Desterrar el principio ficticio y perverso de “Una persona, un voto” es lo que propone el Voto compensatorio
En tiempos de las llamadas democracias inacabadas, líquidas y demás epítetos elucubrados por las luminarias, académica y editorialmente bendecidas, la única salida válida para reconstituir el contrato social, que subyace como sostén a nuestra institucionalidad representativa, es el de reconsiderar ese principio ramplón y tramposo, que nos hizo creer durante mucho tiempo que lo real es sinónimo de lo expectante, la unificación maléfica entre acto y potencia, debe ser escindida, para que tengamos normativamente, una sociedad en donde el ciudadano valga numéricamente en voto, de acuerdo a cuanto le debe ese estado tutelar, es decir sí el mismo ha estado para brindar, educación, salud, trabajo y seguridad, no puede representar en cantidad lo mismo para aquellos, al que ese mismo estado, ha permanecido ausente, generándoles todo tipo de inconvenientes, que naturalmente, repercuten también en un tejido social e institucional que nos proponemos reconstruir, mediante esta nueva consideración filosófica-política-jurídica.
Seguinos
3794399959