De las oposiciones políticas o del principal problema de las democracias actuales.
Ni el objeto de la democracia (en la teoría clásica el gobierno del pueblo a lo que deberíamos llegar: el gobierno del pueblo que más necesite ser gobernado, entendiendo la no tutela de un gobierno como la máxima aspiración de un individuo o ciudadano) es decir la constitución de su nuevo sujeto histórico; el pobre o marginal, ni el diagnóstico que hacemos o venimos realizando acerca de sus falencias (sobre todo desde los que están administrando el poder o forman parte de alguno de los mismos) son siquiera correctas o correspondientes. La oposición política, en cualquier distrito del mundo en donde se lleven a cabo prácticas democráticas, es parte del poder político, independientemente del grado de formalidad jurídica que posea o revista, lo cierto es que el ejercicio político de la oposición, por una falla en el sistema democrático que en esta oportunidad intentaremos saldar, se constituye a los únicos efectos de alcanzar el poder, de desplazar al oficialismo al que pretende destronar. Esta circunstancia no deseada, de estar en condición opositora, obtura, ocluye, distorsiona, el verdadero ejercicio de una parte del poder constitutivo; es decir, debemos consagrar a la oposición como un ejercicio, indispensable, funcional y deseable, por ende condicionado a la cuestión democrática. Para esto mismo, dispusimos que las reelecciones a los ejecutivos no se prohíban a individuos o ciudadanos que hayan ejercido el poder las veces que fueren, sino que el impedimento de continuar por más de un período o máximo dos, sea para el partido mismo que haya accedido a tal condición, para que luego tenga, su tarea, democrática y correspondiente de fungir como oposición política, en condición de tal y no desde la trinchera de estar expectante a los errores o incluso provocarlos o agigantarlos para suplir al oficialismo al que pretende desplazar o reemplazar, como todas las experiencias democráticas, hasta entonces y sin esta perspectiva aquí brindada, se han sucedido desde los tiempos democráticos a la actualidad.
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