Proyecto de Ley para tipificar el odio al Pobre o la Aporofobia.
La aporofobia es un término acuñado en los años 80 que define el fenómeno del rechazo a la pobreza manifestado a través del odio, la repugnancia o la hostilidad ante el pobre, el sin recursos o el desamparado. Dada la situación de precariedad y vulnerabilidad de las víctimas, es un fenómeno poco denunciado, y por tanto también invisibilizado. No obstante, numerosos informes apuntan que es cada vez más frecuente, agravado en ocasiones con escarnio a través de las redes sociales.
La filósofa Adela Cortina buscó en el léxico griego la palabra «pobre», áporos, y acuño el término «aporofobia», que se está imponiendo de forma exponencial. Además de definir y contextualizar el término, Adela Cortina explica la predisposición que tenemos los seres humanos a esta fobia y propone caminos de superación a través de la educación, la eliminación de las desigualdades económicas, la promoción de una democracia que tome en serio la igualdad y el fomento de una hospitalidad cosmopolita”.
La clave de esta problemática es que la sociedad culpa a la víctima. En este tipo de agresiones hay una distorsión cognitiva, se asume que las personas sin hogar son merecedoras de sus circunstancias, potenciales delincuentes y no víctimas. En definitiva: el caldo de cultivo perfecto para los delitos de odio.
Los valores humanitarios y filantrópicos que dieron origen a la Comunidad Económica Europea primero, y a la Unión Europea después, están dejando paso a la inequidad de un modelo económico que repudia la indigencia que produce. En España, el código penal protege a las personas sin hogar de manera insuficiente. No está tipificado el delito de odio, sino una serie de tipos que podrían calificarse como tal. Únicamente existe el agravante genérico de discriminación del artículo 22.4. A nivel jurídico se intenta hacer frente a esta carencia en la legislación frente a la aporofobia introduciendo el concepto de trato degradante en el delito contra la integridad moral del artículo 173.1. Esta vía supone un incremento de la pena, de modo que en el caso de agredir a una persona en exclusión social, no se limita a una simple falta de lesiones.
Hoy es el día Internacional de la Justicia Social, principio fundamental para la convivencia pacífica y próspera dentro los países y entre ellos. Hoy es un día para hablar de la aporofobia, para que a todos nos sepa la boca a galletas con dentífrico y para asumir que estamos ante un fenómeno invisibilizado de vulneración de derechos fundamentales.
En Argentina, el ensayista Francisco Tomás Gonzalez Cabañas, quien acuño el término de “Democraticidio” y que pretende tipificarlo como el delito que cometen los funcionarios contra la democracia (por acción corrupta o inacción desaprensiva) mediante el Centro de estudios Políticos y Sociales “Desiderio Sosa” estudia incorporar la aporofobia tal como en España, como una manifestación de criminalidad ante la democracia misma, dado que atentar contra los integrantes más vulnerables, atacar al lado más débil de la comunidad y la institucionalidad democrática, es ir contra el corazón mismo de la democracia, su sentido y razón de ser a lo que agrega "pero los causantes deben ser penalizados en proporción a la responsabilidad que tengan ante tal situación de pobreza, es decir no es lo mismo para quién la genera o teniendo la obligación de reducirla no hace nada, que aquel que se ríe de eso o para el inocente que no hace nada o mejor el que desde su lugar de ciudadano ayuda a contrarrestarla".
Link Democraticidio:
Aun no hay comentarios, sé el primero en escribir uno!