7 de febrero de 2017

¿La Candidata de Cristina en Corrientes?.

La Intendente de Perugorría, Angelina Lesieux, habría recibido la propuesta desde hombres de confianza de la ex Presidenta de la Nación que encabece la fórmula como candidata a gobernadora por la provincia de Corrientes, en representación del espacio “nacional y popular” que hubo de abandonar el Senador Nacional Camau Espínola (tendría cerrado su acompañamiento al Massismo, vía un lugar para Artaza y un guiño al Macrismo para votar leyes claves) y en donde no tallaría Teresa Parodi, como en un primer momento se especuló desde tal trinchera política. El avance judicial, que lo tiene cercado a Oscar Parrilli y que tendría como objetivo final llevar a Cristina a la cárcel, y que es entendido como una persecución política, habría adelantado y fortalecido, la estrategia política del peronismo K, de plantar batalla, en todo y cada uno de los distritos del país, para poner hombres leales, convencidos, que defiendan no sólo 12 años de un gobierno nacional, sino que pretendan recuperar las banderas del mismo, más allá del actual interregno, en el que algunos oportunistas huyeron ante la primera de las tormentas. Angelina en Corrientes, es garantía de fiabilidad, de convicción militante y de aguerrida entrega para el combate político.

 

Hablar del Kirchnerismo, de un tiempo a esta parte, lleva, casi obligadamente (¿intencionalmente también?) a referirnos a la  cuestión ética, en relación a la política y el manejo de la cosa pública. En Corrientes, como en casi todas partes del país, quienes más se identificaron con el proyecto nacional y popular, salvo Camau que tras un viaje institucional con el Presidente Provisional del Senado, Federico Pinedo, a Londres viro su bandera política identitaria, también resultaron salpicados por denuncias, cuando no por escarnios y delaciones, o juicios mediáticos sumarísimos,  como el caso que pretendió involucrar a la intendente de Perugorría.

Spinoza en su ética, consideraba lo siguiente. La “Geometría de las pasiones” analiza la influencia de las pasiones sobre la razón y el poder de la razón sobre las pasiones. Inicia aceptando como base el instinto de preservación de todos los seres (cupiditas) a partir del cual se derivan los dos afectos principales: la alegría (afecto que promueve la preservación y perfeccionamiento de la propia existencia) y la tristeza (afecto que promueve su destrucción). El hombre libre no es aquél que domina sus pasiones, es el que las comprende en toda su integridad, las acepta y, considerándolas útiles, se sobrepone a ellas. El hombre siervo es el incapaz de entenderlas y por tanto, de moderarlas y de sobrevivir con ellas. “La naturaleza no hace más que seguir su orden necesario. Si el hombre quiere dominar las pasiones debe considerarlas como parte de la naturaleza humana y, por consiguiente, del orden universal en que figura ésta. Solo así podrá pasar de la servidumbre a la libertad, del mal al bien”. Bien y mal no son categorías morales, son ontológicas. El hombre bueno es el que lucha por preservar su ser -en eso consiste la mayor virtud para Spinoza- mientras el malo, lucha por lo contrario.

En términos más terrenales, o en buen romance, la ética de Spinoza, lo que propone, es dinamitar la distancia entre lo ideal (teórico) e inaccesible, por algo más asequible, humano y por ende posible. Spinoza nos propone salir del intento, siempre vano y que derrapa en fracaso culposo, de pretender tener una vida perfecta, angelical y eidética, por otra más fáctica, como posible de ser atribulada de imperfecciones que se pueden ir corrigiendo con el paso del tiempo.

En términos políticos, la operación mediática de la que fue víctima la Intendente, por su compromiso militante con el proyecto nacional K, tiene más que ver con esto aspectos de la política, que con un compartimiento lesivo de las acciones públicas. Esto no significa que todos sean lo mismo, pero sí se exigen pautas éticas, como las que sólo podrían cumplir ángeles celestiales, en el lodazal de la política correntina, todos los que alguna vez pasaron por el manejo de la cosa pública, deberían estar como Tato Romero Feris, con prisión domiciliaria, como mínimo.

El Kirchnerismo, camino a los dos años fuera del poder, sigue representando casi un tercio de la población electoral (y probablemente en vez de descender, aumente, en un escenario de conflictividad económica y social del gobierno M). En Corrientes, este porcentaje se cumple a rajatabla, y tras Angelina, La Cámpora, y partidos tradicionales como el PA y movimientos sociales, podría conformar un tercer frente que se meta de verdad en la pelea electoral por la gobernación correntina.


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