9 de diciembre de 2016

Cuenta regresiva.

Te va a llegar nomás el 10 de diciembre, este no, el próximo, cuando adviertas, cuan ruin y destructiva es la enfermedad del poder. Notarás la baja sensible y ostensible de toda la parafernalia del funcionariado, sin embargo, eso será lo más sencillo a lo que te tendrás que acostumbrar. Te va a costar, sangre, sudor y lágrimas, y eso que vos no sos Inglés y vas a tener que acudir al google para fijarte quién fue Churchill, porque tu secretario, como tu gloria, se habrán ido, en un hazmerreír, en el acabose frenético en el que fuiste fecundado.

Si nos adelantamos en decir esto, es porque precisamente, dentro de un año no valdras nada, absolutamente, o mejor dicho, valdrás exactamente lo que sos sin poder, sin esa poltrona mágica que te llegó casi de casualidad, más por capricho del destino, que por tus habilidades, que como muy bien sabes, son más bien, escasas, nulas, salvo, la gran autoestima, que hizo que te creyeras alguien y otros más infelices que vos, no se te impusieron en el camino, entonces el sistema te llevó solito, elecciones obligadas, intereses que te excedían y vos como partenaire. Como afortunado ariete del engranaje que te puso allí, en el momento justo y en el lugar indicado, con toda razón, la de tu limitación, empezaste a acopiar bienes materiales y fortuna, sin ton, ni son, golosa como impunemente.

Y esta, la que viene es la parte más divertida, para tipos como vos, que se la creen siempre que la tienen más larga, la espalda más ancha o que se hacen llamar “José Política”. Ahora todo el sistema que te puso en ese sitial, te empezará a pedir que le devuelvas lo que te ha dado y brindado. Tu cuerpo solo, sin ningún blasón del estado, no podrá tolerarlo. Cuando piensas o sientas ganas de acudir a tus amigos o familiares, como para consultarles algo, te darás cuenta que los transformaste en entenados, sin plata o favores, no sabrán que decirte, no tendrán la obligación de quedar bien, por eso perdónalos, sino te atienden el teléfono o no te devuelven el llamado.

Qué pena que teniendo la posibilidad de haber hecho tanto, se hizo tan poco, no llegarás ni por asomo a pensar de esta manera, pero muy dentro tuyo, estas oscilaciones, estas diferencias, estos extremos, te harán ruido, no te dejaran descansar en paz, se te vendrán todas y cada una de las caras, de los rostros de las personas, que directamente dañaste con tus decisiones, creyendo en el frenesí del poder, que eran tus enemigos, o locura mayor, enemigos de la gente que te voto. Y te dirás una y otra vez, con lágrimas en los ojos, frente al espejo, ante  tus familiares,  que hiciste lo mejor que pudiste, trataras de justificarte, bajo la condición de donde provenís, te cobijaras en el manto de la Virgen morena, subsumiéndote como hijo de dios, pero nada calmará esa herida, ese hueco, ese comienzo del fin que se inicia este 10 de diciembre.

Tu nombre, ni que decirte tu obra, gestión, impronta, todo esos papeles que el conjunto de inútiles que pagas con nuestro dinero, para que te doren la píldora, empezará a roerse, a carcomerse, a derruirse, ya comenzaron a ser limados, esquilmados, soterrados, socavados, erosionados y dentro de algunos meses, o años, apenas si estarás en esos manuales que nadie lee, con una foto insulsa, perdido entre el montón de tipos que lo más probable, tal como ya sucede hoy, sean señalados como quienes perpetraron los crímenes más letales contra su propio pueblo, haberles vulnerado, vejado y violado la confianza pública.

Que te sea leve, y que la dicha de la vida, que ya te ha acompañado, y vaya sí lo hizo, nunca te deposite a vos, ni a los tuyos ante personas con circunstancial poder, que actúen como vos lo hiciste en su momento, probablemente este sea el resultante más positivo, tu 10 de diciembre, tu ida, tu alejamiento del poder, tiene que ser, la huida no de tu persona, sino de la idea de personas como vos, que interpretan que el poder, son las mieses que un individuo puede administrar a diestra y siniestra, porque se hizo legitimar por elecciones plagadas de condicionamientos, para la gran mayoría, que tísicas por el hambre, no pueden discernir el pie izquierdo del derecho.  

La política es otra cosa, a vos, nunca te intereso saber, averiguar, ni buscar.  Vos ya tenes todo lo que quisiste, trata de disfrutarlo, tal vez hasta uno desee que lo hagas, nosotros mientras tanto, estaremos en ese otro lugar, en el que vos tanto denostabas, del que te reías, del que señalaste, porque no alumbraba la luz ni el calor del poder. Por acá siguen pasando cosas, y no se depende ni de elecciones , y mucho menos de tipos como vos, que ni siquiera lograron cosechar con el tiempo, con los bienes adquiridos, con el poder, un nombre y un apellido que atestigüé como decidieron transitar en su tiempo, en su época, por esta vida. Una pena, una lástima no poder que haya sido un gusto, señor…

 

  


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