Presentarán ante legisladores proyecto de ley para instituir la fiesta del Carnaval.
Fundamentos.
El chamamé y el carnaval, deben estar en el mismo status jurídico legal en la Provincia de Corrientes. Para que esto ocurra, se precisa que tal como ocurrió con la fiesta del chamamé, el Carnaval tenga por ley provincial, una fiesta puntual y específica, que aliente y promueva la acción hacia adentro, como hacia afuera del mismo carnaval. No hablamos, tal como pululan, desde hace años y sin éxito alguno, cantidades ingentes de proyectos para dar una ley que encorsete y ponga reglas puntuales a la actividad en sí misma, se la conoce a esa ley imposible como “ley del carnaval”, sino precisamente a un puñado de coordenadas, que no por ser basales y genéricas no puedan establecer un punto de partida, un mínimo posible desde el cual, toda la actividad se constituya tras el manto de un ordenamiento jurídico-legal que la promocione y la extienda en sus posibilidades.
Tal como ocurrió con el chamamé con la ley provincial 6206, el carnaval necesita una en tal sentido, que por sobre todo la haga recuperar dimensión internacional, eyectándola aún más, para que finalmente se posicione entre los carnavales del mundo.
Este es el corazón de ecuanimidad cultural, de perspectiva histórica, como de valía normativa, por la que se propone la instauración de un carnaval regional, del Mercosur, que deconstruya las esclavitudes antiguas y combata a las esclavitudes modernas. Este es el carnaval que debe liberar el viejo puerto de esclavos de Bahía, en donde, también se vive un carnaval de trascendencia y el que debe codearse con el carnaval de máscaras por antonomasia de Venecia. Este es el carnaval, que nutriéndose de los carnavales de los países vecinos como los del resto de la patria grande, surge y nace desde la Corrientes originaria e indiana. Esta son las letras, las palabras y la ley que necesitaba nuestro carnaval para que sea tal.
El carnaval es una curiosa celebración que antes de la Cuaresma cristiana le permite a la gente romper sin pudor con cánones morales, recurriendo a disfraces y excitantes cantos. Sus antecesoras más remotas fueron las fiestas conocidas en la antigüedad como "bacanales" -en honor a Baco, dios pagano del vino- y las "saturnalias" -por Saturno, dios de la siembra y la cosecha-, además de los festejos que se hacían en Grecia y Roma por la primavera y el año nuevo.
La palabra carnaval también proviene de aquella época. Durante las bacanales, a Baco se le cantaba el Ditirambo; el coro que lo hacía iba disfrazado de sátiro y frente a él aparecía el sacerdote del dios conduciendo un barco sobre ruedas al que llamaban "carrus navalis" (carro marino o naval), y que los romanos pronunciaban "car navalis" Mientras que carnestolendas, como también se lo llama al carnaval, proviene de "caro", carnes, y "tollo", tapar, términos que parecerían aludir al disfraz.
La devoción del hombre por usar mascaras puede encontrarse ya en el antiguo Egipto o en Grecia, e incluso en el teatro japonés. Pero en el carnaval propiamente dicho fue Italia la que adoptó la careta, más precisamente Venecia, donde se usó no sólo como vehículo de alegría sino que sirvió para guardar el incógnito y gozar de impunidad en venganzas y conspiraciones, aunque también facilitó romances y amoríos.
La costumbre de arrojarse distintos tipos de elementos también fue heredada de los romanos, quienes se divertían tirando con fuerza confites de menta, rosa o anís a la cara de los transeúntes; de aquel habito fue que se adoptó el papel picado. Pero este, como lo conocemos hoy en día, tuvo su origen en una imprenta de París. Allí, un obrero que perforaba pliegos de papeles de colores, al ver caer los redondelitos sobrantes los juntó y se los regaló a su hijo; el obsequio no sólo causó se nación entre los niños sino también en los adultos, quienes comenzaron a encargarle bolsitas de papel picado para arrojarlo durante los días de carnaval.
Con el correr de los años, el carnaval tomó formas y estilos diferentes según cada país. Al llegar a América incorporó elementos aborígenes y hasta alcanzó ribetes místicos precolombinos, por ejemplo en Oruro. En la Argentina, cada provincia le dio su toque de distinción a esta fiesta; en cuanto a los carnavales porteños, sus bailes y mascaradas fueron famosos en tiempos coloniales, e incluso llegaron a ser motivo de escándalo, como el "fandango" que se bailaba en la Casa de Comedias. El virrey Vértiz implantó los bailes en locales cerrados para evitar las manifestaciones callejeras, pero tras los históricos acontecimientos de Mayo de 1810 fue común entre la población jugar en forma intensa con agua, aprovechándose para ello toda clase de recipientes, desde modestos jarros hasta huevos de avestruz llenos de líquido, viviéndose en las calles encuentros casi salvajes.
