“Nos encaminamos a la construcción de otro sistema político”.
Próximo a presentar su nueva obra “La democracia desiderativa”, ¿De qué trata la misma o que aspectos nodales aborda desde lo que podemos imaginar a partir del título?
La primera parte es un diagnóstico, desde una perspectiva psicoanalítica (tanto desde conceptos Freudianos como Lacanianos), otra desde la filosofía política contemporánea (la mayoría de los colegas actuales que coinciden en el estadio terminal de lo democrático) y finalmente desde lo comunicacional o un campo más vinculado con lo práctico, con el sentido común o con las últimas experiencias de movimientos políticos en diferentes lugares de Occidente. La conclusión es menos que una línea, es la frase conceptual de título del libro, la democracia es desiderativa. Es decir es solamente expresión de deseo, y a renglón seguido, la invitación a que asumamos que la democracia, ya nos ha dado todo los que nos podía dar. En todo caso, debemos salir del Síndrome de Estocolmo en que estaríamos subyugados y pensar bajo la lógica, no del arriba y del abajo, como proponen los neomarxistas, sino más que nada, o antes que nada, entre los que estamos dentro y que hacemos con los que están afuera. El libro propone, que nada tendríamos que hacer, es decir no fijar ninguna regla ni tutelar a los que están afuera, si es que antes; o los dejamos entrar a todos, o todos salimos a la intemperie en donde hemos segregado a esa especie de subhumanidad, conducido a esos archipiélagos de excepción, los habitantes del gueto tras los muros, los migrantes con portación de rostro, que padecen todo tipo de ultrajes, a los que sometemos con la pobreza y la marginalidad, para que unos pocos vivamos medianamente bien y hasta nos demos el lujo de filosofar y escribir libros.
¿Apunta a un público académico especializado?
En verdad no, apunta más que nada a la clase dirigente, es casi un ruego, un pedido desesperado para aquellos que están en el poder, que den cuenta, antes que sea demasiado tarde, que el cambio tan necesario, puede darse, con cierta apoyatura desde el poder piramidal, de hecho probablemente suceda, pero en un sentido contrario a lo que resultaría favorable. Lo diré con un ejemplo para hacerlo un poco más claro. Sí el Presidente de los EE UU conducen al mundo a una guerra nuclear por llevar adelante determinadas políticas públicas, desde esa pirámide del poder, se estará, casi inconscientemente, invitando a que el sistema se modifique, a que el votado, circunstancialmente, deje de ser democrático, y sea una amenaza para la humanidad que excede lo democrático. Porque y esta es una de las piezas claves del libro, la sacralización que hemos hecho de lo democrático, por ejemplo del acto eleccionario sobre todo en Latinoamérica, nos condujo a una absolutización de la misma, en cuanto a criticarla o mejorarla y aceptarla en su inacción desiderativa o que sólo es expresión de deseo. Nadie que tenga la más mínima sensibilidad, o que practique alguna religión (de hecho desde el Vaticano, como pocas veces en su historia se trabaja desde un lugar de crítica al sistema imperante), puede aceptar que tengamos los índices tan paupérrimos que nos brinda, que nos da, que nos lega, que nos promete, que nos tima o que nos generamos, en el mejor de sus esfuerzos desde la democracia.
¿En términos puntuales, plantea usted una salida concreta y como sería la misma de lo democrático?
En el libro, expresamos esta suerte de revolución, como sinónimo de cambio, como del lenguaje, no sólo por aquello tanto bíblico de que primero fue el verbo y lo filosófico de que el ser habita en el lenguaje, sino porque aquí estará la parte por donde se desatará el nudo Gordiano. El distrito de la palabra, es en donde actuará el ciudadano, formado biopolíticamente (es decir el que escapo de la pobreza y pudo estudiar o nutrirse también espiritualmente) y que manifiesta a diario su inconformismo con lo que expresa hasta ahora la democracia, esa lógica de partidos, de discursos del marketing y vacíos de verdad como de contenido, una sinergia que se está acumulando, por el momento inorgánica y hasta anárquicamente, pero que más temprano que tarde encontrará el ducto, cuando la gran hendija del sistema produzca que se despresurice el ámbito en que venimos casi asfixiados…
Es casi profético, podría ser más preciso o claro…
En los términos que proponemos en el libro, creemos que en un cierto momento, avanzaremos hacia un sistema que contemple, tal vez en un comienzo, en un inicio, un poco forzosamente, más lo colectivo que lo indiviual, lo general que lo particular, a la inversa de la lógica actual. Podríamos elegir entre proyectos de gobierno, entre propuestas, más allá de quién o quiénes los lleven a cabo, o podríamos elegir equipos de gobierno, ministros y secretarios, en las diversas áreas, más allá de quiénes los conduzcan o dirijan (un Alcalde, Gobernador o Presidente) finalmente y como para dejarles ganas de que lean el libro, creemos que la posibilidad del voto tiene que tener relación con la condición de cada hombre, es decir, no será lo mismo para ese nuevo contrato social, lo que tenga para aportar una persona que ha permanecido afuera del sistema que otro que siempre estuvo adentro, la ecuanimidad, la armonía natural, el equilibrio tan sabio que se expresa en la naturaleza como en el cuerpo, vamos a trasladarlo al ámbito social, de lo contrario, sino hacemos esto, el escenario es sencillamente tenebroso y ya escribieron, y lo siguen haciendo, varios colegas, en como terminaríamos, mucho más temprano que tarde, como si fuera poco.
Entrevista realizada por Hernán López, autorizando a la publicación de la misma libre y gratuitamente.
Más datos del autor (Francisco Tomás González Cabañas):
filopolitica.wordpress.com
lapoliticaaldivan.blogspot.com
democraciaincierta.blogspot.com
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