11 de diciembre de 2015

Golpe de (Es)tado mental.

Mientras el proletariado esté distraído en su propia desesperación con acontecimientos ficticios creados por los medios de comunicación, los súper-ricos no tiene nada que temer. Richard Rorty.

Venezuela se encamina en una senda de maduración y en una histórica paliza electoral venció la oposición contra el chavismo después de 17 años, quien no recuerda la madrugada larga y tensa del 12 de abril del año 2002 cuando Hugo Chávez es encarcelado tras un golpe de Estado en una trasmisión en vivo y en directo por la CNN en Español.

Nicolás Maduro no entendió el mensaje al que accede por las noches del pajarito profeta y la coalición opositora cosecho el apoyo del 64,07 % de los venezolanos, mientras que la fuerza chavista concentrada en el PSUV recibió el respaldo del 32,93% del electorado. El hastío económico y social pone día a día en jaque a los gobiernos de solapa progresistas  populistas como se refieren algunos, personalmente prefiero llamarlos tiranías constitucionales post-modernas.

Oscar Parrili sin lugar a dudas se lleva el premio a servil del año, en una suerte de conferencia con periodistas y con su fiel actitud del hombre de los mandados aseguro (en relación al culebrón de jura y atributos de mando) que Argentina quedara acéfala, sin presidente y que se está gestando un golpe de Estado contra la arquitecta egipcia, la paranoia conspirativa hasta el último día. Mejor momento para recordar al Negro Fontanarrosa a que nos dé una mano y traiga claridad sobre el mandadero Oscar Parrili, el negro nos cuenta que: … el secreto de la palabra pelotudo, ya universalizada, está en la fuerza; está en la letra t. Analicémoslo: está en la letra t, puesto que no es lo mismo decir zonzo que decir peloTudo.

El problema de los dichos de interrupción constitucional que sostiene Parrili genera una mitopóiesis en algunos sectores, y no es otra cosa que, la interpretaciones que en ocasiones se vuelven sagradas en la mente de quien no puede crear su propia interpretación o sea, el problema son los papanatas fanáticos untados de la tarea revolucionaria de proteger a la jefa recién llegada de Sierra Maestra. Hace recordar al profético tango de Enrique Santos Discépolo: …Vivimos revolcaos en un merengue y en un mismo lodo,  todos manoseaos... Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor..! Ignorante, sabio, chorro, generoso o estafador! Todo es igual! Nada es mejor! Lo mismo un burro que un gran profesor! No hay aplazaos ni escalafón, los inmorales nos han igualao…

En estos tiempos de movilidad de procesos políticos en Sudamérica vinculas directamente a las encomias domesticas en decadencia y al contexto económico de la región nos trae cimbronazos y sorpresas electorales, en Argentina gano las elecciones Mauricio Macri haciendo a un lado 12 años “del proyecto”, en Brasil Dilma Rousseff enfrenta un agotamiento en la economía del vecino país y de la política vinculado en escándalos de corrupción y, recientemente en Venezuela la revolución chavista pierde por goleada las elecciones legislativas. Todo hace entender que se abandona la idea sobre la esencia de la verdad y se construye la creencia que resulta beneficiosa, para cada pueblo y contexto.

 

La sociedad acepta la desigualdad de forma pasiva por varios motivos sostiene Zygmunt Bauman,  el primero, porque en las últimas docenas de años cuando hay que enfrentarse a un problema, solo se hace a través de lo que se llama crecimiento económico. Este crecimiento nos dicen que es la solución, piensan que es ilimitado, pero nosotros sabemos que no es así y que los problemas crecen. Otro factor que contribuye a esta parálisis es el consumo, nos han hecho esclavos del consumo, las tiendas, las grandes superficies. La búsqueda de la felicidad equivale a ir de compras, y por último y como consecuencia de la aceptación de todo lo anterior, la nueva organización de la vida es más individual y desregularizada, y eso hacer crecer la insolidaridad.

Por Carlos Coria García. 


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