En tiempos de Rosas los excesos llegaron a tal punto que él mismo, luego de fomentar el carnaval, lo suprimió por medio de un decreto. Según crónicas posteriores, los carnavales porteños más brillantes se vivieron durante la presidencia de Domingo F. Sarmiento, quien tenía debilidad por esta fiesta. El de 1869 fue uno de los más recordados y, además de impresiona al gobernante, seria el puntapié inicial para muchas comparsas que se hicieron famosas.
El Carnaval "Cristiano" La celebración del Carnaval es una de las fiestas más populares. Se celebra en los países que tienen tradición cristiana, precediendo a la cuaresma. Por lo general, en muchos lugares se celebra durante tres días, y se los designa con el nombre de carnestolendas, y son los tres días anteriores al Miércoles de Ceniza, que es el día en que comienza la cuaresma en el Calendario Cristiano.
Se supone que el término carnaval proviene del latín medieval "carnelevarium", que significaba "quitar la carne" y que se refería a la prohibición religiosa de consumo de carne durante los cuarenta días que dura la cuaresma.
Hay países en que se comienza la celebración del carnaval en distintas fechas, como en algunos lugares de Alemania en que se inicia el 11 del 11 a las 11 horas 11 minutos. O los hay que lo comienzan no bien termina la Epifanía, el 6 de enero. En otros lugares es tradicional comenzar el jueves anterior al Miércoles de Ceniza, y lo denominan Jueves Graso, como sucede en Italia.
En ciertos países en que el Carnaval está muy arraigado como celebración popular, y ya alejada de su significado religioso, alargan los festejos a los fines de semana del mes de febrero y a veces el primer fin de semana de marzo.
El Carnaval en la Edad Media y en los Tiempos de la Colonia
En la Edad media, tan inflexible en los ayunos, abstinencias y cuaresmas, y con persecuciones a quienes no respetaban las normas religiosas, sin embargo, renació el carnaval y se continuó la tradición hasta la actualidad en muchos lugares del mundo. En esta época, se celebraba con juegos, banquetes, bailes y diversiones en general, con mucha comida y mucha bebida, con el objeto de enfrentar la abstinencia con el cuerpo bien fortalecido y preparado.
En la España de la época de la Conquista y la Colonia ya era costumbre durante el reinado de los Reyes Católicos disfrazarse en determinados días con el fin de gastar bromas en los lugares públicos. Más tarde, en 1523, Carlos I dictó una ley prohibiendo las máscaras y enmascarados. Del mismo modo, Felipe II también llevó a cabo una prohibición sobre máscaras. Fue Felipe IV, quien restauró el esplendor de las máscaras.
El Carnaval en los Tiempos Modernos
Hoy en día, hay lugares célebres por sus festejos tradicionales y espectaculares, que atraen al turista y al amante de las costumbres de cada sitio, como lo son el Carnaval de Río, el de Santa Cruz de Tenerife, el de Oruro en Bolivia, el de Corrientes en Argentina y el de República Dominicana, con sus distintas expresiones, desde el Vegano hasta el de Santo Domingo.
Se celebra en los distintos lugares de formas similares, pues siempre se presencian desfiles de carrozas, comparsas formadas por grupos de máscaras o bailarines vestidos con un mismo estilo que caracteriza a cada una de ellas, máscaras representando a distintos personajes reales o alegóricos, así como bailes de disfraces y diversión con cotillón, típico de esta fecha.
En algunos lugares se estila que las máscaras persigan a los paseantes con vejigas que se utilizan para asustan, dar golpes no demasiado fuertes, o hacer reír; en otros lugares es típico el uso de serpentinas, papel picado, espuma molesta, y hasta mojar con agua, en pomos, globos y recipientes.
El antifaz moderno es un vestigio de las fiestas de Baco y Cibeles.
Cómo podemos concluir el milenario festejo del carnaval, es una festividad histórica, que en nuestro país se puede apreciar y vivir, y por tanto debemos proteger, avalar e impulsar.
Desde 1961, se festejan los carnavales, en la ciudad de Corrientes, en 1984 se interrumpen por motivos económicos, hasta que reaparecen en 1995. Ese mismo año se publica en el boletín oficial, una resolución de la Secretaría de Cultura, en donde se declara a la ciudad de Corrientes como capital Nacional del Carnaval. Claro que, no basta una declaración de una secretaría del estado, para una conmemoración que aglutina en el mes de febrero, 100.000 personas cada fin de semana, con la respectiva trascendencia nacional e internacional.
