17 de julio de 2017

Cassani es la mejor opción político-institucional para acompañar a Valdés.

Haciendo uso de la condición ciudadana dimanada de la política reinante, en donde la actualidad democrática, nos instaura en la vivencia de un sistema de alianza única, de la cual hemos de ratificar o rectificar por voto, es decir que independistamente de cuanto o como, todos somos parte del oficialismo gobernante (hasta y más que nada los opositores políticos que saben que no ganarán y se ocultan tras un cargo legislativo salible a sobremanera legitiman este circuito) y por ende participes necesarios, con derecho (voto lo tenemos por obligación) para expresar nuestras consideraciones, así se nos convoque o no, a las tertulias en donde supuestamente se escucharían las expresiones disonantes, la formulación del binomio a gobernar la provincia para el próximo mandato, se debe completar con la figura acendrada, de un hombre aplomado en el carácter y templado en el manejo de los tiempos del poder, que asimismo, a diferencia de uno de sus competidores directos, no se haya desempeñado en tal cargo o en otro de mayor rango, trayendo consigo elementos que han quedado en el olvido inmediato de la política correntina.

Es más sencillo de lo que las palabras, o al menos estas, puedan expresar. En diferentes partes del mundo, la democracia, está viviendo una modificación, natural, lógica y correspondiente a los tiempos que creemos que corren junto a nosotros. Es decir, sí nos ponemos a pensar desde cualquier perspectiva es imposible que este fenómeno no ocurriera.

En menos de dos décadas, culturalmente (que desde este pliegue el tiempo de cambio se ralentiza) modificamos nuestros hábitos de consumos, nuestras maneras de comunicarnos, como así también nuestras estructuras más básicas y elementales como el hogar y la familia.

Lo que otrora, hasta incluso para la ley, era por ejemplo un hijo ilegítimo por haber sido concebido por fuera del matrimonio, hoy podría ser considerado un delito el sólo mencionarlo y hasta ser acusado por maltratador ante instituciones creadas a los efectos de cuidar con celosía, derechos de hasta quinto grado o incluso de animales y porque no de hormigas californianas.

La comunicación ha dejado de ser tal, es decir, vivimos en el interdicto de una expresión continua en donde tal velocidad nos interpela a que reduzcamos, paradojalmente los mismos niveles de expresividad, dado que un piropo puede ser tomado o interpretado como una aviesa situación abusiva.

Uno puede adquirir por la red, desde niños, armas y bacterias, pero sí pretende alquilar los servicios de quién se ofrezca para sacarle un polvo podrá ser declarado un tratante de personas. Lo mismo sí cariñosamente le dice puto al peluquero del barrio que en unión civil, alquiló un vientre en España para adoptar un niño que será más suyo y de su pareja que de nadie. Cómo a nadie se le ocurrirá cuestionar porque en tal sociedad un peluquero gana más que un docente, médico y lo mismo que un político. Porque los periodistas comunican los secretos de las sabanas, los intríngulis de amoríos y como si fuese poco, pretenden ser tratados de intelectuales.

La democracia, como no podía ser de otra manera y mal que les pese a los intelectuales, sobre todo a los orgánicos, a los que se acendran en las usinas académicas de formación de seres enlatados prestos a comprar, para reproducir, fotocopias de artículos que son en el mejor de los casos, alguna buena lectura de Marx o de cualquier otro autor neomarxista o que haya leído a Marx, ha pasado a ser otra cosa de lo que era, apenas unos años atrás.

Como decíamos no es necesario, verlo o leerlo afuera, por más que esa mirada también sea ratificatoria de lo expresamos.

Las democracias liberales, occidentales o como las queramos llamar, no interpelan a sus ciudadanos a que elijan a sus representantes o a quiénes las administren. La democracia pasó a ser un rito plebiscitario, una jornada electoral en donde por una mayoría matemática, se determina sí el grupo que se hizo en el poder continuará o no continuará.

Es decir, no elegimos más (en verdad nunca elegimos, pero como dirían los Españoles no la vamos a liar parda, que allí está el negocio de ciertos intelectuales, hacer incomprensible lo obvio) no optamos por quién gobierna, ratificamos o rectificamos a los que gobiernan.

Cómo esto no está aún, expresado en tales términos, usamos, al grupo (llamarlos partidos sería un insulto a quiénes han formado o creyeron en partidos políticos) que pretende disputarle el poder para en verdad, sacarnos a los que nos están gobernando. Claro que la tendencia natural, a permanecer en lo mismo, como las ventajas competitivas que tienen material (sobre todo mediática como económicamente) como hasta espiritualmente (en cuanto a expectativa, el voto útil o voto condicionado que generan por sobre quiénes les pagan el sueldo manejando las cuentas públicas) hacen que sea casi imposible que un gobierno deje de ser tal, de acuerdo a como está planteada la democracia actual.

Para que suceda un cambio, es decir, para que la ciudadanía, salga de todo aquello, no sólo tiene que estar mal en todo sentido, sino estar cansada, fatigada, harta de esta situación y expresarlo mediante el artilugio del voto. El caso testigo sería la actual situación de Venezuela pero no ahondaremos en esto, dado que son demasiadas las voces que viven a costa del pueblo venezolano, expresando sandeces sinsentido (no pretendemos ser decoloniales, pero sorprende la cantidad de descendientes de conquistadores, que diciéndose de izquierdas y con sus pelitos al viento, enajenan bolívares para trocarlos en euros por escribir argucias eurocéntricas inconcebibles y a-conceptuales) mientras el pueblo debate en las calles, mediante sangre, lo que debería debatir en una elección.

