El gobernador de 2017 será quién resuelva la “Angustia de Mando”.
Ocurre que a menudo escuchamos en la confitería, en la peluquería, a la salida de las Iglesias, ni que decir en los pasillos de las oficinas gubernamentales, esos comentarios acerca del comportamiento o la actitud de tal o cual político. Por lo general son referencias negativas, que hablan acerca de un abuso de poder, del que antes no era nadie, y que una vez que llego, se olvidó de todos y todas, que cambio de auto, de mujer, de amigos, de celular, de costumbres. Entonces la culpa la tiene la política o en todo caso, el susodicho o susodicha. En verdad, ni uno ni lo otro, la política es el ejercicio cotidiano del poder, donde la dimensión temporal, incorpora la potencia, como un tiempo verbal más importante que el presente, el pasado, futuro o que el propio potencial. Para ser claros, quizá el próximo Gobernador, ni que decir de sus Ministros, este en este momento leyendo este artículo, o tomando un café con alguien que ni siquiera sabe que este se dedica a la política, tal como en su momento irrumpieron, casi desde una nada política, tanto Camau, Bofill o Artaza, para citar ejemplos de políticos actualmente activos o considerados como tales. O para ser más claro, quién se hubiera arriesgado a decir, en Mercedes en el año 1989, que ese tal Ricardo sería 3 veces gobernador de la provincia. Esa potencialidad le confiere a la política un orden de las cosas, que no la tiene ni la religión ni la filosofía. Porque en su ejercicio, ese que no era nadie, cuando ejerce el poder, hace sentir la fuerza del mismo, que repercute en todos y cada uno de los ciudadanos; todos hablamos de él, porque nos pertenece (dimensión de lo público y privado), y sí lo habíamos conocido antes, le vamos a reclamar que nos trate como si fuésemos conocidos de antaño, sin embargo, esa potencia ya se transformó en acto y por tanto, lo que queda es ese comentario del pasado, de lo que era, y que ahora no es, una suerte de lamento por no haber vislumbrado la potencialidad del que ahora es.
Pese a que intentamos hacerla fácil, nos encontramos con una nueva dificultad, debemos ser honestos, al menos intelectualmente, por más que, por ejemplo, supiéramos por un capricho celestial, quién indefectiblemente será el Gobernador en 2017 y actuemos en consecuencia, es decir nos pongamos desde ahora, bajo su mando, su férula, le armemos los equipos políticos, le llevemos sus niños al colegio, le preparemos el café y todos los servicios que le queramos brindar, eso tampoco nos garantizará que cuando esa profecía se cumpla, y a quién hemos servido arribe al sitial de poder, cumpla con nuestras expectativas. No se trata de que el fulano sea un cagador o mal pagador o no nos cumpla, sucede lo que estamos desentrañando, la dinámica del poder, y sí no entendemos cómo funciona, y después de allí, como opera en la subjetividad del ser humano (sin entrar en lo imposible de los detalles y características de cada uno individualmente), siempre estaremos en la incorrecta vereda de no entender, de decir cosas que no son, esperar imposibles y de trabajar por una expectativa imposible.
Ahora se entiende porque se precisan los números, no como abstracción, o como historia seriada de una costumbre humana, el camino de la certeza inexpugnable del que A gano a B, por tanto por ciento, es casi una necesidad imprescindible, como en un partido de futbol, que algo se imponga a otra cosa. Claro que el error, en el que varios caerán de aquí a marzo del año que viene, es interpretar la realidad o tratar de diagnosticar el fenómeno político a través de solamente el frío número de una elección, previamente auscultada por una encuesta o solamente por la lectura posible del número y no su integridad en donde el número sólo es una parte de la historia, política, como historia al fin, de las cosas humanas, de hecho es una abstracción de lo humano, puesta el servicio de sus deseos y la política es adquirir el poder para hacer desear.
Nosotros consideramos, que el concepto que debe desentrañar quién se alce con la gobernación en el 2017, es el que llevamos como título, el que resuelva la angustia de mando, frase conceptual que la tomamos de la filosofía política, mediante el catedrático Italiano contemporáneo, a quién se cita a continuación, para explicar esto mismo:
“Todo mando está constituido por dos elementos; un impulso y una espina. El impulso, “la energía motora” del mando, encierra la coacción del destinatario a ejecutar la orden, mientras la espina está destinada a permanecer en quien la cumple. La espina del mando introyectada acaba por agudizarse, transformando la natural resistencia inicial del subalterno en oposición y en abierta rebelión. Pero todo esto sucede solamente cuando el mando se ejerce sobre un solo individuo. En la masa, en cambio, el mando se expande horizontalmente e, incluso sí algunos empiezan a rebelarse, el movimiento se disipa de una manera fulmínea sin crear ninguna espina. No obstante la espina del mando no actúa solo sobre los dominados, sino también sobre quienes emiten las ordenes, transformándose en una “angustia de mando” que crece desmesuradamente cuanto más se asciende hacia los vértices del poder. No le quedan pues, al poderoso, sino dos caminos: librarse de la espina renunciando al poder o, como Schreber encerrarse en el delirio paranoico de suprimir a los otros para ser el único, el superviviente por antonomasia. O bien como solución más moderada y frecuente, pero no por ello normal, cultivar el deseo de servirse de los otros para convertirse en único con su ayuda… La lógica del poder parece estar constituida por dos polos; el impulso a la multiplicación y la obsesión paranoica de la supervivencia a cualquier precio.” (Contra el Poder, Giacomo Marramao).
Más allá de partidos, de expresiones ideológicas, de herencias, de estado del país, o incluyendo todo esto más todo lo que se pretenda agregar, quién logre resolver la “angustia de mando” que produce el ejercicio del poder, será nuestro Gobernador en 2017, y esto es mucho más que una profecía, futurología, una expresión de deseo, o un comentario innecesario, lo vamos a ir demostrando a medida que el fenómeno se traduzca en realidad.
Lo mejor que podría hacer quién aspire a gobernar, además de un descanso que lo recargue de energías, es precisamente, dotarse, nutrirse, ensimismarse de conceptos, el resto, (la acción, la realización y hasta los resultados) llegan casi, por añadidura.
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