Quien mató a la dama pretende resucitarla.
Todo se reaparece circular, siempre se retorna de donde se partió, no hay un corte definitivo, el vicio es vicio y siempre está ahí, expectante, doña Margarita Stolbizer, titular del partido GEN anda denunciando o berrinchando, de cantaleta en cantaleta, como criatura que le sacaron el adorno de la abuela de sus manos para que no lo rompa, aduce la diputada nacional que las causas por la corrupción durante el kirchnerismo están paralizadas por presión del gobierno nacional, como si esto fuera una extrañeza, una cuestión para asombrarse e indignarse a tal punto, que devenga en una rebelión popular, doña Margarita sigue desojando la flor y creyendo que abrió una caja de Pandora y en realidad es más de lo mismo, lo que todos y cada uno sabemos, nada nuevo bajo el sol, la misma perorata de siempre: eso de la independencia del poder judicial ¡donde se vio eso!
Mientras tanto y trepados al tren de la señora de ojos tapados, espada en mano y balanza en lo otra, seducida, ultrajada, vejada, violada y preñada reiteradas e incontables veces, expulsando de su seno a Rafecas, Bonadio, Oyarbide, Zaffaroni, Slokar, Canicoba Corral, entre otros, el martes pasado aterrizo en la aldea de los Hobbits, el Ministro de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, Germán Garavano, se vino desde la central del centralismo, de la unidad del unitarismo, del mismísimo puerto de Buenos Aires a compartir las trascendencias del proyecto de modificación del Código Procesal Penal Federal, Federal utilizado como término con total eufemismo, vino como a tentar a la correntinidad verde manzana, ahogada en un sapucay eterno y chamamecero que siempre va para adelante, a ver si nos pica el bichito y salimos del medio evo, cambiamos las velas de cebo por un bajo consumo y hacemos borrón y cuenta nueva con el Código Procesal Penal local, que ya es una pieza de museo aunque, en plena vigencia porque vivimos en un museo.
En Argentina nadie cree en las casualidades. Y mucho menos en la independencia judicial, sostiene el Diario El País de la madre patria o de la madre colonizadora, genocida, saqueadora, atracadora, bandida, dependiendo se sea o no nacional, popular, marxista o trotskista en suelo mapuche, guaraní, qom, quechua, toba etc., es que de contrarios vive el hombre, sigamos con el periódico español: El país está acostumbrado a que los jueces actúen al dictado del poder. Y se anima el diario a esbozar una teoría sobre los acontecimientos haciendo analogía a la historia italiana, …es lo que en la cultura italiana, siempre muy presente en Argentina, se llama la “dietrología”, o una constante tendencia a ver conspiraciones. Parece que el periodismo español piensa que los designios criminógenos de las bandas politiqueras argentas tiene relación directa con genes itálicos.
Como si fuera que recién se desayunan que en Argentina no existen tres poderes sino, solo un mega poder dividiendo sus funciones, la “justicia” Federal es el brazo legal y de apriete del Poder Ejecutivo Nacional y de eso no hay dudas, los jueces responden exclusiva y directamente al poder circunstancial de turno, es una ley implícita e irrenunciable, inquebrantable y necesaria para el funcionamiento del sistema perverso que algunos llaman republicanismo y otros lo tamizan con democracia.
El macrismo, ungido de republicanismo de panfleto virtual en redes sociales, asegura que no interfiere en el poder judicial y sobre sus miembros más notables como Claudio Bonadio (que paso de ser puntero del PJ en Capital Federal a juez de la Nación y miembro selecto de la servilleta de Corach) apurando o pisando causas penales de corrupción que tiene como principalísimos actores a los saqueadores compulsivos de la década ganada, pero al mismo tiempo, y en clara contradicción, los herederos de Nelson Mandela, confiesan que les encantaría competir contra Cristina Kirchner en las próximas elecciones y, para que eso ocurra, es preciso y necesario que Cristina esté libre de culpa y cargo.
Por Carlos A. Coria Garcia.
Aun no hay comentarios, sé el primero en escribir uno!