7 de septiembre de 2018

Presentarán en el “Sombrero” el ensayo la democracia africanizada.

Especialmente llegado de México, donde funciona la sede regional de la editorial Camelot América, el ibérico Manuel Peréz Petit, de la firma asturiana, llegará a Corrientes, donde tiene previsto junto al autor insigne de la editorial europea, Francisco Tomás González Cabañas, llevar a cabo actividades culturales en el interior profundo de la Argentina, en localidades como Santa Lucía y El Sombrero, el próximo lunes 10 de septiembre.

“Sí no creemos a modo de Leibniz, que tenemos en el municipio que nos colecta la basura, en la provincia que nos dice desde que lugar integramos la nación,  a los mejores, posibles, manejando la cosa pública, entonces debieran salir todos los que así no lo creen, a ganar las calles o las alcaldías, las casas de gobierno a expresarlo. Sin embargo, como esto no ocurre, entonces el activismo de denostar, mediante la caracterización o el señalamiento semántico, es tan nocivo como atentatorio contra la institucionalidad es decir con la libertad, incluso del mismo victimario.

Puede sonar a principio ramplón, pero el respetar que hemos suscripto un convenio expreso, donde hasta las fechas electorales, lo que hemos elegido, mayoritariamente, no solo se condice con lo democrático, sino con esta posición teleológica, de fe, de optimismo, de esperanza o de posibilidad humana de que nos vaya mejor, es lo elemental a lo que nos debemos atener, tiene que ver en nuestra saluda individual, en todos los órdenes, y bajo la cual se construye el cuerpo colectivo.

Esto no significa que no se pueda cambiar o no se tenga la convicción de que otros o de otra manera se podría estar mejor, sino simplemente que para que ello sucede, se debe actuar conforme a los tiempos, a los procesos y a los momentos. De lo contrario, quién cree que actúa para modificar algo, en circunstancias que no corresponden no hace más que colaborar, activamente con lo que dice estar en desacuerdo manifiesto.

Es decir, en la política actual, todos los que se consideran anti-gobierno, anti-administración o posibles alternativas a lo que determinan como la expresión de lo peor  o la debacle, en este tiempo en que no corresponde hacerlo, no hacen más que azuzar la posibilidad de que el gobierno del que se dicen oponer, sin mucho más para ofrecer que no sea garantizar que la gente vote cada dos años, continúe en ese oficialismo del orden que fuese.”. (La democracia africanizada, Editorial Camelot).

 

 


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