El empacho se cura con aceite de oreja peruana.
El escándalo mediático que genero el dispendio de recursos públicos (o sea de todos) a las dietas (mas que dietas es una tranca de fiestas navideñas) de los legisladores nacionales, fue como si se hubiese descubierto que contiene la materia oscura del universo, los medios de comunicación son los capos entre los capos en la construcción de relatos, ocultamiento y distorsión de la información y sobre todo, de la realidad. Este mundillo de luces y purpurina llamo “dietazo” al incremento del salario de los diputados nacionales, como si fuera que nunca ocurrió semejante desbande pornográfico de saqueo a los argentinos dentro y fuera de la ley. A esta altura del partido los medios de comunicación in-comunican.
Eduardo Amadeo, fue en esta cantaleta el mas vocinglero a la hora de justificar una vidurria excelsa de los dormilones de la cámara baja, razonando el diputado e incluyendo dos posibles hipótesis que podrían ocurrir si no se les llena los bolsillos, dijo el diputado: si no cobran un buen sueldo en el Congreso sólo estarían los que tienen un buen pasar o los chorros. Y continuo su diatriba complicera así: si yo le pago 30 mil pesos o le pago como a un jubilado, en el Congreso vamos a tener o ricos o chorros, pero no vamos a tener un buen abogado de Jujuy que venga a legislar.
Las dos hipótesis que esboza Don Amadeo es que si se es un país coherente con su contexto socio-económico en el Congreso ingresarían los ricos o los chorros, bueno, de facto eso ocurre en este preciso momento, las listas sabanas que depositan ilustres desconocidos en el Congreso produce nuevos ricos y la segunda hipótesis, la del desviado social es una constante en la politiquería argenta no una excepción o extrañeza que tenga relación con un salario de pobre, en ese sentido, la mayoría de los argentinos asalariados son pobres y no por eso chorros como piensa el diputado. La politiquería es el medio de ascenso social más efectivo y rápido del país, el propio Amadeo es el ejemplo.
En números, el saqueo legitimado por la ley, donde el Estado es la herramienta, de los cuales nuestros legisladores son la personificación es el siguiente, más menos, pero anda muy cerca: para llegar al monto (en blanco) de cada diputado nacional se necesitan 14 jubilados con la mínima y para completar el “salario” de la cámara baja en su totalidad necesitaríamos 3598 jubilados con la mínima o, se podría decir, que la cámara de diputados en su totalidad de miembros se lleva para sus bolsillos mensualmente 20560 asignaciones universal por hijo. Saque sus propias conclusiones.
Hablando de discriminación, al que se le salió la cadena es al kirchenerista furioso y de la primera hora, general de generales para cualquier tropelías en la cámara de senadores, Don Miguel Ángel Pichetto o, tal vez está gozando de la libertad coartada durante doce años de servidumbre voluntaria a la arquitecta egipcia. El Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo INADI va a denunciarlo haciendo jugar la Ley Antidiscriminatoria 23.592 por los dichos del senador (hoy libertino) sobre los inmigrantes de países limítrofes y su vinculación con delito, la embajadas de Perú y Bolivia acompañan al INADI en esta cruzada contra el pichón de Donald Trump en latitudes argentas. En términos “pichettistas”, el senador es parte de la resaca de politiqueros autóctonos que dedicaron sus vidas al curro, a los privilegios e impunidad que dispensa el Estado a favor de ellos en desmedro de los ciudadanos de bien, que son diariamente sometidos y vejados por este grupúsculo de elite que se hacen llamar representantes del pueblo. Lo cierto, es que el empacho se cura con aceite extraido de orejas de peruanos.
Por Carlos A. Coria Garcia.
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