16 de marzo de 2015

El Doctor nacional y popular

Antonio tiene más labia que conocimiento, más horas de televisión que de consultorio, muchas más de café que de oficina, Antonio cobra del estado, cómo 5 asignaciones juntas y sus hijos hace rato que se dieron las vacunas, Antonio viaja a Europa, regularmente, le cuesta conseguir estacionamiento en el centro, y defiende prosaicamente, el transporte público y el cepo cambiario. Antonio es de una familia patricia, hablarle de Amado es como tocarle a la madre, que por cierto, junto a su padre, es la gran hacedora de que viva del habla, holgadamente, Antonio no es Antonio, pues no usa su segundo nombre, pero tampoco importa sí en verdad existe, pues es un símbolo de la composición de una provincia y de un espacio político nacional, que votará en las PASO por el de Chivilcoy, pero que en la primera vuelta lo hará por Macri, porque se creen y sienten dueños de la palabra, un distrito en donde paradójicamente no quieren dar batalla.

Vivir de los padres no debería ser pecaminoso, pero por ciertas razones que trataremos de develar, quiénes así transitan esta existencia, se niegan a exhibirlo, se ofuscan cuando se les recuerda esta peculiaridad, y ni que decir cuando, envalentonados en el discurso o en el relato se los conmina a compartir, a distribuir esa riqueza que ni siquiera les ha costado transpiración y esfuerzo, pero que se constituye en la piedra en donde sostienen su discurso político o de politiquería.

La impostura de su estructura psíquica los transforma en “borders”, en fronterizos, como evaden aquella situación en la que las vida los ha sentenciado, ser hijos de, construyen sus razones de existencia a partir de esa falsedad, de esa hipocresía. No han elegido ni siquiera la profesión que dicen ejercer, tan solo la tienen, colgada en la casa paterna, pues el título universitario lo alumbraron para saciar otro de los tantos deseos que no le pertenecen. No pudieron enfrentarse a los mandatos, y por ello, conciben a la sociedad desde un lugar, desde un atalaya de mandantes, pues creen que sus riquezas heredadas les son propias, cuando en verdad ni siquiera sus decisiones más ordinarias pueden manejar sin la ayuda del prozac o el lorazepam. Esta posición culposa ante la sociedad, la de no trabajar, o jugar a que trabajan, la de cobrar del estado o ser prestatarios, cuando bien podría el estado alumbrar a quienes si lo necesitan, los ha llevado, los migro a este apoyo férreo del Progresismo de Puerto Madero, que tanto extasía a las clases acomodadas que ahora, encontraron la continuidad perfecta con el macrismo.

Estos tipos van a seguir cobrando en el próximo gobierno amarillo, por “primus interpares” sus mujeres, hermanos, primos y hasta amantes, pertenecen a esa elite y tendrán o mantendrán sus conchabos con el estado, y además tendrán el lujo de decirse democráticos y combatientes, como se harán cargo de la oposición, el doble juego, la doble moral, les pondrá la frutilla a la torta, como los pibes que blandiendo el apellido del odontólogo, serán los primeros y más satisfechos de empezar a horadar el poder, una vez constituido, desde sus trincheras estatales.

Nada de esto ocurriría si ganaran Scioli o Massa, de allí que no caben dudas de que hayan hecho mucho y harán aún más (al punto del voto) para que gane el ex Presidente de Boca, la lectura subliminal es que en verdad pertenecen a la misma clase privilegiada.

Como nuestro amigo el Doctor, que también se le anima a la intelectualidad, cayendo en la soberbia de los que no lo son, se considera inteligente (los que sí lo son, saben que la inteligencia más que un tributo es una carga, que más que una bendición es una maldición y que quién tiene la desgracia de poseerla, jamás podría hacer alarde de que habite en su ser) acaba ante los barbados que organizaron un foro de la emancipación, prometiendo no sólo la visita de quiénes no vinieron, sino además, siquiera convocando, a los representantes máximos del movimiento que más tiene que ver con esto mismo o al menos que desde la semántica tendría que ver, hablamos de los hacedores de la filosofía de la liberación, argentinos naturalizados mexicanos, rectores de universidades, celebridades del pensar, que llegaron hasta Chavéz, con sus coincidencias y desaveniencias, pero que nunca tolerarían esta dependencia que esta carta abierta, posee, claudicantemente en relación a Europa. La liberación del pensar latinoamericano, debe salirse de los patrones europeos, de esa colonización (¿cómo podríamos desconolizarnos de Estados Unidos, si aún no lo hemos hecho de la Europa conquistadora?) y después recién todo lo otro.

Pero estos son impostores, no son auténticos, son los despilfarradores de fortunas que habrá que ver además como fueron obtenidas, pero nunca se le animaron a sus padres, ni a sus abuelos, eso es todo el conflicto existencial y psicológico que poseen. De allí que nos inundan, con sus imposturas en la sociedad, de allí que el artilugio de sus mentiras tambalea, cuando se los invita al debate, al cruce de ideas, como no están con papa, mama, o con la figuras que ofician de tal (el estado, la autoridad) huyen como las ratas, bajan la cabeza, se escapan, disfrutan culposos de sus riquezas materiales y del gobierno que se las aumenta, y como no es moderno ir a misa, ni declararse cristianos, por esas veleidades intelectuales que poseen (en verdad construyen esta ficción como para justificar que no trabajan ocho horas diarias), se dicen progresistas, nacionales y populares, ahora en el oficialismo, mañana en la oposición, ellos son el poder concentrado, la corpo, ellos mismos como no son libres, y por temor a la libertad, se quedaron atorados en el cordón umbilical de sus progenitores, nos quieren así, presos, quietos, inmóviles, mudos.

No es nada personal doctor, es más si lo piensa bien, le estoy haciendo un favor, todavía está a tiempo de desatarse, de ser libre, quédese tranquilo, no le voy a cobrar la consulta, a mí la plata, por más que la necesite, no me puede, no me determina. Saludos a la familia.

 

 

 


Comentarios »
Aun no hay comentarios, sé el primero en escribir uno!
Escribir un comentario »