25 de noviembre de 2015

¿Riesgo Institucional?

Mientras ciertos sectores del oficialismo provincial, piensan bajo los efectos de la borrachera del poder, próximos a las dos décadas de estar embebidos en él, imaginando prórrogas de mandatos que sólo existen o podrían existir en las democracias semánticas del Congo Africano, otros, muchos más responsables, dejan ver su molestia, que se va transformando en preocupación, de que la provincia, por un giro del destino, por una circunstancia azarosa o accidental, vuelva a convertirse en patrimonio político K o del FPV. El único de la veintena de partidos que compone ECO, que no apoyó al Presidente electo, y que como si fuera poco, trabajo intensamente y a lado del hermano del ex candidato al sillón de Ferré derrotado a nivel nacional por un puñado de votos, fue el segundo en la línea de sucesión, es decir, quien en caso de que algo ocurriera con el gobernador (hace no mucho, ocurrió con el prácticamente electo, Rubén Darío Casco quién falleció en un accidente, posibilitando que su vice, Braillard, sea luego Gobernador en el `97) quién por más poder que acumule desde antaño, no es infalible (como diría el actual Presidente electo) y en el fondo no deja de ser un mortal. Aclaraciones públicas que oscurecen lo institucional.

La bronca y el fastidio lo pudieron disimular. Es que el amigo díscolo, mientras el grueso del espacio político que gobierna la provincia, se la jugaba como nunca a una de las opciones del tablero del ajedrez político nacional (rompiendo su lógica de apostar en casi todas las canastas, tal como lo vinieron realizando desde que surgieron con la Alianza del radicalismo y el Frepaso) por razones políticas, económicas y hasta judiciales, y porque estaba en serio riesgo, en caso de que ganara una de las expresiones, hasta la libertad pública del jefe máximo, el mentado descarriado se paseaba por programas televisivos nacionales, posibilitando hasta ser exhibido como trofeo, por una fuerza política que horas más tarde mordería el polvo de una derrota histórica y sin parangón. Esa bronca y ese fastidio disimulado, cedió, se desinflamo, se detuvo, pero no para desaparecer mágicamente o por producto de una declaración radial, o un pedido de disculpa, más que nada, trocó, cambió, mutó a preocupación, de que por una circunstancia del destino, toda una planificación política que se implementará desde el cambio de gobierno de diciembre, pero en la que se viene trabajando desde hace años, cambie, se modifique sustancialmente, gire 180 grados y pasemos, sin ton, ni son, de la oficialidad de Cambiemos a la oposición del Kirchnerismo, lo que quedé de él, o del Frente para la Victoria.

Desde ya que a nadie le guste plantearse escenarios trágicos o imprevisibles, pero la principal virtud de los hombres que se precian de inteligentes, es del tratar de analizar, todas y cada una de las posibilidades, para estar preparado ante ellas, en caso de que se produzcan, muy a pesar o no de nuestros deseos. Esto no significa que por pensar en que el gobernador, pueda tener un inconveniente de salud (o que agrave mortalmente los problemas que padece o que podría padecer) o un accidente imprevisto (recordamos el caso en nuestra provincia, podemos mencionar lo ocurrido un puñado de años atrás con el Gobernador de San Juan, cuando cayó su helicóptero oficial y se salvó de milagro) uno este deseando o auscultando un futuro para que suceda (como si esto fuese posible, por otra parte) sino simplemente, es la preocupación de varios quiénes, ponen bajo este sesudo análisis, la realidad actual de la institucionalidad política de la provincia.

Sí repasamos en los otros distritos del país, podríamos toparnos, hasta con vices, procesados por la justicia, pero en ningún caso, de que representen, tan acabadamente, dos modelos de país, como los que se enfrentaron en la elección del domingo pasado y que reflejan, que por más buena voluntad política del Presidente electo, la denominada grieta existente, es mucho más profunda y por tanto llevará más tiempo de lo pensado el poner un puente que vincule a los dos países existentes.

La provincia ha quedado en uno de los lados, en el lado “victorioso”  por llamarlo de alguna manera o como se siente, pero no se dice. Todos o casi todos, salvando la excepción, los que forman parte del oficialismo provincial, ante el balotaje, se expresaron, personal y partidariamente, por el ingeniero victorioso, sea por convicción, por juego en equipo provincial, o por lectura de las circunstancias políticas o por la suma de estos y otros aspectos, y si bien, tras la elección, se pretende hacer aparecer, mediáticamente, que no ha ocurrido nada, que este desliz político, fue como una suerte de travesura infantil, de la que no valdría la pena sacar ningún análisis, la preocupación se instaló como un morador incomodo que estará hasta diciembre de 2017.

El país dividido, que como nunca antes en la historia política argentina moderna, exhibió tan descarnadamente la hendija o grieta en la que estamos parados,  no será subsanada de la noche a la mañana o por arte de magia, y el tener en la provincia, la latencia, la posibilidad, de que por un giro trágico o no (también el radical  Sanz renunció a los cargos tras ganar, o la ex radical Carrió renunció antes de que le ofrecieran) del destino, el gobernador no siga con nosotros o en sus funciones públicas, y quién lo suceda, no piense, no sienta, ni tenga el mismo pasado político, y que reporte directamente en el otro lado de la grieta, en la vereda que ha gobernado la Argentina durante 12 años y la mayoría del pueblo, en esta última elección le dijo no a su continuidad y sí al cambio.

La profesionalidad del oficialismo provincial, que está trabajando entre tantas cosas en rearmar el vínculo con Nación, con los nuevos moradores (a quiénes consideran socios) y en la prórroga del mandato de los ejecutivos, como para estar un tiempo más o como una especie de reelección encubierta, debería trabajar en este caso señalado, se precisa una claridad, una acción o manifestación política, clara y contundente, de que ocurra personalmente lo que sea, la provincia no puede estar a un giro del destino o a un embate del azar, de en un tris, volver a cambiar de lado y volver a contramano de la mayoría del pueblo argentino, que ya se expresó rotundamente determinando quién nos gobernará a nivel nacional los próximos 4 años. Esto que creíamos asegurado, ahora parece dudoso o difuso, nos deben devolver (porque ellos con sus aventuras o acrobacias electorales generaron esta zozobra que se convierte en preocupación)  la certeza y tranquilidad institucional de que ningún giro capricho del destino nos haga cambiar de rumbo.

 

  


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