21 de noviembre de 2016

Ditirambo al derrumbe del sistema

Intentaban los lobos sorprender a un rebaño de carneros. Pero gracias a los perros guardianes, no podían conseguirlo. Entonces decidieron emplear su astucia. Enviaron unos delegados a los carneros para pedirles que les entregaran a sus perros diciéndoles: —Los perros son los causantes de que haya enemistad entre ustedes y nosotros. Sólo tienen que entregárnoslos y la paz reinará entre nosotros. Y los ingenuos carneros, sin sospechar lo que sucedería, les entregaron los perros, y los lobos, ya libres de los perros, se apoderaron sin problemas del rebaño. Los lobos y los carneros. Esopo.

 

 

 

El máximo, el inmenso, único, omnipotente, cuasi-religioso órgano de conducción del Partido Justicialista, reunió a su puñadin de integrantes de la mesa directiva del Congreso provincial del PJ en la Ciudad de Corrientes, la juntada se realizo en el despacho oficial del intendente de la capital, como si fuera el living de su casa el café, los chipacitos y facturas corrieron a cuenta de los contribuyentes que aportan a un Estado inútil y adicto al pavimento y los negocios con ERSA. Es la típica confusión (o no tanto) de lo público y las empresas privadas, (entiéndase partidos políticos) y como todo lo público en definitiva tiene que ser de alguien para muestra basta un botón.

La pelea de noviecitos municipio-provincia continua, se la miden a cada rato quien la tiene más larga, dura y húmeda que va terminar en una blenorragia, pero larga es la inoperancia de ambos. ¡Si viera Néstor! Ambos se disputan un poder que no tienen, ambos serán historia en poco tiempo y pocos serán aquellos que los recordarán, pero siguen embarcados en el misticismo de su eternidad absoluta en una suerte de cosmogonía insulsa y sin estrellas, no habrá para ninguno sarcófagos y mucho menos pirámides funerarias en su honor, son apenas polvo del universo.

Hicieron del sistema político su mejor activo hipertrofiándolo hasta moldearlo a piacere, pero les está sirviendo de boomerang, todo eso volvió con el doble de fuerza pero en sentido contrario, el ciudadano de a pie, el contribuyente que en definitiva mantiene a todos ellos ya está notando la ilegitimidad del sistema político-representativo, se está dando cuenta de la ficción que nos vendieron donde se creen únicos capaces de tomar las decisiones para las cuales no fueron elegidos, como fue el caso fallido de la reforma constitucional donde se pretendía cambiar las reglas de juego básicas que legítimamente deben ser por todos decidido (plebiscito), y a todos aplicable, sin excepciones, comprimieron esa posibilidad legitima del ciudadano excusándose en una calidad representativa que no tienen y nunca van a tener, porque lo democrático pertenece al llano, no a las instituciones creadas para embestir contra las libertades.

Mucho tiempo hace que se viene incubando una suerte de panspermia donde son ahora los ciudadanos, los del llano, lo que padecen día a día la inoperancia estatal, y son ellos los que ven la posibilidad de subvertir el orden del sistema político hipertrofiado, encausarlo hacia perspectiva ciudadana y comunitaria, con el establecimiento de nuevos mecanismos de control y participación capaces de limitar, influir y decidir en las funciones que como consecuencia del desarrollo y complejidad actuales corresponde realizar al Estado.

En todo rio revuelto hay ganancia de pescador, y ahí los vemos calzándose el traje de custodios de la democracia haciendo parodia de sesión legislativa, utilizando términos como “antidemocrático” que al instante se les viene en contra desde el momento que pertenecen a una facción que arma listas electorales a dedo en una recito penumbroso, repartiendo porotos como si fuera una partida de truco, el exceso mediático que hacen de la democracia y la características propias de otras instituciones como el Poder Legislativo que no pertenece a lo democrático sino, simplemente al sistema político que va por otros carriles, cualquier acontecimiento excepcional que se presente los coloca en jaque mate y se auto-inmolan en público.

 

Por Carlos A. Coria Garcia


Comentarios »
Aun no hay comentarios, sé el primero en escribir uno!
Escribir un comentario »