8 de septiembre de 2015

Un antes y un después en Santa Lucía

La gestión de José “Tata” Sananez consolida el surco de una impronta que da que hablar en Santa Lucia y alrededores. Ni que decir sí antes de fin de año se da punto de partida a los 4500 metros de pavimento articulado, se entusiasman desde la municipalidad. El jefe comunal sin embargo quién acusa más años de los que posee, tiene consigo otras preocupaciones, es de los que creen que la política tiene que cambiar las capas profundas de una comunidad, su estatus quo, y pensar y sentir de tal manera no le esta “saliendo gratis”. Padeció, aún antes de asumir la indignidad de haber sido golpeado y pateado por el ex intendente, actual diputado provincial, en las puertas del concejo deliberante, presentemente es objeto de una campaña periodística y comunicacional, de baja estofa y difamatoria, que se inmiscuye en lo más impensado, de un intendente, que desde que asumió ha dejado de tener, entre otras cosas, el derecho a su intimidad.

Apostando a la transformación del pueblo en Ciudad, para lo cual será clave el concretar el proyecto de dotar de casi 5 kilómetros de pavimento, en un acuerdo con el Ministerio de Planificación Federal, como así también a la planta de tratamiento de residuos y el blindaje energético que absorberá toda la demanda tanto ciudadana como productiva que hace tiempo reclama Santa Lucía para su despegue definitivo, la comuna se apresta para una nueva edición de su fiesta clave. 

Se trata de la XXI Fiesta Nacional de la Horticultura que se llevara a cabo el 1, 2, 3 y 4 de Octubre del corriente año, enmarcada  en los 400 años de Santa Lucia, conmemoración significativa ya que en  ella se gratifica a los pequeños y grandes  productores de la ciudad, esta fiesta se realizara en un predio perteneciente a la Gendarmería, y tal como en todas las ediciones, se colma de gente que se acerca a disfrutar de la grilla de artistas, que este año tendrá al grupo Miranda entre los más renombrados.

Sananez, no sólo es gestión, es de los que creen que a esta le subyace una cuestión política de fondo, y por tanto, y tras haber logrado, dentro del espacio peronista, prevalecer ante una dirigencia “histórica”, sabe que no puede dejar sus movimientos políticos supeditados a la inercia de la dirigencia capitalina. Sin que muchos lo supieran, logro tejer una relación con el ministro de Seguridad Bonaerense, Alejandro Granados, y uno de los hombres de mayor confianza del Presidenciable Daniel Scioli, a tal punto que sería más que factible la llegada del hombre de Ezeiza a la Ciudad de Goya, por iniciativa política de Sananez en el mes de septiembre.

Uno de los aspectos más profundos a modificar en Santa Lucía, y el desafío que tal vez ni varios períodos del “Tata” lo logren, es cambiar algunas pautas culturales que llevan atrás a la Ciudad, que la inflan de conflictividades menores, de cuitas puebleriles, de datos insignificantes acerca de sábanas, copas y elementos intranscendentes que no hacen al progreso de un pueblo, pero que sin embargo pueblan, las esquinas y el éter de ciertos programas de radio, percudiendo el aire fresco que deberían fomentar en bien de su propia comunidad.

El “Tata” no la tiene fácil, medirá su relación con la ciudadanía este próximo octubre, cuando se renueven 4 concejales, de los que aspira a quedarse con dos, posiblemente tres. Cómo siempre la última palabra la tiene el pueblo, ese pueblo del que no hasta hace mucho, era parte el Tata, lugar de pertenencia que sí el Intendente no olvida ni traiciona, difícilmente tenga el rechazo o la indiferencia de la gente, por más rumores, crudos y recalcitrantes que se echen a andar en las esquinas calmas de un pueblo que quiere pasar a ser Ciudad.

 

  


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