¿Posee poder político el gobernador Valdés?
Que apenas haya tenido la posibilidad de designar a un puñado de sus ministros, heredando, algo más que a beneficio de inventario, al conjunto de cortesanos en los que se han transformado sus ministros, al punto que públicamente, les tiró la gente encima al pedirles a los ciudadanos “que golpeen las puerta de los ministerios, porque tienen la obligación de atenderlos” habla a las claras de que el poder político, responsa, en otro lado, más precisamente y puntualmente en el senado.
Así lo hizo saber el propio senador provincial al que referimos, cuando también públicamente señalo que no le significaba demasiado que el propio gobernador se expresara o solicitara que se legisle en lo que dan en llamar reforma política cuando en verdad, apenas es adecuar la legislación para que los de 16 años, en caso de que quieran, elijan, tal como hacen con sus legisladores nacionales, a sus representantes y gobernantes provinciales.
No se trata de buscar la quinta pata al gato o el pelo al huevo, como podrán decir los que antes eran regados por la pauta que distribuía Julio y que ahora la reparte Eduardo (uno de los pocos cambios reales del anterior a este gobierno), sino simplemente de señalar que no habrá promesa de puente posible, concreción de obra faraónica prometida, que alcance cuando dentro de pocos meses se empiece a dar la batalla en el partido de gobierno por las candidaturas.
No fue casual, que se cruzaran, como se cruzaron, públicamente hace unos días, dos popes de la ciudad capital. Capitostes del partido que se precia de factótum de lo democrático, el amo y señor de lo que sucede en la academia de la “mamasita” y el Alemán, se midieron el aceite de lo lindo y se constituyeron en el síntoma efectivo y fehaciente del mal político que aqueja a la presente gestión, que podrá tener como tal, hasta demasiado, pero que políticamente, a medida que se acerca el tiempo de refrendar la tutela del poder, los actores del radicalismo gobernante, de esta suerte de peronismo a la correntina o émulos del Pri Mexicano, no irán precisamente a hacer las listas en la casa de gobierno, para que el jefe del topo o del japonés, les diga quién será el representante territorial en cada distrito, por más que enfrente disputen poder contra la nada que puede representar una oposición siempre en la chiquita o incluso por más que tengan viento en contra por los desaguisados del gobierno nacional.
Tal como dice el acertado spot de publicidad, “Corrientes, somos todos”, gobierna (entendiendo el gobierno como el manejo del poder, no el sacarse una foto firmando una promesa de anuncio, ejerciendo como dueño del carnaval, no estando como la bastonera, con purpurina arriba de carroza) uno sólo, que es el mismo de siempre, o al menos, de los últimos veinte años
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