Los personalismos en la política y el fútbol, los casos Colombi y Messi
Con el afán de asociar aspectos de la realidad que se dieron casi sucintamente, que otra cosa es sí no “el significante”, horas después que el jugador catalán, arropado en la blanquiceleste porque el destino, del cual ningún mortal puede evitar, decidió que naciera en la cuna de la bandera, acumulara otro fracaso deportivo, el gobernador de la provincia de Corrientes, lugar que probablemente el jugador de fútbol no conozca, apenas sí haya escuchado nombrar, sumaba otro triunfo, épico y categórico, riéndose, con la mayor de las soberbias que es la humidad, de sus vencidos, a quiénes los sentenció nuevamente, a colgarse detrás, ahora de un pantalón nacional, esconderse en otra camiseta, para decirlo para la tribuna.
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