13 de noviembre de 2019

Ni Patricia ni Rubén, la banca sería para Esteche Vivona.

Tal como todo lo que ocurre en el peronismo correntino, las prendas las sueltan los radicales u oficialistas encaramados en el poder provincial hace décadas. No fue suficiente que el grupo de intendentes del “Norte grande” se sacaran la foto con Gustavo Canteros, a pedir de la operación implementada por Ricardo Colombi tras la derrota de Macri, sino que el propio senador, a cargo del poder político (mientras el gobernador pasea por Europa) lanzo lo más lógico que podría hacer el llamado “peronismo correntino”. El tema es que, no se trata de que se hace o se deja de hacer, sino en que momento y bajo que determinación. Nuevamente Colombi, alecciona a la clase política, y por ello, a la ciudadanía toda, a quiénes nos tiene, debajo de su alpargata.

La liga de intendentes del norte grande, es un grupo de jefes comunales de pueblos de baja densidad poblacional, que se dicen peronistas, por más que alguno tenga más de burrero que de político, y que al compás del “cualquiercosismo” en el que cayó el sistema tal como lo conocemos, se alquilan en las reuniones, a tiro de fondos u obras que le puedan sacar a un gobernador, ministro o incluso, a algún intermediador que haciendo gala de su condición de diputado provincial mandato cumplido, les prometa hacer una pirámide egipcia en esos destinos en donde el sol fatiga las calles sin asfaltar. Cumplieron el rito, a pedido de Ricardo Colombi, quién rápido de reflejos en la cueva de gorila (así se llama el quincho) de su periodista preferido, salió a instalar la bomba de humo, de que Gustavo Canteros, es el hombre de Alberto Fernández en Corrientes, fueron sin chistar ni mediar tiempo alguno, a sacarse la foto que los desnuda, en su condición de “alquilables”, algo tan respetable, como quién, tanto hombre o mujer, alquila por un lapso de tiempo, su cuerpo y fluidos para a cambio de dinero, satisfacer física o sexualmente a otro.

No conforme con este paso en firme de la operación de Ricardo, aprovechando el paseo del gobernador por el viejo continente (le quedaba más cerca Santo Tomé, para preguntarle al ex Jefe comunal Farizano que fue a Finlandia invitado por las pasteras en su momento interesadas en la madera correntina) se adueño de la agenda del peronismo local.

En verdad Ricardo lo tiene alquilado al peronismo correntino, alquilado para burlarlo y someterlo al menoscabo de la sociedad toda.

La disputa de la banca se basa sobre el supuesto de una renuncia que todavía no ocurrió (la de Sand), tras la polémica (que jamás debió ser tal) por la paridad de género que en la provincia no se respeta, siquiera en el tercio del cupo consagrado hace años, lo mejor que puede suceder para el peronismo, es que no renuncie quién iba a renunciar. De esta manera, la banca nacional, quedaría para otra mujer, cercana a Fabián Ríos, que a diferencia del otro ex candidato a gobernador por el peronismo, al menos no se movió de lugar político a nivel nacional.

El problema sigue siendo Ricardo, para el peronismo y para los que en la provincia deseen otro modelo u otra manera de administrar la cosa pública. 

Metido nuevamente en los asuntos internos de otros partidos, como de política internacional, lo mejor que podría hacer, pero que nunca hará y de allí que sea su presencia una perturbación institucional, es que deje a la justicia actuar de un modo que no sea tan deliberadamente afín a sus intereses, dicho de otro modo, no resulta extraño que de acuerdo a sus afirmaciones públicas, lo que más le preocupó de los 12 años de Kirchnerismo es que se intentó intervenir el poder judicial correntino. “Al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios” Ricardo lo sabe mejor que nadie, sería mejor que cambie de “César” o de lo contrario, probablemente, su fantasma más temido, como profecía autocumplida se cumpla y en el poder judicial, no quede nadie, que le deba nada más que el saludo. Esto sin duda, sería el fin de Ricardo y probablemete de Eco. 

 

 


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