12 de mayo de 2019

Necesitamos debate político y menos fotos, actos, caminatas, afiches y posteos ratificatorios o tautológicos.

Podría decirse que las campañas electorales (hasta los mismos protagonistas lo reconocen, bajo el eufemismo de campaña tranquila en esta oportunidad, que devela el desinterés y el desconocimiento de una porción de la sociedad, por no decir la mayoritaria, a las que se le obliga votar) empiezan a transitar el sendero de la oligofrenia. Así también lo reconocieron, quiénes bajo términos futbolísticos se sienten que enfrentan a otros equipos sin arquero. Independientemente que la figura funcione para partidarios, adeptos y hasta se condiga con la realidad (es decir que ganen por goleada) no es bueno que los hacedores de lo institucional, los políticos con poder, sólo tengan en mente ganar, que no reparen en que necesitamos de todos, para mejorar la comunidad, y ese todos bien podría ser, de hecho se eligen legisladores, que redacten una ley provincial, para que por norma legal, en todas y cada una de las elecciones, los candidatos tengan la obligación de debatir en público, la rutina de los actos, autistas, de los militantes rentados, agitando las banderitas y sacándose fotos con pobres a quiénes les vuelven a prometer, o los envuelven con las promesas, debería ser un capítulo del pasado sí es que de verdad se pretende mejorar nuestra calidad democrática.

Se busca un mayor acercamiento entre la Ciudadanía y los políticos, por ende aumentar en calidad institucional.

 

En tiempos electorales, escuchamos a los diferentes candidatos en casi todos los medios, muy pocas veces refiriendo acerca de sus proyectos, propuestas o convicciones. Para combatir ese flagelo que desnuda debilidad institucional y democrática, se podría establecer por ley provincial (o una  nacional a la que las provincias se adhieran) , que todos aquellos que se propongan como candidatos, debatan sus propuestas en un ámbito neutro, tal como se realiza en otros países del mundo, o como está establecido en otros distritos del país que habría que ver sí realmente se implementa (lo que es otra arista de esta situación)  

 

Nuestra historia política y social nos señala que la tradición siempre estuvo guiada por la fuerte militancia de los ciudadanos en determinados partidos, guiados por diferentes líderes populares, y por tanto la disputa ideológica se dirimía en formas varias. Como la concurrencia masiva a actos públicos verdaderamente multitudinarios, o la actitud sentimental y emocional de cada ciudadano, que hacia expreso su apoyo mediante el uso de banderas, remeras y demás atuendos que señalaban a las claras su opinión política. Durante años, el fervor de la adhesión a un partido político signo la vida social de nuestro país. Razones varias podemos encontrar ante este fenómeno, de todas maneras la presente argumentación no pretende incursionar por los campos de la sociología o antropología. Podríamos señalar, sin embargo, que los duros y horrorosos años de dictadura militar, sumados a la participación de líderes naturales y populares que dividían la opinión pública en forma contundente, forjaron una exaltación del sentimiento y la emoción partidista por sobre otros aspectos como el intercambio de ideas o la exposición contrapuesta y racional de ideas. Reafirmando una tendencia a nivel mundial, como los años del idealismo o romanticismo social (finales de la década del `60 y los `70).

Si bien, la mayoría de los argentinos, vivimos y vivenciamos de tal manera la política, un simple dato basta como muestra paradigmática, los millones de afiliados con los que contaban los partidos Justicialista y Radical.

Se podrán realizar un sinnúmero de análisis del desuso y deterioro de estas prácticas políticas, pero independientemente de las perspectivas con las que observemos la realidad, lo único irrefutable es precisamente que la sociedad toda modificó sus conductas y tiende a precisar de argumentos, de ideas y de confrontación de las mismas, como para emitir su voto.

