19 de octubre de 2016

Lealtades panfletarias.

Si la historia de la humanidad es una ilimitada serie de instantes decisivos, no cabe duda de que, gran parte de lo que en el futuro se decida a ser, dependerá de los hechos que estamos presenciando. Juan Domingo Perón.

 

La compañerada, tuvo el lunes 17 su día festivo, que bautizaron como el día de la lealtad peronista, lealtad que nadie sabe a ciencia cierta que es o hacia qué o quién, los fanáticos lo cuentan como el éxodo judío, con la aparición de un Moisés abriendo las aguas del Mar Rojo para que el pobrerío pase de la mala vida a la panacea, fundando una Nación de buenaventura, salud y justicia, un verdadero Olimpo terrenal. Pero la realidad pega mucho más duro que una historia transmitida oralmente. Sabemos bien que no es lo mismo el peronismo que el Partido Justicialista, este último, un reducto de oportunistas propensos a las actividades delictivas, al saqueo del erario público como fin cardinal y principales, entre otros, autores materiales de darle muerte a la democracia precaria que nos abraza imaginariamente como un bálsamo de libertad.

Cuando hablamos de la historia política del país, en realidad hablamos de la historia de los partidos políticos que se apropiaron, usurparon y monopolizaron la política y lo político para sí, el que controla y administra la política lo hace del destino de la totalidad.

Fíjese usted señora, señor la lealtad que esgrimen los actores de la comedia que  Daniel Scioli fue sorprendido en una mala tarde en el acto del los leales en Berisso, que al subir al escenario, el ex candidato presidencial advirtió que le faltaba su teléfono celular, debe tener que ver con eso que dicen sobre los cien años de perdón. Si de perdón hablamos, el terrateniente más grande a nivel planetario es el Vaticano, es como Lázaro Báez en el sur pero a nivel mundial, hoy comandado por un pejotista dicen que, posiblemente así lo sea, ya que los referentes del PJ gozan la mayoría de holgura económica, casualmente.

Entre otras cosas, la lealtad nos dejo de recuerdo la operación traviata que fusilo de 23 impactos de bala a José Ignacio Rucci, a López Rega y banda terrorista Triple A, dos periodos consecutivos de presidencia a cargo de Don Carlos Saúl, que muchos de los hoy revolucionarios, nacionales y populares lo niegan y le rindieron pleitesías,  se arrodillaron a succionarle la savia madre, nos dejo la mayoría automática en la Corte Suprema, los jueces de la servilletas que hasta el día de hoy se creen paladines de la justicia, nos dejo a Ricardo Jaime ejecutando la pena de muerte a 52 pasajeros de un tren lleno ciudadanos, nos dejo un Juan Pablo Schiavi justificando que si hubiese sido un día feriado, la tragedia de Once seria menos grave, dejo también un Vicepresidente salido del CEMA haciéndose pasar por miembro del Movimiento 26 de Julio y no es otra cosa que un delincuente de baja estofa, la lealtad nos metió a Lázaro Báez y a José López la radiografía, topografía y morfología de lo que se es capaz de hacer en la política, nos dejo a un monarca a la criolla, con fetiche genocida contra el pueblo originario QOM en Formosa. Ante todo, lo que nos dejo la lealtad es un puñado de vándalos, -enriquecidos con el saqueo y las dietas que pagan los contribuyentes obligadamente-, que administran y administraron miseria.

Lo triste de esta historia de lealtades al botín, es por aquellos que antes cuando metieron sus patas en la fuente, y hoy, todavía creen honestamente en el peronismo, vivieron y viven dentro de sus máximas con grandeza y siguen divulgando esos dogmas a pesar que la banda del PJ se esfuerza día a día por eliminar de la historia al movimiento obrero y la justicia social.

 

Por Carlos A. Coria Garcia.


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