Viernes 29 de Marzo de 2024

Hoy es Viernes 29 de Marzo de 2024 y son las 04:31 - Traducen al francés texto de filosofía del derecho del correntino Francisco Tomás González Cabañas. / Terrile: "Hoy más que nunca ratificamos la realización de los Juegos Correntinos como política de Estado" / El concepto de la idoneidad y su significado en el ámbito del poder judicial. / Prueba / "Ensayo: El lobo de Gubbio o la bestia mística". / "Ensayo: El lobo de Gubbio o la bestia mística". / San Martín se hizo fuerte de local y le ganó el segundo clásico al Regatas / Orinados por Milei, preocupados por la boleta. / Inicia sus actividades el Observatorio del Poder Judicial en Corrientes. / Contundente respaldo al Paro y Movilización del 24 de enero. / Importante Reunión Peronista en la Ciudad de Buenos Aires / Dinámica imparable en Yacyretá / Inquietud ante el poder judicial por la imposibilidad que descansen en paz los restos de un legislador nacional correntino. / ¿Qué tenemos para celebrar en un nuevo día mundial de la filosofía? / Colegio de abogados. / "La transparencia en la justicia" / Los que se consideran líderes juegan a lo Poncio Pilato. / IMPORTANTE DECLARACIÓN DE DIRIGENTES PERONISTAS EN APOYO A MASSA / Patricio Maggio publica un importante libro sobre el peronismo / ¿Qué votamos el 19 de noviembre? /

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A propósito del Dengue.

Sí desde aquella primera vez, que al humano se le ocurrió pensar que existiría una suerte de avance o progreso de su prole, mediante la tecnificación de los saberes, y le hubiesen profetizado que en pleno siglo XXI comunidades enteras, permaneceríamos en vilo por un virus, cuyo vector es un mosquito, automáticamente hubiera renunciado a tal hipótesis. El problema de aquel pretencioso, ya no es tal, sino es un problema de todos lo que habitamos estas vastas zonas, en donde el estado ha sido usado para las prebendas y prerrogativas de los que detentan poder, en detrimento de políticas que prevengan este tipo de situaciones, situación que agrava el cuadro ante las adversidades que naturalmente debemos sortear como humanos arrojados a un mundo complejo del cuál solo somos una parte. Sin embargo, el virus, como lo es la falla en un sistema estandarizado de computadoras en red, como nos ha demostrado Hollywood con sus películas, es una anormalidad, es un evento no previsto o no deseado, la noción de lo virosico, como aquello que escapa a la media, al hastío a lo monótono, es una forma de salvarnos de los términos inhumanos en los cuáles somos sometidos quiénes se nos exige obedecer, obcecar y no preguntar, cuestionar o pensar como el poder, o en su deseoso reinado donde nada se piensa, y todo lo que se dice es a partir de ese no pensamiento. El virus, como el Dengue, se transforma en un arma, de todo un ecosistema, que se defiende de su hostigador.

La carpeta de nombres en Punta del Este.

Tal parece ser la cuestión de momento en el círculo rojo, sobre todo en el oficialismo provincial, que ahora cuajo también botín nacional. No bastan casi dos décadas en el poder, siempre la ambición desmedida y la lógica de mantener solo a flote a los que sirven (sí usted se toma el trabajo, bah, ya lo sabra, que los verdaderos “hacedores” de los políticos vernáculos notables, son tipos que nunca cobraran bien o merecidamente, les pisotean la autoestima y son los verdaderos cerebros de quienes posan para la foto y se llenan la Banelco) descubrirá que una tía lejana, cuando no el primo con el problema de salud, necesita del conchabo estatal. El exordio, el pedido, la solicitud, en verdad la clemencia, el grito desesperado de gran parte de la clase política que aguarda de los popes ratificados o ungidos tras las elecciones nacionales, la decisión que convierta a alguno de sus postulados en el selecto grupo del funcionariado, que además de sueldo jugoso, brinda en nuestro sistema político, la consideración mediática (es decir que existas para el ámbito de la comunicación), el pago por parte del estado de nafta, oficina, celular, gastos de representación, viajes, es decir el arropamiento, la investidura de quién está un paso delante. Parámetros o referencias (no hablamos de concursos públicos ni mucho menos) para ser designado, ni lo sueñe, en el mejor de los casos, que en la lejana, en todo sentido, Punta del Este, en un mediodía en el frío mar, o comiendo algo sobre la selecta Gorlero, el gran Ricardo, por la perinola de su discrecionalidad, subraye el nombre del tocado por la vara mágica y así le llegue (seguramente vía correo electrónico, enviado por su hijo o funcionario) al Presidente y este lo convierta en funcionario nacional.

La democracia agonizante.

Esto parece estar sucediendo, el languidecimiento, la letanía, la podredumbre de lo democrático, de acuerdo a síntomas evidenciados en varios de los órdenes en los que nos vemos sorprendidos por la realidad. A nivel internacional, migrantes que se imponen en la fáctica más contundente de cruzar, cuál émulos bíblicos y próceres históricos, montañas y mares, a costa de la muerte de niños, mujeres, ancianos y enfermos, para simplemente tener la posibilidad de subsistir, pero en esa esperanza, casi espiritual, inercial del ser humano, en esa pulsión de vida instintiva, están logrando hacer carne aquel apotegma, Nietzscheano “de lo que no te mata, te fortalece” y más temprano que tarde, serán quiénes manden en los órdenes internacionales, es que nadie aún ha reparado, que ya lograron que las guerras que los azotan, en aquellos terrenos hostiles y lejanos de los que huyen, se disputen ahora en el centro de la comunidad económica europea, y eso, es un triunfo inusitado, un cambio de paradigma, que es sólo un comienzo. Lo venimos sosteniendo desde hace años, la democracia tal como la entendemos, será modificada, por estas generaciones de víctimas de la misma, a las que aún no le han resuelto ningún problema fundamental, tal como se la impusieron bajo promesa. La alborada de que los ricos se hagan cargo del problema de la pobreza, nunca ha sido una cuestión de lástima o de sensibilidad, es una cuestión neta y nata de poder, de poder real, de poder político, que empieza a evidenciarse intempestivamente, tras años de agazapamiento. La cuestión no pasa por cuantas veces se tenga que votar, ni siquiera a quién. El tema pasa, por sí elegimos a quiénes de verdad nos representarán. Para ponerlo en términos del presente artículo, no se trata de sí hemos matado o están matando a la democracia, el problema es que se está muriendo.