4 de enero de 2017

Salvemos la democracia.

La presente expresión política surge a los fines explicitados, creemos estar en el tramo final de un proceso en donde, quiénes vienen anteponiendo sus intereses personales por los colectivos, pervierten a mas no poder, tanto el sistema como la institucionalidad democrática, llevando a grados intolerables la credibilidad política, como la insustancialidad de la misma, extendiendo o en el mejor de los casos, manteniendo, sin hacer nada al respecto, los siderales y crueles índices de pobreza y marginalidad.

Creemos como primer punto, como condición sine qua non, que se deben llevar en todos y cada uno de los partidos políticos, a los efectos de que sigan siendo considerados de acuerdo al artículo 38º de la Constitución Nacional, elecciones internas para que se elijan, a partir de este proceso, pura y eminentemente democrático, sobre todo los candidatos a cargos electorales, y de esta manera, concluir, terminar y obturar, el primer y tal vez, más grande desvío que realizan las organizaciones políticas, eludiendo, el principio básico por antonomasia de proponer a sus candidatos a diferentes espacios, sea para representar a la ciudadanía en los distintos poderes ejecutivos (municipales o el provincial) y legislativos (concejos deliberantes y legislatura) mediante el voto de sus afiliados y en los casos en que se permita de los ciudadanos independientes.

A los efectos de contribuir con esta acción salvífica, y más allá, incluso de que esto pueda ser considerado, mesiánico, no es ni más ni menos, que el armarnos, en el sentido literal, en el mejor de los sentidos, en defensa de nuestra institucionalidad democrática.

Este armarnos, no tiene que ver ni con el uso de la fuerza, en ninguna de sus manifestaciones, como tantas veces en la historia se la usó por facciones varias, ni con la protesta o la crítica, permanente, para llevar a cabo un impedimento  o una profundización de las grietas democráticas. Este armarnos, tiene un sentido estratégico, también claro, prístino y contundente.

Avalamos, promovemos, instamos y seremos celosos custodios, para que en todos y cada uno de los partidos políticos intervinientes en la vida pública de la Argentina, se lleven  a cabo elecciones internas para luego de tal proceso, poder ofrecer, legítimamente, al electorado, sus respectivos candidatos.

A todos y cada uno de los dirigentes de los distintos partidos, como a los ciudadanos independientes, los convocamos, a que por intermedio de esta denominación de “Salvemos la democracia”  o sus vertientes “Custodios de lo democrático” o “Guardianes de la democracia”, participen en la vida interna de los diferentes partidos, que actúen en todos y cada uno de los que estén habilitados por la justicia y que por sobre todo, presenten sus listas de pre candidatos a los efectos de exhortar al cumplimiento del principio democrático por antonomasia de que los candidatos sean elegidos por elecciones internas.

Por supuesto que estamos mucho más allá de resultados, lo que se pretende es precisamente salvar a nuestro sistema democrático, que está en riesgo, insistimos, no producto de intenciones expresas en contra, sino por el constante e irresponsable, uso y abuso que se hace del mismo, por parte de una dirigencia, en su mayoría estulta que no entiende ni comprende que la única manera de sostener y consolidar el sistema del que son los mayores beneficiados, es el de cumplimentando sus reglas elementales.

Es un acto de libertad, como revolucionario, en el mejor de los sentidos, que más allá de incluso que se pretenda, como de que se logre, ganar una elección interna en algún partido, consolidara nuestro sistema democrático, al punto de evitar que el mismo, llegue a una instancia en donde no se crea más en el mismo y producto de esto, muchos de los ciudadanos suscriptos al pacto tácito manifiestan tal disconformidad de manera aún más violenta y agresiva de lo que se vienen manifestando y actuando, todavía en minorías desorganizadas.

El que seamos muchos los “salvadores de lo democrático” en la mayor cantidad de los partidos, forzará a la dirigencia que se rehúsa a “ponerse los pantalones largos” a realizarlo de inmediato y de tal manera llevar a cabo elecciones internas y en el caso de que muestren impedimentos como para hacerlo (por lo general siempre son argucias leguleyas) presentaremos las acciones colectivas ante la justicia o ante organismos internacionales de defensa de derechos humanos y lo democrático, para lograr tan importante como ansiado fin; propender a una comunidad democrática.

La democracia somos todos.

 

Los del Parque                                                                                 Los de la Fuente. 


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