La democracia, nos salva de aquello, precisamente, de allí que la conservemos, pero eso no significa que no represente esto que decimos, que devino, que se convirtió en un ratificatoria, de la continuidad o no  de un gobierno. Lo mejor que podemos hacer, es desde el lugar en el que uno vive, poder hacer uso de esos derechos que garantiza la democracia. Más que nada la voz, el voto no sólo que es obligatoria, sino que además puede ser comprado, no tenido en cuenta o no contado, y como dijimos, no es tan raro que así suceda.

En la provincia que me tocó nacer, gobierna una fuerza política que va camino a los 20 años. Mal que les pese a un puñado de conocidos y entusiastas que van a los premios por el grupo contrario (los otros están cubiertos, los que desde cargos en el legislativo se dicen opositores pero no lo son en lo fáctico) no existe clima para que la sociedad manifieste su cansancio, agotamiento o hartazgo ante quienes nos gobiernan. Como si fuese poco, el líder es un hombre muy perspicaz, que puso al mejor de sus posibles candidatos. Un hombre menor de cincuenta años, con carisma natural, de padres de los dos partidos nacionales más caudalosos y representativos y con aparente fuerza como para ponerse la campaña al hombro y no sólo ganar, sino arrasar.

Aquí vemos, precisamente, y en este uso de nuestro derecho democrático de la voz, de la necesidad imperiosa, que el vice, que el hombre que lo acompañe en la fórmula sea el Presidente de la Cámara de Diputados de la Provincia, Perucho Cassani.

Valdés en su rol de político inquieto, sin temor a sentarse en la casa más humilde del barrio más olvidado, para acrecentar la imagen de una parte nueva de un gobierno que pretende mucho más, está descuidando, precisamente lo que le puede proveer un hombre con algunos años más, con algunas canas más, con algunos kilos más y con algún grado de mayor de mansedumbre. Ese hombre, podría haber sido también el ex gobernador y ex vicegobernador, Braillard, más cercano al Presidente de la Nación, sin embargo, este dotará de mayor significancia a un pasado para muchos más olvidable que recordable y no sería bueno introducir más variantes a una elección que parece un mero trámite.

Perucho acompañando a Valdés le hará recordar a este, que son en verdad, los sucesores, los herederos simbólicos de un trono o ejercicio dinástico del poder. Perucho podría evitar que Valdés se embarre más de la cuenta y de lo necesario. De un barro, que no desconoce, al contrario lo conoce, lo seduce y le encanta, pero que en este rol de futuro gobernador (que lo tiene que ejercer no sólo dialécticamente sino en sus actos, en esto de no salir a las horas de haber sido ungido a cuanto micrófono se le cruzo, debatiendo casi con su oponente) no le conviene, a él, ni a nadie.

Pensar en injertar un peronista acompañando la fórmula, no sumaría electoralmente nada. Los cuadros que le sumarían como vice a Valdés son más jóvenes que este y la provincia no toleraría una fórmula tan en pañales. Un peronista carcamán no sumaría más en un significante cuasi mafioso o de camándula, afectando la frescura del candidato y poner un sosías, es decir un títere de un carcamán peronista, consolidaría el pseudo ataque opositor de tildar la continuidad del gobierno como una expresión titiritesca.

Siquiera a su opositor, porque suponiendo que se produzca el milagro que gané, no podría gobernar tampoco con todo el resto de los poderes en contra, o mejor dicho sin que las condiciones estén dadas.

Insistimos no se trata de lo que uno desea, sino de lo que es. Sí de desear se tratase votaríamos al candidato que mejor nos caiga en gracia, pero sabemos o vamos aprendiendo que el sistema no es así. El sistema nos impele a que digamos sí estamos hartos, cansados y saturados del actual gobierno. No existe tal clima, pero claro que esto es dinámico y no por ello es descabellado que desde las oposiciones siempre se haya pensado en ese concepto aterrorizador de “cuanto peor, mejor” y de allí que los oficialismos deban reducir sus márgenes de errores, abrir el abanico para que no parezcan tan endogámicos, esclerotizados y cerrados y paguen no sólo a financistas y marketineros, sino a los que piensan al poder.

¿Te lo digo otra vez?, Perucho es, el mejor vice para Valdés 


Comentarios »
sandra Miguel
VOTO A PERUCHO CASSANI UN HOMBRE CON TEMPLE ,CONOCEDOR DE LAS NECESIDADES DE LOS CORRENTINOS QUE AMA SU PROVINCIA.ES EL MAS INDICADO PARA ACOMPAÑAR A VALDÉS COMO VICEGOBERNADOR.
sandra Miguel
VOTO A PERUCHO CASSANI UN HOMBRE CON TEMPLE ,CONOCEDOR DE LAS NECESIDADES DE LOS CORRENTINOS QUE AMA SU PROVINCIA.ES EL MAS INDICADO PARA ACOMPAÑAR A VALDÉS COMO VICEGOBERNADOR.
Ana Beatriz Barboza
Adelante este debe ser uno de los mejores Candidatos mirando adelante y con énfasis de salir a ganar la campaña junto a Gustavo Valdez !!!!
Irma Graciela Ginocchi
Sin duda el mejor candidato .conoce la provincia .Conoce como funciona la legislatura .Es un hombre con valores .Le apasiona la educación y la cultura Y por sobre todas las cosas es un hombre de consenso y de sensibilidad social .Además GOYANO. PERUCHO VICEGOBERNADOR
Irma Graciela Ginocchi
Sin duda el mejor candidato .conoce la provincia .Conoce como funciona la legislatura .Es un hombre con valores .Le apasiona la educación y la cultura Y por sobre todas las cosas es un hombre de consenso y de sensibilidad social .Además GOYANO. PERUCHO VICEGOBERNADOR.
Escribir un comentario »