Horóscopo Político Correntino.

Durán Barba contó alguna vez un ejercicio que se practicaba en los focus groups para saber cómo eran visualizados los respectivos candidatos. Consistía en mencionarle a alguien el nombre de un político y pedirle que lo asocie a un animal.

Horóscopo Político Correntino:

Ricardo: Oso: Temerario, Arisco y estelar. Ingresará próximamente en un período de hibernación del que tal vez requiera sacar lo mejor de sí, en caso de que quiera retornar al gran bosque alguna vez. Son muchos y varios los cazadores que tratarán de aprovechar esta período para encarcelarlo y terminar con su dinastía (tal como el Oso hiciera con el Corcel y otrora rey a quién encarceló para ejercer su dominio).

Perucho: Hormiga: A diferencia de la Cigarra, las hormigas vienen trabajando denodada como subterráneamente. Se constituyeron en los segundos en importancia en la gran selva política correntina. El hormiguero requiere no tanto una extensión numérica sino más que nada conceptual. Existen muchas más hormigas, de otros tamaños, colores y olores a las que deberán asimilar, corresponder, contener y propulsar, a los efectos de la correntinidad misma pueda constituirse en un gran hormiguero en donde todos trabajen a la par, con tesón, con expectativas de crecimiento y sin dejos egoístas, soberbios que terminen corrompiendo la posibilidad de libertad del medioambiente.

Gustavo C: Rata: Tal como su homónima en el Horóscopo Chino, De naturaleza escurridiza  sabe sacar partido de cualquier situación. Este presente electoral le exigirá sus mejores artes, para borrar con el codo lo escrito con la mano en caso que quiera apagar el ECO. Aprenderá la ley Karmática que todo lo hecho, regresa, y con mayor fuerza, sí es que lo realizado se hizo de mala fe, aprovechando una posición de poder contra quiénes lo ayudaron a llegar a la misma, en una furibunda demostración de perversa malignidad y por sobre todo de cobardía para asumir lo que es.

Camau: Camaleón: Según el mito, Dios envió al camaleón para anunciar a las personas que nunca morirían, pero los camaleones andan dudando - un pasito adelante, (casi) un pasito atrás - y el mensajero llegó con retraso. Así que un lagarto se anticipó con un nuevo recado; la mortalidad. El heraldo de la muerte llegó primero y estableció el destino de la humanidad. Ajeno a nuestras vidas, el camaleón sigue moviéndose vacilando. Deberá antes de las PASO, es decir de seguir vacilando, que hace con el viejo y perdedor peronismo, sí lo lleva como saco de plomo en su última aventura electoral o sí decide constituirse en el mandamás de la selva incorporando al resto de los animales que no lo acompañaran en el caso de que se siga acompañado de venenosas, rastreras y perdidosas víboras de mala fortuna.

Hasta la próxima semana.