10 de agosto de 2017

Víctor 2021.

“Nuestra vida es ante todo toparse con el futuro. No es el presente o el pasado lo primero que vivimos, no: la vida es una actividad que se ejecuta hacia adelante, y el presente o el pasado se descubre después en relación con ese futuro” (Ortega y Gasset, J.)

Tras un nuevo capítulo de la comedia (como contracara de la tragedia, tal como lo establecieron los Griegos) en la que convirtieron a la institucionalidad democrática en su paso electoral, sólo resta el continuar hacia adelante. En tal porvenir, aquellos que pretendan otra opción de poder que no sea la viene gobernando hace casi veinte años y seguirá gobernando cuatro años más (es tan iluso creer que podrían perder, ante el alineamiento magistral de los planetas en eso que llaman Nación-provincia-municipio, encaramados en el gabinete nacional, suponiendo ante el aborto de la naturaleza de que puedan perder, que reconozcan tal derrota y que se permitan irse del poder, que asusta pensar que gente que esta zoncera crea que circule en la política) deberán empezar a trabajar, el lunes siguiente al nuevo triunfo de Eco, en la constituición de la candidatura del único que tiene chances ciertas y posibilidad concreta y real, de propinarle una derrota contundente a la aplanadora política liderada por Colombi; Víctor Cemborain.

Sí alguna duda quedaba de que la supuesta oposición no es la principal espada del Colombismo, se permite a esta pluma, llamar al lector a reflexión sobre el desaguisado político caratulado “Partido  Nuevo”. La brújula gacetillera de tal expresión política, que como Norte siempre tuvo la provincia del Chaco, tras su desembarco a la tierra de la virgen morena, se envalentonó con llamar “Patán” al Gobernador. Libraba batallas con ministros, ejercía el periodismo investigativo, en un contexto en el que se expresaba que era similar al que sentenció a muerte a RodolfoWalsh, décadas atrás por escribir lo que pensaba. Litros de tinta, habrán terminado en el estercolero donde se alimentan las Brangus que son rematadas a precio oro o mejor dicho, naranja. Peor aún ha sido, cierta reacción de otros opositores, que montándose en el dolor, entendible y comprensible, de quién padece el rigor del poder político, en calidad de familiar, más allá de que tenga un rol político o ejerza representatividad (esto lo hace aún más cruel, pero ya es su responsabilidad, seguir en el juego, el político, que tanto dolores le sigue propinando, creyendo que desde lo político lo podrá modificar) salga al espacio público, a las entrevistas, a decir, a exclamar, a sorprenderse de que “todo parece normal” que no ocurre nada, como sí ocurrirían en otros lugares.

¿Pero qué piensan estos sinvergüenzas a los que al fin les llegó un 10 de diciembre, que el pobrerío, que la crotada, desde la que ellos construyen sus edificios de inequidades, su ampulosidad de ostentación al 4 x 4 o al 20 x mil, tiene que salir presurosa, a cortar la avenida, a amucharse en la peatonal, pidiendo por la abstracción que siquiera Montesquieu la pudo sostener, en el espíritu de las leyes, de la justicia independiente?-

¿De verdad son tan cínicos? Lo único que les puede salvar, en su grado de humanidad, es  que lo sean, inconscientemente, es decir, sin que lo entiendan, razonadamente, de que  se manejen con tal grado de insolvencia, administrando recursos públicos, siendo parte del poder, pero cuando este les juega una mala pasada, una tensión contundente, y los sopapea en tiempo y forma, rápido y cobardemente se corren del lugar del político, del lugar del funcionario para intentar pararse en el lugar de narradores, de comentadores. Es por esta razón que se hacen dueños de diarios, cuando no, siguen pagando a prensa adicta, no sólo para decir cuando repartirán las palas, sino para reconocerse como impotentes, transfiriendo su responsabilidad a la sociedad, a la comunidad toda.

Entonces somos nosotros, los correntinos, los que vivimos en un 80% de la actividad estatal (lo que resta del porcentaje, son privados, o mejor dicho tercerizados por el mismo estado, administrado por el mismo poder que parceliza tal negocio en los que no entra nadie más que ellos, dado que en el estado, puede estar alguien designado como portero o recibiendo una asignación) y casi la mitad de los que somos, sumidos en la pobreza (una pobreza que probó con todos y cada uno de los partidos políticos que tiene representación política real, en distintos y diversos turnos, con todas las combinaciones posibles de gobiernos nacionales, a favor, en contra, neutrales y demás versos geopolíticos que nos quieren propinar) los que somos responsables de tener la calidad democrática que tenemos, y como si fuera poco, tenemos que ir obligados a votar, para en el mejor de los casos, mendigar una bolsita de mercadería, un vale de supermercado, un corte de chapa o la firma de un expediente que regularice nuestra situación dominial, laboral o lo que fuere, que siempre estará vinculado a ese estado, que manejan los de siempre, que lo reconocerán cuando les conviene y cuando nos, se nos reirán diciéndonos que es nuestra responsabilidad, que les paguemos para obedecerlos, sin tener derecho a exigirles, reclamarles o decirles nada.

Por esta misma razón, el único en el universo de las 71 batallas municipales que se librarán en octubre, que le puede ganar o mejor dicho que lo hará con la misma seguridad y contundencia con la que los que gobiernan se quedarán cuatro años más, es el Jefe comunal de Mercedes.

Esta es la razón, por la que no sería extraño que sigan apareciendo elementos raros en el corazón de la taraguí. El único con ganas, decisión y pituitaria para desafiar el poder provincial, es quién para sus enemigos, tal como Herodes, devora niños, secuestra ancianas y hará todo tipo de criminalidad que a usted se le puede ocurrir.

Claro está, que su gran criminalidad es disputar, sin contemplaciones el poder real ante quién lo tiene en la provincia. No lo hace desde la sensiblería o la masturbación dialéctica de las palabras, que pueden aparecer en una columna dominical de cierto diario, sino desde el mojón de estar sentado en el pueblo chico, en el patio trasero, de la casa del patrón.

Así como expresamos que lo de Gustavo, se fue construyendo desde hace años, lo de Víctor puede empezar a nacer. El resto de lo que usted escuche (que es una locura, que las elecciones son el domingo, que falta una enormidad para cuatro años, y demás excusas absurdas) no serán más que los continuos intentos para que usted siga perteneciendo a los mismos dueños que pertenece y seguirá perteneciendo al menos por cuatro años más. Sí primero libera su mente, más luego le acompañara el cuerpo. De lo contrario, sí le gusta el actual presidio, es verdad, no esta tan mal, le dan la comida a tiempo, le permiten visitas, puede estudiar y hacer deportes en piso de parquet. No caiga en la trampa de aquí a cuatro años no podrá salir, no hay opción. Tiene este precioso tiempo para definir si continua en el mismo lugar, tal vez el cambio de celador le agrade, o sí se anima a salir dentro de cuatro años, raro dirán algunos, sino salió en cuarenta, pero eso ya será su historia y su decisión.

 


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