El nivel de la discusión política.
La locura, se basa en una propuesta estructural de que los hombres están sometidos a las estructuras y no a la inversa, y que el paso de la historia de la locura se ve delimitado por un marco propio de éstas, que establecen modelos propios de relaciones que son diferentes manifestaciones de un mismo sistema estructural. Foucault inicia de esta manera un recorrido cronológico, a lo largo de la historia de humanidad, llevando como centro de la investigación a la locura. Expone que al final de la Edad Media la lepra desaparece del mundo occidental y la margen de la comunidad y en las puertas de la ciudad quedaban leprosarios vacíos, por tanto la encarnación del mal, o de lo anormal, pasa de la lepra a la locura. Esto llevaría a pensar primariamente que toda conducta marginal, frente a la comunidad significa un acto de locura. Este análisis aparece para Foucault como una necesidad Europea de autodefensa, ante el miedo indirecto a contagiarse de lo oriental o de lo africano, que son sinónimos de enfermedades y locuras poco civilizadas o si se prefiere de culturas marginales. Claro que esta marginalidad, es tal, por contrastar con la sociedad occidental. Olvidando así al leproso, dice Foucault, sigue la estructura que permanece aguardando quien la llene, y serán entonces los pobres, los vagabundos, los muchachos del correccional y las cabezas alienadas quienes pasarán automáticamente al sistema de exclusión. El autor francés, continúa con un maravilloso análisis acerca de la definición de la locura, es decir tanto a nivel psicológico cómo post-estructuralista, pero a razón de la argumentación y al tema que nos ocupa, vale decir que lo que Foucault va perfilando, con su sello propio, es la disputa misma entre aquellos que por diferentes circunstancias, sean locos, o jóvenes, “ lo común entre un loco y un joven es simplemente su no aceptación de los principios morales sociales establecidos por sus mayores. El joven como el loco asume posturas impensadas para una sociedad y entonces está marginado”, por tanto se ven enfrentados con lo que se denominaría las pautas del poder reinante o las estructuras de poder. “ La reclusión individual en su triple función de ejemplo de terrible instrumento de conversión y condición para un aprendizaje”, expresa el intelectual francés, para continuar diciendo “ Una adopción meticulosa del cuerpo y del tiempo del culpable, un encuadramiento de sus gestos, de sus conductas, por un sistema de autoridad y de saber...El enderezamiento de la conducta por el pleno empleo del tiempo, la adquisición de hábitos...No se castiga para borrar un crimen, sino para transformar un culpable”.
Es decir el planteamiento de Foucault, consiste básicamente, apoyado además en otra serie de textos como; Vigilar y Castigar, Las Palabras y las Cosas, Historia de la Sexualidad, La verdad y las leyes en las formas jurídicas, en el estudio de la actuación de las normas tanto morales, sociales, jurídicas de los sectores dominantes, o los sectores rectores y reinantes en el poder, o sea los sectores dirigentes e institucionales y de cómo, en el que caso que lo hagan, transforman a sus elementos sociales, que transitan por fuera de la ley.
El sociólogo, también francés, Jean Baudrillard, en su texto intitulado Estrategias Fatales, realiza un análisis acerca de la inseguridad; “El problema de la seguridad, como sabemos, obsesiona a nuestras sociedades y ha sustituido desde hace un tiempo al de la libertad. No se trata tanto de un cambio de filosofía o de moral como de una evolución del estado objetivo de los sistemas.
- Un estado relativamente laxo, difuso, extensivo del sistema produce la libertad.
- Un estado diferente del sistema (más denso) produce la seguridad ( la autorregulación, el control, el feedback)
- Un estado ulterior del sistema, el de la proliferación y de la saturación, produce el pánico y el terror.
