Presentación de “tendencia electoral” de la elección a Intendente de Resistencia.
Adscribimos por esta razón y hacemos nuestras las palabras, del ensayista Francisco Tomás González Cabañas:
A diferencia del concepto, la cifra es indiscutible, inescrutable, inexpugnable, inapelable, incuestionable y podríamos arriesgar, inhumana. En verdad es producto de lo humano, una suerte de reverberación, de herramienta o instrumental, que terminó, o termina, obliterando, ocluyendo nuestras posibilidades más acabadas de entendimiento y por ende de traducibilidad (en la paradoja de haber sido alumbrado para lo contrario). Es decir, sabemos el precio de las cosas, más no así su valor, nos desesperamos por los índices macro como micro económicos, o por los indicadores numéricos que reflejarían nuestra salubridad o de que enfermedad estamos escapando, pero no cómo nos sentimos o que nos podría hacer más feliz…La depresión económica, que se manifiesta en los índices de pobreza, de marginalidad, los desajustes financieros, como inflación, recesión, burbujas o bicicletas financieras, no son más que la depresión en sí misma, que cómo síntoma, está indicando el número, o mejor dicho su tiranía, su accionar tiránico tal como en la lógica del amo, nos ponemos bajo él, en condición de esclavos, privándonos de nuestra posibilidad de conquista de ser por nosotros mismos, de realizarnos desde y para nuestra hábitat natural, que es el concepto, el logos, la palabra.Quién pretendiera absolutizar el accionar filosófico, determinó que el vacilar de las cosas no es más que la revolución. Que vacilemos es señal, como síntoma, que estamos enfermos, en la paradoja que sólo los cuerpos vivos, enferman.
El número nunca cierra, nunca puede terminar de ser real. El número es lo más alocado, y poético, en el sentido peyorativo que se le da al término (sobre todo por parte de quiénes tienen todo, lo material, y muy pocas posibilidades o deseos de pensar o poetizar, que es lo mismo) que pudimos haber inventado.
El número es la muestra cabal de nuestras debilidades, de nuestros trémulos temores, de nuestra perfidia y por sobre todo, de nuestra insignificancia” (La tiranía del número o el síntoma de nuestro vacilar).
Daremos, responsablemente (es decir que asumimos que sí equívocamos la tendencia que ofreceremos el miércoles, no trabajaremos al menos por dos años en el distrito) la tendencia conceptual, sin caer en la trampa tiránica del número, utilizándolo sí como instrumento, pero nunca como uno destinado a oprimir el espíritu de la democracia, que es siempre razón y palabra.
Consultora Meridional.
Aun no hay comentarios, sé el primero en escribir uno!