12 de junio de 2016

El veterinario que determina que proyecto de reforma es serio y cuál no.

Caen en bolsillos huecos las declaraciones de un alto funcionario del poder judicial, que públicamente bregó porque los partidos promuevan cuadros más capacitados para el desandar de la cosa pública. Tampoco se estaría siguiendo la línea conceptual de Cambiemos, que enarbola la meritocracia como bien del estado, para cumplimiento del concepto constitucional de idoneidad. Se sabe que para ejercer el poder, no se precisan de estudios universitarios, ni de conocimientos acendrados en política jurídica o filosofía política. Pero de esta flexibilidad, a aceptar mansamente, que el Galeno de Animales, sea la voz cantante no sólo del radicalismo, sino de todo ECO, para determinar qué proyectos son “serios” (como si en ciencias sociales, como en las duras, en donde las dosis de Ketamina para dormir caballos deben ser exactas) y cuáles no, es al menos una ofensa contra toda la clase política correntina, donde sí bien pueden endilgarse a varios integrantes de la misma, muchos cuestionamientos, no puede ser óbice para que no se le reconozca a varios de los mismos, la capacidad conceptual que poseen para al menos redactar iniciativas de reforma política o constitucional y hacerlas públicas, para que el Veterinario, bajo su sesudo conocimiento en el campo animal, determine que los proyectos no son serios, de acuerdo a su vara enriquecida en despiojar mascotas.

Es verdad que no podríamos dejar de reconocer la “capacidad política” del veterinario, pero al menos, repasemos sus grandes logros, que lo tienen como el hombre político, y negociador, cuando no rosquero, que mejor cuida los intereses del actual gobierno provincial.

Bien podría titularse “la operación fallida”, pero el responsable en cuestión, mal que le pese  a los muy suyos, ya tiene varias trastadas políticas en su haber. Probablemente el acto de fe, aquel con el que no comulgo el senador de solapas, con el que el gobernador de un tiempo a esta parte es sumamente misericordioso también, al no haber cedido, a los encantos del primo usurpador que  birló el manejo del actual en ese maldito interregno, sacrificando su carrera y con ello, 4 años tirados a la basura para la capital correntina, le siga dando margen de maniobra, que continúan derrapando en el fango de lo infructuoso. Le vendió el rearmado del otrora exitoso Frente de Todos, valiéndose de la amistad o buena relación con el intendente capitalino, desconociendo que este, en las grandes definiciones, acata lo que ordena, el senador galeno, el inoxidable renovador que de haberse propuesto llevar al peronismo, o a la renovación al poder lo hubiera logrado, pero se conformó con una parte y no con el todo. La operación fallida, acordona el margen de sucesión del gobernador, no sólo acotándole el correr con la vaina a sus opositores (tentativas de prórroga de reformas) sino también estrechando la interna radical entre el Ministro treintañero, el más radical entre los radicales y el diputado nacional el más peronista de todos los radicales. Dejando en ECO y para completar la tríada, al Presidente de la Cámara de Diputados, que como toda hormiga podría transformarse en el “ant-man” de la política local.

Su nombre, y mucho más su sobrenombre, es sinónimo de rosca política, de opereta. Uno podría ser injusto y decir que esta es la parte más oscura de la política, pero a fuerza de ser honestos intelectualmente debemos decir, que es más que nada una parte si bien no clara, o no marquetinera es sumamente necesaria. Claro que esa arquitectura, prescindió de la justeza, del ser atinente en cuanto, a donde medir, la fuerza política de quién estaba frente, el viejo senador galeno, el inoxidable, el impertérrito, que se mostraba, menos para él, siempre detrás del intendente, siempre prescindible, siempre tutelable, para las roscas de poder .

Aquí se empantano la reforma. Acá entro en coma de su veterinaria el caballo. Se le paso la dosis de Ketamina. Aquí es donde surgen los cuestionamientos naturales, de quién resguarda su poder, en haber sacrificado su intendencia, contra el avance del primo malo cuando se le regalo la gobernación.

Nadie expresa que la fidelidad, que los mates con el intendente y que cierto manejo mesa chica, no dejen de ser virtudes, sin embargo, para esta coyuntura no alcanzaría, mucho menos, sí él, empachado en la soberbia de estar hace décadas administrando poder, se sube al atalaya de considerar, bajo su preparación veterinaria que proyectos de reforma son serios y cuáles no.

No solo Eco, sino también el radicalismo, tienen cuadros más preparados, más acendrados en lo conceptual, es tiempo, que el veterinario entienda, por el bien de su espacio político, que debe seguir operando en las sombras, en la sala de quirófano, para el que se ha preparado, en el cuál amasó su poder, y que ahora, inexplicablemente, pretende abandonar.

De lo contrario, el poder lo abandonará, sus correligionarios y socios de Eco, eso sí que sería una falta absoluta de seriedad, que probablemente lo devuelva, sí es que no lo corrige a tiempo, a la veterinaria, donde, de acuerdo a sus detractores, nunca tuvo que haber salido.

 


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