correcto. 

Este comité de crisis, además de galenos especializados y notables (¿acaso no los hay y no abundan en nuestro terruño?) podría nutrirse de ex gobernadores, por ejemplo el actual senador y autoridad del principal partido político de la provincia, de opositores, que estén más allá del video motivacional, y de hombres y mujeres que piensen algo más allá de la lógica policial en la que se plantean los controles más estrictos de la cuarentena (caso barrio San Marcos).

Este comité debiera estar integrado por un puñado de intendentes, dado que siempre se los utilizaba en tiempos de pre-pandemia, para mostrarlos gatillados por fotos de prensa oficial, recibiendo en sus pueblos o ciudades, 14 bolsas de cemento y 4 bordeadoras para césped, a cambio de la obediencia político partidaria, con la excusa oficial siempre a tiro, sí de verdad se distribuyeran los recursos con un criterio institucional y político, en este comité no sólo se adelantarían recursos para comprar paracetamol o alcohol en gel a discrecionalidad.

El comité podría estar integrado por otro puñado de concejales, como de representantes de cámaras empresariales o de comercio, antes que estos repliquen tonta o vanamente expresiones simpáticas de deseo, se podrían arremangar para ser parte de la solución y no del problema o del asunto. 

Pensar, debiera empezar a ser valorado en el ámbito político, al punto de que al ritmo que vamos, tal vez sea prudente que ninguna persona perciba por parte del estado provincial más de mil dólares de sueldo, dado que la cuestión económica podría ser un elemento conducente a la cesación de pagos general, que nos haga volver a los tiempos de los bonos. A ningún empleado del estado jerarquizado le serviría cobrar doscientos mil pesos de sueldo y la mitad de ellos en bonos provinciales, en un contexto en donde no se puede hacer mucho más que comprar alimentos en una contingencia como las que nos somete la presente pandemia. 

 

De todas maneras, serían elementos a evaluar por ese comité de crisis que no existe en la provincia, que lo deja al gobernador de todos los correntinos, acompañado por los caza votos de siempre y que lo expone a tener que contestar, como lo hizo, en forma altanera, dando por cierta aquel apotegma de que en el país de los ciegos el tuerto es rey, “el virus no se contagia por televisión”.  

 


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