ARTÍCULO 1º.- Declaración de Patrimonio Cultural. Declárase patrimonio cultural de la Provincia al “Carnaval”, comprendiendo su música, ritmo, sonoridad, letra, danza, representaciones plásticas, escenográficas, estéticas y de vestuarios como toda otra forma de manifestaciones artísticas alusivas.
ARTÍCULO 2º.- Actividades de interés Provincial. Declárase de interés provincial las actividades relacionadas al “Carnaval”, que tengan como fin:
a) estudios e investigaciones artísticas, científicas o históricas;
b) su enseñanza y divulgación;
c) la conservación de documentos, objetos, lugares y monumentos que guarden relación significativa con sus expresiones, y con sus más destacados precursores, representantes e intérpretes;
d) la edición literaria, musical o audiovisual, de obras artísticas;
e) los festivales o espectáculos escenográficos;
f) la construcción de instrumentos musicales afines;
g) toda otra actividad conducente a su promoción y difusión.
ARTÍCULO 3º.- Creación del Consejo Correntino del Carnaval. Autorízase al Poder Ejecutivo, a crear dentro del ámbito del Instituto de Cultura, el Consejo Correntino del Carnaval, con el objetivo de promover su valor cultural y turístico
ARTÍCULO 4º.- Fiesta del Carnaval del Mercosur. Institúyase la Fiesta del Carnaval, con carácter de fiesta popular anual, avalándose la participación de artistas representativos, y la promoción de nuevas figuras. La fiesta tendrá carácter de exportable, a los efectos de que integre, al desarrollarse en Corrientes, a los actores de otros carnavales que se desarrollen en distintas partes del mundo, para concretar la reciprocidad, de que el Carnaval del Mercosur llegue y en una comitiva numerosa, importante y que se haya destacado previamente, participe en todas las manifestaciones en donde se viva el carnaval de la manera en se vivencia en Corrientes.
ARTÍCULO 5°: El Consejo Correntino del Carnaval tendrá como función específica, puntual y primordial, el crear un calendario, cronograma, que sea perdurable con modificaciones, atendibles, consensuales y democráticas, para que el Carnaval Correntino o del Mercosur, tenga progresivamente las fechas en las que integrará a las agrupaciones de otros países y de otras culturas, como las que formará parte la delegación representativa de Corrientes, de los carnavales de otras partes del mundo, en donde este consejo, logre que se lo invite o participe.
La modalidad, duración y fecha ha realizarse, serán establecidas por el Poder Ejecutivo para cada oportunidad.
ARTÍCULO 5º.- Programas y material educativo:
a) En la educación formal, el Poder Ejecutivo generará la elaboración de material didáctico que contenga la valoración y la historia idiosincrática del carnaval, que a través del Ministerio de Educación será distribuido a todos los establecimientos educativos provinciales de los niveles primario, secundario y superior, a los fines de ser abordados como contenidos extracurriculares en los espacios institucionales destinados a tal fin. En este marco deberá promoverse la capacitación docente necesaria para el abordaje de estas temáticas en el aula.
b) En la educación no formal, promuévase la realización de jornadas y talleres itinerantes en toda la provincia, a los fines de transmitir conocimientos y concientización sobre el Carnaval, abordando las biografías de sus principales exponentes y la vida y obra de los precursores en Corrientes, que dieron a nuestro carnaval un sello inconfundible.
ARTÍCULO 6º.- Actividades complementarias. Promuévase y proporciónese asistencia a los talleres de fabricación y reparación de todos los instrumentos afines a la cultura carnestolenda, como también a los talleres de confección de atuendos típicos para ser utilizados en el carnaval.
ARTÍCULO 7º.- Convenios con medios de comunicación. Facúltase al Poder Ejecutivo, a través del organismo que designe, a firmar convenios con medios de difusión y con empresas especializadas para la promoción masiva del Carnaval del Mercosur, dentro y fuera del país, y la edición y publicación de material gráfico y audiovisual.
ARTÍCULO 8º.- Los Municipios podrán adaptar la presente ley a sus jurisdicciones y darle oportuna aprobación por medio de ordenanzas municipales.
ARTÍCULO 9º.- Comuníquese, cumplido, archívese.-
Centro de estudios políticos, sociales y culturales "Desiderio Sosa". Francisco Tomás González Cabañas. Secretario General.
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