Para reparar, para hacer cesar el escándalo de la muerte accidental, se instalan los grandes sistemas de terror, o sea de la prevención de la muerte accidental mediante la muerte sistemática y organizada”. Lo que nos transmite Baudrillard, consiste básicamente en las terribles experiencias que padeció la humanidad, con las persecuciones sangrientas en nombre de una ley, como las cruzadas Cristianas, las brigadas rojas Garibaldinas, la caza de brujas, la triple A.
El filósofo alemán Martín Heidegger, distinguía etimológicamente las diferencias sustanciales entre Oriente y Occidente. “ Oriente, es el lugar en donde sale el sol, Occidente es el lugar en donde se oculta”, luego el filósofo prosigue con un extenso y concienzudo análisis en donde desde este punto de partida etimológico se van extendiendo las comparaciones pertinentes, como para a grandes rasgos y de manera muy genérica, en este análisis, concluir en las abismales diferencias culturales, sociales y de pensamiento entre occidente y oriente, tratando de acercar, siempre en el caso de Martín Heidegger, las posiciones entre los dos grandes bloques geográficos, para aunar criterios de entendimiento y evitar confrontaciones mayores.
Desde el punto de vista Religioso, las diferencias sustanciales entre Oriente y Occidente se profundizan al punto tal de que el análisis del autor Samuel Huntigton, “ El choque de las civilizaciones”, se vieron materializadas como profecía auto-cumplida en los lamentables atentados perpetrados en la Ciudad de New York y Washington , el fatídico 11 de septiembre de 2001. Tras estos fatídicos sucesos, grandes comentarios de célebres intelectuales Norteamericanos perciben el trasfondo de tanto horror, que no por casualidad coinciden con las aseveraciones de nuestro análisis, es el caso del afamado escritor Norman Mailer, en una entrevista concedida al Times, “ Ahora bien, pensemos en la invasión cultural occidental en las sociedades musulmanas. Su reacción es que la tecnología moderna y el capitalismo corporativo amenazan al Islam, que todo lo norteamericano va a destruir la base del Islam”.
De todas maneras lo que se quiere dejar en claro, es nuestro profundo espíritu occidental, y como de alguna manera el enfrentamiento con las concepciones culturales, sociales y religiosas de oriente, se van recrudeciendo.
Retomando las investigaciones de Foucault, lo que se quiere recalcar es precisamente las formas y el fondo de nuestro comportamiento, desde el punto de vista institucional o de los sectores de control y poder, que marcan a las claras nuestras reglas y métodos que como sociedad aplicamos a diario. Sería una interminable discusión, prácticamente bizantina, el calificar desde el punto de vista moral, social y político, nuestro comportamiento occidental, más si consideramos que nuestra Nación se ve circunspecta y posee un papel más expectante, por claros motivos económicos, geográficos y políticos, ante los lineamientos dictaminados por los países a cargo de las grandes decisiones occidentales.
Se pretende entonces aceptar y reconocer nuestras pautas institucionales ante lo que se denomina, lo marginal, lo anormal y lo que por ende debe ser controlado.
Es decir que lo que no se controla, o se teme a no controlar, debe ser derribado, atacado, sesgado, apartado, demonizado, caracterizado. Quién utiliza el agravio por sobre la propuesta en una discusión pública en el ámbito de la política, desnuda sus carencias más profundas, lo mismo para quienes contratan discursos vacíos de contenido o replicados hasta el hartazgo por patrones que controlan marionetas a control remoto, cada vez que usan la cadena de medios para intentar transmitir esos discursos alquilados, no hacen más que mutilarse un poco en una intentona que puede quedar en ganar una elección, ahora bien, gobernar es otro cosa, como también lo es hacer política, en vez de insultar, pero el pueblo, cuando sea convocado, por alguna razón elegirá lo que las urnas canten, no siempre la lectura de las elecciones del pueblo son lineales, es decir muchas veces en distintos lugares del mundo y en tiempos distintos, las mayorías entronizaron a gobernantes que se han semejado a sus más oscuros rasgos y en algún caso, instintos más bajos.
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