31 de julio de 2016

Volveré y seré …

Yo no quise ni quiero nada para mí. Mi gloria es y será siempre el escudo de Perón y la bandera de mi pueblo. Y aunque deje en el camino jirones de mi vida, yo sé que ustedes recogerán mi nombre y lo llevarán como bandera a la victoria. Eva Duarte.

Volvió la Jefa nacional y popular, nunca pasa desapercibida, es siempre noticia. En una suerte de raid periodístico acogió en su residencia de El Calafate a una troupe de medios internacionales, entre ellos las agencias Sputnik, Reuters y Nodal, los medios televisivos Telesur y Al Jazeera y el periódico La Jornada. Antes, cuando era arquitecta egipcia y diosa de todas las latitudes argentas, solo hablaba en monologo por cadena nacional hoy día, en cambio, recibe a los periodistas con alguna que otra comilona de por medio, regada con buen vino.

En líneas generales todas las entrevistas giraron en torno a la nueva administración nacional de la que fuera desplazada Cristina Fernández por el voto de los argentinos, excusa que fuera utilizada hasta el hartazgo en su revolución nacional y popular, para emprender cualquier mamarrachada que se le ocurra, hablamos del famoso 54 % que tanto machacaron y ahora se lo tienen que fumar en pipa.

La emperadora de las legiones de los humildes, los marginados, los cabecitas negras parafraseando a Eva Duarte, disparo un concepto capital en sus entrevistas: ser peronista no es gratis, lo que más me gusta de vos imaginación es que no perdonas, diría André Breton, ella vuela como la luz, con semejante afirmación te recuerda que el ex Vicepresidente Amado Boudou, que acompaño a Cristina fijo domicilio legal en un médano en plena playa, la no gratuidad de ser peronista lleva a la memoria directo y sin escala a la Estación Once del Tren Sarmiento, con 200 metros de cadáveres depositados en la calle, o al plomazo que le dieron a Mariano Ferreira. La imaginativa del hombre –en términos filosóficos- puede ser incluso perversa o masoquista, insistiéndonos en las sonrisas jocosas del clan Báez, contando parvas de dólares en una cueva financiero con brindis incluido de buen whisky y puros cubanos.

Ser peronista no es gratis, la religiosidad puede ser una pantalla cuando ves por televisión abierta como un par de monjas reciben a un criminal político con bolsos de dólares en un Monasterio, prácticamente un Penal Federal exclusivo para los peronistas que lo son pero no gratis, usar un partido político o, mejor dicho, una idea de sociedad para saquear, no de ahora, de toda la vida no tiene parangón. La no gratuidad de ser peronista se llevo la vida de Néstor Femenía muerto por el abandono más cruel.

Lo llamativo de toda esta historia es que los personajes que se erigen como la patria es el otro, son todos millonarios y el mayor caudal de adhesiones y votantes provienen de las zonas más pobres y marginales del país. En una suerte de síndrome de Estocolmo inevitable entre votados millonarios y votantes pobres, un círculo vicioso que secuestra las esperanzas más genuinas, la no gratuidad del peronismo encarcela a una vasta población con un discurso prometeico, una cuasi leyenda de salvación o tierra prometida que se desvanece y arrastra todo como un alud mortífero. La unicidad del personaje que saben construir no deja vivir en libertad, dividen y cercan permanentemente a la verdad, convirtiéndola en una tiranía discursiva que solo queda en ello, los de afuera siguen estando sin poder ingresar y los de adentro levantan muros infranqueables.

Pobre de aquellos que de buena fe creyeron y siguen creyendo o convencidos que el peronismo es una buena herramienta de trasformación social y se desayunan día a día alguna trapisonda nacional y popular que se trasforma en un salvavidas de hierro fundido.

 

Por Carlos A. Coria Garcia.


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