27 de julio de 2015

Ailín Aimara al margen de lo humano.

Ricardo Forster, el Secretario de Coordinación Estratégica del Pensamiento Nacional que todavía no se sabe a ciencia cierta que es, sostiene el intelectual de “carta abierta” que habría que movilizar una “nueva independencia”, paralelamente a la del 9 de julio de 1816, cree el funcionaria que esa nuevo grito de libertad fue el del 25 de mayo del 2003, el día que Néstor Kirchner asumió como Presidente de la Nación. No se comprende a que independencia ser refiere, pues Argentina sigue dependiendo del mundo entero para sobrevivir. Por Carlos Coria García.

  

La Asamblea del Año XIII, también conocida como la Asamblea General Constituyente y Soberana del Año 1813, como acto heroico y emancipador de las potencias extranjeras todavía hoy no puede hacerse realidad.

Lo que intento la Asamblea del Año XIII (López Rosas:2002) termina con las siguientes instrucciones entre otras: a) dictó la libertad de vientres de las esclavas b) puso fin al tráfico de esclavos, c) eliminó los mayorazgos, d) suprimió los títulos de nobleza, e) derogó el servicio personal de los indios: la encomienda, la mita y el yanaconazgo, f) libró a los indios de la obligación de pagar el tributo, g) abolió la Inquisición.

De todo esto a la luz de los acontecimientos que no proporciona la realidad se puede decir que es puro verso de historia, los talleres clandestinos de cama caliente en Capital Federal donde mueren calcinados pibes, los campos donde hay seres humanos explotados de sol a sol  por migajas, la precarización laboral que azota al país de lado a lado entre otras cosas, demuestra el fracaso rotundo de la Asamblea del Año XIII. Al decir verdad a muchos la Asamblea del Año XII paso y siquiera les toco el timbre.

 

La pobreza no es un mal ni una condición, sino un fracaso estructural del Estado como medio de realización de lo político. El sistema de la eticidad. Georg W. F. Hegel.

Lo interesante de no perder nunca la capacidad de asombro es que un día te podes encontrar con una situación que invita a una sublevación  lisa y llana, sin medias tintas.

Vamos a ponerle nombre, vamos a darle entidad, vamos a construir un hecho histórico desde hoy, todos aquellos que por las venas le corre sangre y todavía son humanos. El rumbo de la historia de esta tierra tiene que cambiar cuando conozcan a Ai­lín Ai­ma­ra.

Es una niña de apenas 10 años, padece labio leporino en estado crítico, vive en la más extrema pobreza material y espiritual al que una persona puede llegar, con una década caminado en este mundo no tiene DNI, no tiene identidad para el sistema, es un sin nombre, un muerto civil, una víctima más del “contrato social”, sin identidad la escuela para ella es un sueño, su madre es analfabeta, duermen hacinados los 6 hermanos en un pozo de mugre a 20 cuadras de la casa de gobierno provincial, pero claro, los funcionarios tienen autos de alta gama, se les paga un chofer, residencia y viáticos. ¿Hasta dónde se piensa llegar? ¿Cuál es el punto final para esto? Corrientes es un ghetto de marginados, olvidados, sumidos en la más extrema miseria.

No queda otra cosa que pensar que los correntinos estamos construyendo una sociedad perdida, donde no se reflexiona sobre la realidad que nos rodea, ignoramos a propósito la desgraciada permanencia de hermanos, pero un día puede que le toque al que hoy mira para otro lado y ahí, en ese preciso momento sentirá el ardor más grande sus vida cuando el hambre estruje sus tripas.

La dignidad de los seres humanos tiene que ser defendida de alguna forma, incluso con el plomo cuando  el extremo no tiene fin, cuando todavía podemos asombrarnos, creer que hemos visto todo pero nos garrotea la realidad cuando Ai­lín Ai­ma­ra llega a nuestras vidas.

La politiquería no aparece, no les interesa que seres humanos vivan de forma inhumana pues la inseguridad de muchos es la seguridad de algunos, cuanto más niños y familias en esta situación existan más tiempo tendrán gozando las mieles del poder.

 

Todo aquel correntino que quiera colaborar que lo haga co­mu­ni­cán­do­se a los ce­lu­la­res: 154907098-­154450965 o al te­lé­fo­no 379-­4450965.

 

 


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