El viejo mundo en un caos de identidad y rumbo.
El nacimiento del geopoder multipolar coloco en el tapete a muchos países y asociaciones de países en pequeños bloques. El mundo árabe comienza a ver la luz y disputa poder a fuerza de petróleo y sangre. La vieja Europa se abroquela en la Unión Europea, plan estratégico en lo económico y militar, el mundo físico pasa al mundo globalizado, las guerras silenciosas y ocultas son ahora en el terreno del sistema financiero, Rusia, queda expectante y siempre alerta con un poderío militar siempre en alza y dispuesto a todo por conservar lo ganado, es el blanco directo de los nuevos generales de la guerra. Alemania maneja los hilos de la economía de la Unión y hace de una suerte de arbitro entre las micro disputas que se suscitan en la nueva escena.
Dos díscolos toman la escena cuando de recursos estratégicos se trata (gas y el petrolero), la producción y abastecimiento global esta en manos de Rusia y China, dos monstruos que colocan sobre las cuerdas al dólar como moneda de referencia a nivel mundial, con el dólar en franca decadencia la guerra silenciosa no se deja esperar, Estados Unidos no puede permitir su derrota en el terreno de las finanzas globales.
China astuto como su historia lo atestigua, salta el cerco del dólar yanqui y utiliza como herramienta comercial el swap con sus socios como Rusia, Brasil, Reino Unido, Australia, Japón, Chile, los Emiratos Árabes Unidos, Corea del Sur y la eurozona.
Con la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) como brazo armado legal, Estados Unidos se metió de lleno en Ucrania en sociedad con su Presidente Petro Poroshenko o el Willy Wonka ucraniano (vinculado directamente a las corrientes neonazis europeas como los Uno-Unos), para provocar una crisis con Rusia y evitar el predominio del gas ruso en el Unión Europea y seguir con su política de los petrodólares, una crisis económica en Rusia le viene como anillo al dedo para mantener al dólar como referencia. Mientras el caos fundamentalista del Estado Islámico se inserta en la discusión desparramando litros de sangre en el corazón del mundo “civilizado” generando una crisis de refugiados que intentan salvarse de la cacería.
España decidió y decide su futuro a nivel electoral, mientras su presente económico no propones aires frescos o alivios considerables. El Reino Unido luego del Brexit se presenta con algunos inconvenientes en el área del sistema financiero, algunos bancos a consecuencia de que muchos de sus clientes acudieron a sus ventanillas a retirar sus ahorros provoco una suerte de “corralito” a la inglesa.
El Presidente Mauricio Macri intenta insertar el MERCOSUR en el corazón de la Unión Europea con su gira por Alemania, mientras coquetea con la Alianza del Pacifico, el Mercosur ya no es la mejor opción y única cuando el mundo entra en un espiral de histeria comercial, financiera y bélica, algo así como quien pone los huevos en varias canastas tiene más posibilidades de éxito. El problema se presenta si eventualmente se abre un conflicto armado dentro de los múltiples bloques de países, Argentina podría ser considerada hostil por más de un país o bloque completo y en la guerra no hay inocentes. El marxismo europeo retrocede, no puede lidiar con la vorágine del dinero dando vueltas buscado nichos de reproducción.
África queda aislada como siempre de las grandes discusiones al igual que América Latina, solo sirven como destino para esconder activos financieros, el mundo ibérico puede convertirse en otro polo de geo-poder con alianzas estratégicas con África, parte de Asia, España y Latinoamérica. Argentina no tiene claro de qué lado o con quien está en términos estratégicos, será una materia clave para trabajar de acá a 10 años, el futuro del mundo se debate y se perfila en lo bélico.
Por Carlos A. Coria Garcia.
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