¿A dónde van las promesas de un Ministro del Superior Tribunal de Justicia?

Así la gacetilla, institucional, adornaba lo que hubo de suceder en el hemiciclo, que fungió como argumento para que su pliego, pasase sin objeciones y más luego se transformase en miembro pleno del Superior Tribunal de Justicia:
“Chain pasó la Audiencia Pública en el Senado, sin impugnaciones y propuso plan estratégico para mejorar la Justicia. En horas del mediodía la Cámara de Senadores, presidida por Pedro Braillard Poccard en Audiencia Pública recibió al doctor Alejandro Alberto Chaín, propuesto por el Poder Ejecutivo Provincial que lo propone para el cargo de Miembro del Superior Tribunal de Justicia, pliego que no tuvo impugnaciones. En ese marco el doctor Chain propuso, en el caso de ser su pliego aprobado por el Senado, llevar adelante un plan estratégico para ahorrar recursos y lograr eficiencia en la justicia. Asimismo fue muy claro en remarcar que las leyes provinciales deben adecuarse a la realidad del momento. Insistió además en que hay que evitar la superposición de competencias y democratizar la justicia. Sintetizó también en que la justicia debe ser real rápida y efectiva”.
La prensa, adicta, reflejaba el acontecimiento institucional de tal modo: Ya antes de conseguir los avales para ser ministro, Chaín, reconocido por su trabajo en el caso Ramoncito, fue crítico al describir la realidad del Poder Judicial e insistió en la necesidad de cambiar la imagen que la sociedad tiene de la Justicia. “No llego para ser un timorato. Seré un ministro del Superior Tribunal con todas las letras. Tengo claro lo que voy a hacer. No voy a ser como esos que entran de colados en una lista sábana, yo me voy a comprometer con el proceso de democratización de la Justicia”, había dicho Chaín una vez oficializada su designación.
Sí algún insidioso quisiese utilizar algún elemento básico del psicoanálisis, para leer las declaraciones del ahora Juez del Superior tribunal, dará cuenta que utilizó la metáfora de las listas sabanas, una referencia a la política electoral, puntualmente, al poder legislativo. En términos reales no ocurre algo de tal manera en la justicia, como le tocó en suerte a él. Claro que meses después, se entendería todo, uno de los hermanos del miembro del superior tribunal, entraría como diputado provincial, por lista sábana, por el candidato opositor al del gobierno que promovió a su hermano. Pero claro, sí de algo saben los Chaín, es de tiempos. Meses después, el diputado, haría la gran Borocotó, en nuestra versión la del “Poncho yeré” y se pasaría a las huestes del espacio que proclamo a su hermano juez del superior tribunal.
Pero esta historia no termina acá. Los hermanos son afortunados y no son pocos. Un tercero, ingresaría, tiempo después, con mayor escándalo o resonancia. Tal como lo haría público, el diario de Romero Feris en 2015 (del que cumple condena domiciliaria), un Chaín psiquiatra, entraría al Instituto médico forense (dependiente del poder judicial) de la mano de otros hijos y entenados de altos miembros de la jerarquía judicial, en una suerte de “concurso público” de los que como la leyenda negra de los vídeos, dicen que siempre están amañados y digitados en Corrientes.
La palabra la tiene el miembro del poder judicial, el supremo, que antes de ser ungido, en giras mediáticas, también expresaba (en el diario de otro Romero Feris):” Me pidieron que sea humilde, que no me deje llevar por la soberbia y es lo que voy a hacer, porque quien es soberbio no acepta críticas, no escucha a los demás. Seguiré apostando a la humildad como lo hice en mis 17 años de trayectoria. No soy un académico de Harvard que desembarca en el Superior Tribunal. Soy un santaluceño con mirada crítica, con una visión que se obtiene con años de trabajo y dedicación. Sé que las cosas se pueden mejorar”.
Algo tendría que decir, sí es que despúes de 7 años en el conchabo judicial, logró alguna de sus aspiraciones, ahora que la justicia (en verdad como siempre, todos los sondeos de opinión lo tienen como la institución menos creíble, orillando el 95% de rechazos) vuleve a estar objetada. Como bien lo afirmaba, no estamos en Harvard, pero tampoco en el medievo-judicial, perdón, medievo-feudal, donde los miembros de una misma familia ocupaban lugares de jerarquía en los diferentes poderes, supuestamente (para la plebe) divididos, del estado…¿O sí?
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