Libro mata aislamiento y aburrimiento. Mejora la salud y evita colapso virtual.
Cada uno de los gobierno provinciales, organizados por el gobierno nacional y con la adhesión de los diversos municipios, mediante los operativos diseñados para entregar alimentos o para realizar operativos sanitarios (de vacunación contra la gripe o fumigación para prevenir dengue) entregará en cada casa o unidad familiar un libro (preferentemente de un autor del lugar o cercano, para propiciar una continuidad en el posible vínculo) del que la familia receptora se comprometerá al término de un mes, de subir a una página web o aplicación oficial una síntesis, comentario del mismo, de al menos 1000 palabras, para que finalmente esto se traduzca en otro libro para la familia “lectora” más una compensación que podrá ser de índole material, sea elementos de limpieza, productos alimenticios o lo que cada municipio defina previamente, a los efectos de promover y hacer presente de esta manera el estado en el aliento de la formación cultural de la ciudadanía.
Dejamos en claro que esta propuesta, que la desarrollamos pensando en todos y cada uno de los países que proponen el confinamiento o la cuarentena de su población, no sólo que en términos prácticos o de aplicación, sólo insumiría el imprimir mayor cantidad de libros o a lo sumo distribuir los existentes, generando para ello una participación activa de los intelectuales (los libros podrían incluir las producciones de pintores o fotógrafos) que tendrán que anotarse en una plataforma para ceder una o las obras que consideren sus derechos de autor para que se lleven a cabo las impresiones especiales, sino que además conllevaría una cantidad inusitada de beneficios para los lectores y la comunidad toda.
No sólo que evitaría la mayor densidad de conexión a internet, también colaboraría con el desafío educativo que tendrá el mundo post-pandemia, desde la eventual crisis del concepto de aula como eje central (las aglomeraciones serán un aspecto a evitar de aquí en adelante) pasando por la lectura y comprensión de textos como perspectiva nodal no sólo de la educación sino de la comunicación del hombre (que mejor material educativo para muchas materias que un alumno lea un libro y brinde una síntesis del mismo).
El libro, así como antes de la pandemia, era considerado un objeto inútil o decorativo, debe ser deconstruído o transformado en un talismán, que nos posibilite el tomar contacto con los aspectos nodales de la humanidad, como los que nos desafían e interpelan en tiempos aciagos. Con el libro podemos comunicarnos con nuestros antepasados, seguir conectados, sin necesidad de nada artificial con el presente y proyectar un futuro que podamos soñarlo incluso, colectivamente, más equitativo y promisorio.
Finalmente el libro, como elemento o dispositivo, es precisamente la partícula infinitesimal o el quantum en donde reside el punto cero de lo comunitario y lo democrático.
Propuesta completa y dispositivos de prueba a cargo del Centro de estudios Desiderio Sosa. Francisco Tomás González Cabañas.
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