25 de julio de 2016

Todo sigue igual, siempre.

…Por falta de un valor superior que oriente la acción, uno se dirigirá en el sentido de la eficacia inmediata. No siendo nada verdadero ni falso, bueno ni malo, la regla consistirá en mostrarse el más eficaz, es decir, el más fuerte. Entonces el mundo no se dividirá ya en justos e injustos, sino en amos y esclavos. Albert Camus

Nada nuevo bajo el sol argento, los surcos que se imprimen en Comodoro Py no son ahora del escobillón viejo y gigante arrastrando aserrín y gasoíl, los pasos firmes del ejercito de saqueadores del los fondos públicos dejan las huellas de sus calzados, si al festín judicial le faltaba un condimento, no podría ser otro que las monjas del aguantadero Monasterio de General Rodríguez, citadas a declarar por complicidad con el ladrón consuetudinario pasado por paranoide José López. Cristo en la cruz se relame las heridas de la lanza con ánimo antropófago.

Todo se mezcla en un berenjenal entre tarifazos, suba demencial del litro de aceite y la collera de criminales políticos, el combo noticioso parece un vodevil o sketch del dictador de Costa Pobre que extraordinariamente pintara Alberto Olmedo, las disparatadas escenas que vemos a diario en los medios de comunicación, nos acerca más al país bananero que a Praga. El Presidente Macri, almuerza en privado con Mirtha Legrand, mientras los gobernadores sacan número como los beneficiarios de desarrollo social  para pedir un salvavidas antes que se hundan las provincias como la Atlántida, que aparece en los diálogos de Timeo y Critias de Platón.

Todo pasa inevitablemente por la ferocidad monstruosa y perversa del Estado, como si fuera un imán, todo lo lleva a su centro, no hay posibilidad de crear si no se pasa por el tamiz de la estatalidad que se levanta como monopolio de la vida y obra de cada argentino. En las provincias donde la miseria y la mortalidad infantil llegan al tope de lo imaginable la situación es peor, se cae permanentemente sobre la bota del magno Estado para lograr un trozo de pan.

La política convirtió su fin en sí mismo a una herramienta de manipulación elitista, oligárquica, con la complicidad necesaria de los partidos políticos, que hacen a diario todo lo posible para seguir fraccionando a la comunidad para cosechar los frutos, que no es otra cosa que un grupito enquistado en lo público prácticamente a perpetuidad, logrando tranquilidad económica que en el sector privado no lograrían. Secuestran miles de almas a cambio de conchabos y promesas para mantener su posición medieval que tanto los excita. Mientras tanto todo sigue igual, nada nuevo bajo el sol.

Para Platón, la política comienza con la transferencia de la madre biológica a una madre metafórica a una reunión de los ciudadanos bajo el vínculo social del seno imaginario de la comunidad. El propio Estado es, por decirlo así, el seno mas grande, el teje la imaginaria y psicoacústica envoltura que se extiende sobre toda la polis, como el espíritu común de la ciudad.

La política moderna es una fábrica de bálsamos que prometen felicidad y prosperidad pero la realidad demuestra lo contrario día tras día, los únicos privilegiados son las tertulias societarias, infiltradas en las estructuras del Estado que en una permuta permanente aseguran su perpetuidad en la absorción de la inmensa ubre estatal, desnutriendo al verdadero dueño de semejante caudal. Otra vez, todo sigue igual, nada nuevo bajo el sol. 

Por Carlos A Coria Garcia.


Comentarios »
Aun no hay comentarios, sé el primero en escribir uno!
Escribir un comentario »