Paz perpetua para Walter Olvano Feü.
Sobre la posibilidad de existencia de un Derecho Internacional
El caso que me ocupa me conmueve desde 2 lados, por un lado como latinoamericano, y por el otro, como profesional de la docencia. El 26 de septiembre pasado un grupo de estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa había viajado hasta Iguala, la tercera ciudad más importante de Guerrero, a fin de cumplir con un ritual más o menos tolerado por las autoridades: el secuestro de taxis y autobuses para recorrer la zona en busca de “donativos”, acaso para financiar su viaje a la ciudad de México, donde —siniestra paradoja— habrían de sumarse al contingente que el 2 de octubre recordaría a los estudiantes asesinados por el Gobierno en 1968 en la plaza de las Tres Culturas. Al cabo de un brutal enfrentamiento, tres normalistas fueron asesinados —a uno de ellos lo desollaron y a otro le arrancaron los ojos de las órbitas—, otros tres infortunados paseantes también murieron, entre ellos un futbolista del equipo de tercera división de Chilpancingo, y 43 jóvenes desaparecieron sin que hasta el momento se haya confirmado el hallazgo de sus cuerpos.
KANT Y SU PROYECTO DE UNA PAZ PERPETUA
Kant, uno de los más grandes filósofos de la modernidad ilustrada, tenía la convicción de que una paz perpetua es posible, siempre y cuando el hombre se deje guiar por su razón práctica para abandonar el mecanismo de la guerra y plantearse la paz como un fin y un deber. El hombre tiene una inclinación a vivir en comunidad pero, al mismo tiempo, quiere preservar su individualidad a cualquier costo, a lo que llama Kant una insociable sociabilidad. Es este un mecanismo natural que, sin embargo, puede ser usado a favor del progreso moral de la especie como un incentivo para abandonar el estado anímico de la guerra y construir, tanto las condiciones políticas, como las herramientas jurídicas que lleven a la contención y, eventualmente, la erradicación de la guerra. Las ideas principales de este proyecto racional para una paz perpetua constituyen el leiv motif del famoso ensayo: Hacia una paz perpetua. En ese texto el autor estipula las condiciones para una paz definitiva --una paz perpetua--, en la forma de artículos preliminares y definitivos. Bases jurídicas mínimas que garanticen la confianza mutua entre los pueblos, una constitución republicana y más adelante una federación de estados libres son algunas de las etapas que habrán de satisfacerse en la instauración de esa paz definitiva.
“En la Paz por medio del Derecho” KELSEN desarrolla su estrategia en torno a la posibilidad de lograr la paz mediante el derecho, lo cual es totalmente compatible con su elección en favor de la primacía del derecho internacional por sobre el nacional y, en definitiva, la elección de toda su teoría jurídica por el derecho por sobre el poder político. En esta obra Kelsen sostiene que el próximo paso para perfeccionar el derecho internacional y avanzar en la prevención de la guerra es el de “concertar un tratado internacional a concluirse por tantos estados como sea posible, estableciendo una corte internacional dotada de jurisdicción compulsiva”. Así la apuesta de Kelsen es por la creación de órganos jurisdiccionales de jurisdicción obligatoria, no por órganos políticos de pacificación, lo cual, nuevamente, es coherente con su elaboración teórica jurídica.
Quise colectar el aporte de estos 2 grandes pensadores para tener una perspectiva desde lo ético-jurídico a la hora de pensar en la necesidad de una intervención del derecho internacional en el caso de los chicos normalistas de México desaparecidos, y lo que podamos decir es en base a las informaciones periodísticas que recibimos. Necesitamos expresar en este caso una verdad, que no por evidente, se cumple. Cuando el estado se muestra ausente, impotente, o en el peor de los casos, es el que actúa en contra de los bienes o la vida de las personas debe darse Intervención al Derecho Internacional.
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