Citamos a continuación la opinión de Sergio De Piero (Politólogo, Docente e Investigador): “Varios autores señalan que parte de la crisis de los partidos políticos se refiere a la pérdida de capacidad y de poder para fijar la agenda política. En la actualidad ésta estaría construida desde los medios de comunicación, donde los partidos tienen una incidencia de otro tipo, la cual depende de los recursos económicos y la capacidad de presión que los líderes políticos pueden lograr. Lo que está claro es la dificultad del ciudadano para introducir temas en la agenda, ya que los medios no cuentan con ningún sistema de representación ni de ejercicio serio de la ciudadanía, más allá de la limitada opción de comprar o no un producto.”            

Observamos que no solamente en el ámbito intelectual se posee la certeza del cambio de las formas políticas (léase crisis partidaria, crisis de representación, efectos del 20 de diciembre) de alguna manera esta certeza se transformó en una seguridad pública. Muy lejos de criticarla o alabarla, debemos aceptarla. Por tanto resaltaremos la importancia que constituye que los ciudadanos escojan a sus representantes vía o por intermedio de las ideas, propuestas o políticas de estado que en su momento exhiban.

El filósofo alemán Martín Heidegger, afirmaba que el ser (como un yo metafísico) habita en el lenguaje. Lo que consagra de alguna manera la importancia radical del intercambio de ideas y de la comunicación, pese a las diferencias expuestas. Siguiendo con el ejemplo, dentro del campo mismo de la filosofía, uno de los desafíos capitales consiste en aceptar y convivir con las diferencias. El ser humano, con millones de años en sus espaldas, encuentra en el lenguaje, y por consiguiente en la comunicación su más alto punto de razón.

La necesidad de refrendar por Ley, un debate entre los candidatos que se postulen para algo, podría ser positivo para al menos intentar generar el hábito, se palpa desde todos los puntos en donde se expresa la ciudadanía; encuestas de todo tipo, notas periodísticas, contacto diario, etc.

A nivel internacional,  existe en Estados Unidos, desde 1987, la Comisión para Debates Presidenciales. Dicha organización (sin ningún tipo de afiliación partidaria ni ayuda gubernamental)  fue creada con el fin de reglamentar e instituir el debate presidencial como una obligatoriedad más en la campaña electoral.

En 1985, varios paneles integrados por personalidades de diversos medios fueron reunidos con el objetivo de discernir acerca de la necesidad de implementar el debate en las campañas presidenciales. Al finalizar las reuniones, se decidió unánimemente en favor de esta herramienta ya que vislumbró su utilidad, tanto para el público como para los candidatos, a la hora de contar con un sistema organizado en el que todos puedan escuchar y, más importante aún, comparar ideas y proyectos de la forma más civilizada existente. 

Su accionar se pudo observar en las elecciones presidenciales de 1988, 1992, 1996 y 2000 con resultados exitosos. El debate en Estados Unidos se ha convertido en una herramienta tan fundamental que, muchas veces, se espera a la realización de estos para definir los resultados de las elecciones.

También en otros países los debates se comienzan a realizar con creciente frecuencia y, sobre todo, ante circunstancias tan importantes como estas. Aunque aún no están reglamentados su importancia crece día a día. Ejemplos de esto son: Brasil (que utilizó el formato en sus últimas elecciones) al igual que en Sudáfrica. Cierto es también que existen tantos modelos o formatos de debate como países donde se aplique. En Estados Unidos se suele utilizar un estudio de televisión donde los candidatos se reúnen y cuentan con un determinado tiempo para presentar sus propuestas y luego pasan a contestar preguntas realizadas por un tribunal y el público oyente o televidente. Por otro lado, en Brasil, el debate fue igualmente mediático a pesar de no contar con tanta experiencia y se realizó en un teatro para poder contar con público presente también.  

Sacar a nuestros candidatos de esos automatismos que crean, y que por acción u omisión, los llevan a recrear parcelas propias, como aquellos terrenos de señores feudales, en donde agitan sus banderas, llevan sus militantes, y lo difunden por sus medios y lo comparten mediante sus falderitos en las redes sociales, y la gente a la que continúan usando, debe sonreír obediente, esto es lo que se debe cambiar, que los que deseen ser representantes, por ley tengan que confrontar sus propuestas y proyectos y los ciudadanos, los que podamos, sacar de allí nuestras conclusiones.

