25 de marzo de 2018

El PJ correntino desolado.

La lucha y desesperación por conseguir un empleo público, buscando una forma de vivir sin trabajar, probará finalmente la fortaleza de nuestras instituciones. Abraham Lincoln.

El PJ correntino no encuentra el rumbo, perdió la brújula hace varios años cuando unos pocos (como siempre ocurre) decidieron dejar el timón del barco a un desconocido y conservador Camau Espinola, más propicio al marketing berreta que a llevar adelante los postulados del peronismo.

A duras penas, el peronismo correntino pudo conseguir nuevas victorias en el interior provincial en las elecciones pasadas, el caso de Esquina donde ganaron por errores graves de ECO Esquina y no por tener una propuesta superadora, sin dejar de mencionar la consolidación de Víctor Cemborain en Mercedes, terreno al que ECO no puede llegar. En otras localidades perdieron el poder territorial como los casos de Goya, Curuzú Cuatiá y la Ciudad Capital.

Los herederos de Juan Domingo se dedicaron los últimos dieciséis años a la actividad comercial con la apertura de una cadena de kioscos abiertos las veinticuatro horas (full open 24hs.) dejando de lado la justicia social, supuesto ideal que dicen defender y hacer posible.

La actualidad del PJ local trascurre entre un exintendente y excandidato a gobernador cortando césped en plazoletas full time, un Camau Espinola desaparecido dejando sus huecos mensajeros en algún que otro medio de comunicación nostálgico que por detrás se matan de risas,  intendentes del interior llorisqueando, formando ligas de temerosos,  pidiendo por favor a sus colegas que cierren filas y se muestren “opositores” al gobierno provincial como si fuera que ello les daría el oxigeno para sobrevivir pero no al ejecutivo provincial sino, más bien, a sus déspotas dirigentes de oficina que comandan los destinos del peronismo correntino.

Mientras los kiosqueros se engullen así mismos (como de costumbre) el gobernador Gustavo Valdés se apropia de sus banderas tanto en el discurso como en el terreno, tiene claro que sus adversarios directos perdieron la razón que los mantenía en supuestas veredas opuestas, los pejotistas no pudieron, mejor dicho, no supieron siquiera mantener sus territorios dentro de la idea del peronismo, es que no se les cae una idea, vacios por completo de concepto y acto, el comercio político los atropo en una adicción fulminante que está llevando rápidamente al peronismo correntino a una mutación abominable, basta con ver su alianza con el Partido Liberal y lo que su historia reciente representa para los correntinos. La pregunta seria, al menos una o dos de ellas ¿existen todavía peronistas en Corrientes? ¿en caso de que existan, que hace a su existencia?

 


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