29 de noviembre de 2018

El hombre es Rodolfo Martínez Llano.

En sus clases de conducción política, Perón solía citar a un legislador espartano. Era Licurgo y había dicho: Cuando los destinos de Esparta se deciden entre dos bandos es tan inaceptable no estar en ninguno como estar en los dos.

Ante las circunstancias entre las que el país se debate, asolado por la perpetuación de la pobreza y la marginalidad, de la que nuestra provincia, Corrientes, se constituye en palafrén de tal tragedia social, y más allá de la debilidad, que por esto mismo, han caído, tanto el sistema democrático, como sus piedras basales, los partidos políticos, nos vemos impelidos a:

Acompañar a todos y cada uno de los que se sientan interpelados, referenciados, y por ende parte integrante del peronismo correntino más allá de sus propias diferenciaciones, como historiales políticos y personales. Propendemos al máximo desafío político de encontrar la unidad en la diversidad y para ello, dejaremos de lado las especulaciones que se puedan hacer desde las trapisondas electoralistas, como los escarceos por cargos, conchabos y mezquindades tan atractivas para almas débiles, presas y víctimas de soberbia y egolatría.

Sentar la presente posición política, que ante el cronograma electoral y la posterior declaración por parte de algunos compañeros de pretender presentarse formalmente, en el camino que consagre, al final del día, y democráticamente, un presidente del PJ por los votos de los afiliados y de los simpatizantes, porque no, para los que esto suscribimos, no resultará lo mismo que llegue a tal lugar, cualquiera de los que así lo deseen, como tampoco es conveniente no expresar claramente una posición clara y acabada, más allá de que el partido (de la elección interna) no se termine jugando, por las desavenencias organizativas por todos conocidas, que vienen socavando la democracia desde hace décadas.

Rodolfo Martínez Llano, es el conductor que podrá aunar al peronista que sufrió en carne propia la dictadura militar, dado que no se dejó llevar por la pasión desmesurada de enfrentar con violencia al terrorismo de estado, no uso a hijos, familiares o amigos para esconder armamentos (como lo hacen desde fanáticas del fútbol para pasar pólvoras de diversión o fanáticos de una falsa religiosidad para poner bombas), ni tampoco azuzo en forma pertinaz la grieta que en tal entonces se profundizaba y que con preocupación hoy vemos como casi imposible de cerrar o cicatrizar.

También es el conductor que despertó con su enjundia, con su coraje y valor, a cientos de miles de correntinos, la mayoría de ellos pertenecientes al peronismo, de la pesadilla que para muchos significó el pacto autonomista liberal. Esta maquinaria electoral, sólo podía continuar invicta teniendo como oponente a un peronismo que en su agonía, en vez de envejecer sabiamente, en manos de Don Julio, iba camino a su extinción. Tal como “Leónidas y sus 300 espartanos” en el mítico paso de las “Termópilas”, Rodolfo logró en aquel entonces lo impensado, venció a Don Julio, desde adentro, sin sacar los pies del plato (como ya lo habían hecho otros y lo seguirían haciendo después) y renovando el peronismo, que más luego se constituiría en la piedra de cambio, para que la provincia, cambiara de concepto como de porvenir político.

Salió herido, maltrecho y denostado, como la mayoría de los peronistas en Corrientes, porque sí algo tenemos que decirnos entre compañeros, este que tal vez no nos persigan bajo amenazas de cárcel o desaparición, pero sí nos declaramos peronistas, en una provincia que no es gobernada desde hace medio siglo por alguien que se declare como tal, ya nos miran de reojo, nos relojean como nos vestimos, en donde vivimos, en que auto nos subimos y hasta con quién nos acostamos.

El conductor en quién creemos que el tiempo político lo sindica como el apropiado, trabaja desde siempre en la fronesis, en la mansedumbre, en la serenidad. Los quilates de su experiencia deben ser aprovechados por quiénes, tal vez crean que el peronismo es sólo la expresión de lo que sucedió a nivel nacional en los últimos años. En parte sí, pero no lo es todo, y quiénes esto no lo crean, entiendan o sientan, tendrán tal vez, que construir su unidad ciudadana, y en hipotéticas segundas vueltas, tal vez nos juntamos, pero primero fue el verbo, dice Juan en el evangelio, y luego vienen el hacer, el articular, y lo demás.

Rodolfo la tiene clara, por más que no sea claro. Sí apoyamos con claridad a Rodolfo, nos estaremos integrando, con la firme pretensión e intención de que la claridad la logremos, consustanciados entre todos, para que el peronismo, llegue al poder político en la provincia, transmitiendo, claramente, a la sociedad toda, las políticas públicas que se pretenden implementar desde eso que algunos,  entendemos, sentimos, interpretamos como peronismo en la provincia, Corrientes, en la que habitamos.

Agrupación "La Don Julio Romero". Pdte: González Cabañas..- 


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