Nosotros en el distrito Corrientes, hemos invitado y organizado, a los distintos candidatos, a senador provincial y a diputado provincial, un día y una hora determinada, en un lugar para que debaten, y el siguiente incluso, es el protocolo de debate que proponemos, esperamos la presencia de los candidatos, por el bien de ellos mismos, de los ciudadanos y de la democracia.

Protocolo de debate candidatos a legisladores. Distrito Corrientes. Elecciones 2 de junio.

“En una democracia, lo importante es debatir”.

Presentación de expositores/candidatos: Serán invitados los candidatos a senadores provinciales en primer término de cada frente electoral o partido político validado para competir en las elecciones del domingo 2 de junio de 2019. En caso de ausencia, no habrá reemplazante o quién supla al ausente.

Metodología: Los oradores harán uso de la palabra por orden alfabético de sus apellidos. Los moderadores propuestos por la organización serán tres personas afines al quehacer democrático y comunicacional.

Instancias: Presentación. Tendrán un minuto y treinta segundos para dar cuenta de quiénes son, sobre todo a nivel político, experiencia o cargos previos. Una vez concluido la ronda, uno de los moderadores propondrá el debate entre todos los candidatos sí el espacio de representación legislativa al que aspiran, se debe a una vocación, a una cuestión laboral, ideológica, de inquietudes personales o de valoraciones grupales o colectivas. Podrán dirigirse educadamente entre sí, y quién haga uso de la palabra en más de una intervención no podrá participar en el debate siguiente (si en calidad de expositor, no de “debatidor”)

Temas propuestos: Se preguntará a todos y cada uno de los candidatos, sí presentarán algún tipo de proyecto para que la provincia cuente con un código electoral provincial, de ser así de qué características y de no hacer observancia alguna a las actuales reglas de juego electorales, cuáles serían los beneficios de continuar de la misma manera. Una vez concluida la ronda, uno de los moderadores, propondrá cruces, entre al menos dos candidatos, de acuerdo a la regla de que participarán en una sola intervención y quiénes no hayan intervenido en más de una ocasión en el debate siguiente.

Desarrollo: Se preguntará a los candidatos sí se puede o no se puede legislar la pobreza. Es decir, en términos institucionales qué se puede hacer y qué no se puede hacer desde una banca legislativa para mitigar el flagelo de la pobreza, que proyectos o resoluciones tienen proyectadas o planteadas a presentar en el pleno del legislativo en caso de ser electos. Una vez finalizada la ronda de exposiciones, el debate y los cruces a instancias de la moderación.

Se solicitará a los candidatos las propuestas concretas y efectivas para disminuir los altos índices de desocupación como de informalidad laboral y la posición que poseen ante vínculos entre el estado y los medios de comunicación (¿sería posible y saludable una ley de distribución de pauta publicitaria) y el estado y las instituciones religiosas (¿se deben poner límites legislables para militar desde la fé, proyectos para la comunidad en general o la organización de debates preelectorales?).

Cada uno de los candidatos, elegirá el tema final a exponer, dentro de los siguientes: Salud, educación o desarrollo económico y productivo. Una vez finalizada la exposición, se iniciará la ronda de debates.

Finalmente, se abrirá un debate final de no más de cinco minutos en total, en que contará cada candidato no pudiendo intervenir más de dos veces, pudiendo y debiéndose dirigir respetuosamente entre ellos.

La fecha propuesta es el miércoles 15 de mayo a las 10 de la mañana en el “Mariscal”. Salta y Pellegrini en Corrientes Capital. Para Senadores provinciales, y el jueves 16 de mato, a las 10 horas en el mismo lugar para diputados provinciales.

Organizan: Agencia Comunas del Litoral. Consultora Meridional. Centro de Estudios Desiderio Sosa.

PD: Decile a tu candidato a que vaya al debate, a la democracia la hacemos entre todos.

 

 

 

 


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