Parasitosis estatal sin anticuerpo social.
Los últimos días el mundillo de la comunicación se vio poblado de asuntos non sanctos, por decirlo de algún modo elegante que tiene como actor principal, al eterno Fernando Niembro y el fructífero curro facturando al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires con una empresa prácticamente fantasma millones de pesos por quien sabe qué cosa.
La gravedad del asunto “Niembro” no es el monto del despilfarro de los recursos públicos de los porteños, el hecho icónico es la desvergüenza discursiva, es el acto mismo del engaño o la estafa permanente a todos, ese apostolado de la ética y honestidad que se derrumba en cada esquina y en cada palabra que espetan para defenderse. El problema no es la corrupción, lo grave del problema es la impunidad.
El significado histórico de los hechos políticos relevantes se los pueden tomar desde su origen y su desarrollo, así es esclarecido, por lo que sucede posteriormente, desde la perspectiva de las generaciones siguientes a las que los protagonizaron. Por eso un mismo hecho político puede contener distintos matices de significaciones al ser reconstruido dentro de diferentes marcos de referencia, pues tales narraciones reconstructivas lo asocian con los sucesos posteriores al mismo. Y esa reinterpretación, desde un nuevo horizonte de sentido, tendrá una gravitación decididamente sobre el comportamiento político de una sociedad.
Fernando Niembro no renuncio a su candidatura en primer término a Diputado Nacional por el PRO en la Provincia de Buenos Aires por un acto de ética, lo hizo porque los medios masivos de comunicación lo destrozaron y prácticamente lo empujaron a eso, todo el tiempo sostuvo el periodista deportivo en los medios donde se expreso que no iba a renunciar, fue la apabullante difusión de su “tema” lo que provocó su retiro.
Todo aquello con lo que nos encontramos aparece dentro de un contexto de significado, que es relevante a nuestra acción y al que podemos acceder sin dificultades, pero en el reino del dejar hacer, dejar pasar convierte cualquier acto particular reprochable en algo culturalmente aceptado como los negocios entre amigos con los fondos públicos.
En el lenguaje no verbal un eslogan puede hacer significativamente mucho más que una voz, con el logo CAMBIEMOS que forman parte algunos partidos políticos que postulan a candidato presidencial a Mauricio Macri se abre una puerta a un abismo entre lo que se quiere transmitir y lo que se hace a escondidas. Para Gadamer los individuos se socializan por medio del lenguaje, su comprensión del mundo esta forzosamente imbricada con su interpretación, pero esta interpretación nos es ingenua. Quien interpreta no se acerca a aquello que interpreta desde la nada, todo lo contrario, lleva para sí el horizonte de expectativas que caracteriza a su mundo. De allí que su interpretación sea hecha desde la perspectiva que le da ese horizonte de sentido, desde un pre-enjuiciamiento.
Al sistema político le llegan inputs, como demandas y apoyos, las demandas provenientes del ambiente social están basadas en las necesidades que se originan en la opinión pública, expectativas de vida, motivaciones ideológicas, intereses, etc. Convertidas las necesidades en demandas expresas, estas se trasladan del ambiente social al sistema político, responsable de la agregación y articulación de esas demandas. Son las funciones que cumple la black box, que actúa como el filtro del sistema, a través de mecanismos de reducción y selección de demandas. Lo que queremos decir con esto es que la lucha contra la corrupción no es una demanda consolidada en la sociedad argentina, no hay un claro direccionamiento para intentar disminuirla, el combate contra los delitos que emprenden los iluminados que manejan los hilos del poder político no es prioritario para la sociedad y mucho menos para el poder judicial que suele ser el cómplice que le brinda impunidad, de hecho la historia de la corrupción así lo demuestra, sintéticamente: la explosión de Rio Tercero, venta de armas a Ecuador y Croacia, María Julia Alsogaray, las coimas del Senado, Antonini Wilson, Caso Skanska, los Cirigliano, el caso Jaime, Amado Boudou y el caso Ciccone, Lázaro Báez y el mega lavado, las casas de Bonafini y Schoklender, la bolsa de dólares en el baño de Felisa Miceli, Fernando Niembro.etc., etc.
Por Carlos Coria García.
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