11 de julio de 2016

Gramsci versus Messi

Debe entenderse que todos somos educadores. Cada acto de nuestra vida cotidiana tiene implicancias, a veces significativas. Procuremos entonces enseñar con el ejemplo. René Favaloro.

 

El argentino Lionel Messi, fue condenado a 21 meses de cárcel por un millonario fraude fiscal a erario público español, dinero que se utiliza para solventar las inversiones en salud entre otras cosas, al igual que en nuestro país. Si Messi viviera en Argentina quedaría atrapado por del Código Penal, su conducta desviada está inserta dentro de la ley penal especial 24769 en sus artículos 1 y 2, es delito y si es delito Messi para el derecho argentino es un delincuente, como lo es Leonardo Fariña, Juan José López, Lázaro Báez, Schoklender, Milagro Sala, Martin Báez, Ricardo Jaime, etc., no hay diferencia alguna, los designios criminógenos no son menos malos según quien sea, lo son o no los son.  Yohana Fucks, es la maestra que le escribió una conmovedora carta a Lionel Messi luego de perder la final de la Copa América, lo que no puede olvidar la docente es contarle a sus alumnos que violar las leyes es malo, es poco heroico y menos ejemplificativo para las generaciones venideras.

Pero la historia tiene alguno que otro condenado que no gozo del cariño y la idolatría de los pueblos del mundo cualquiera sea donde tuvo gravitación o mejor dicho, la hipocresía frena en cierta forma cualquier distorsión de atención. Antonio Gramsci, condenado por el régimen fascista de Mussolini a más de 20 años de prisión, fue capaz de producir una gran obra filosófica política preso, como Cuadernos de la cárcel. Antonio Gramsci, fue encarcelado por atinarse solo a pensar, simplemente pensó en qué mundo quería vivir y a toda acción le corresponde una reacción.

Si acaso el lector no es muy apegado a las ideas o pensamiento marxista (que sólo es tomado como ejemplo) es totalmente respetable, recobremos memoria con otro condenado, Nelson Mandela preso durante 27 años entre los años 1963 a 1990 en ingratas condiciones, Nelson Mandela es claramente un símbolo de la lucha contra el apartheid dentro y fuera de su país, sus convicciones de igualdad y libertad lo convirtieron en figura legendaria para toda la población negra de sudafricanos y del globo.

¿Y si vamos más a fondo, a nuestro país profundo? René Gerónimo Favaloro se condeno a muerte por no poder resolver un inconveniente económico o deuda que tenían con su fundación por parte del Estado, en el año 2000, se disparo directo al corazón por el que tanto hizo en nuestro país y fuera, un mensaje por demás claro a la sociedad toda sin distinción. ¿Acaso René Favaloro tiene remeras con su rostro con la leyenda “Dios”, calles, edificios? ¿Alguien corea su nombre en las calles, en las plazas, en las canchas? ¿Los argentinos sabemos realmente quien corno fue René Favaloro?

Todo hace indicar que daríamos la vida por ganar un partido de fútbol o una copa antes que dar la vida para que existan miles de Favaloro. Así se despedía el gran Maestro de su vida física para convertirse en un recuerdo borroso para los argentinos:

“Estoy pasando uno de los momentos más difíciles de mi vida, la fundación tiene graves problemas financieros. En este último tiempo me he transformado en un mendigo. Mi tarea es llamar, llamar y golpear puertas para recaudar algún dinero que nos permita seguir…” René Favaloro.

La argentinidad es tan bizarra que prefiere bancar o sostener delincuentes, ejemplos flacos para edificar valores sociales simples pero necesarios para avanzar. Argentina no sería tal si no fuera por la reina hipocresía prima hermana del mundo del hampa. Y típico a la hora de justificar que salte el “yo no sabía”. Los argentinos nunca sabemos nada, todos nos cae desde el espacio ultra exterior. ¿Qué hacia Aldo Rico con honores militares en el desfile del 9 de julio? Fiel representante de la ruptura de las instituciones democráticas, otra vez la argentinidad muestra su faceta más hipócrita y perversa. ¿Y si plagamos las tapas de diarios y revistas todo el año con las historias de los héroes de Malvinas y los 52 muertos en la tragedia de Once?

Me despido un un grito de pura argentinidad ¡Viva Messi!

Por Carlos A. Coria Garcia.

 

 

 

 


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