La fenomenal trampa que le están tendiendo a Camau.
El gobernador destituido, ahora senador Nacional, antes y luego de su destitución, diputado provincial, vicegobernador, casi intendente de la capital y ministro de seguridad, Pedro Braillard Poccard, cree que la razón de su destitución fue “generacional” que hasta sus propios correligionarios, no soportaban que los destinos de una Provincia de raigambre conservadora, fuera administrada por alguien menor de 50 años, fuera este quién fuese. Esta lección, no asimilada, se suma, a la que le corresponde al peronismo en su conjunto, que dilapido a un cuadro como Alberto Di Filippo, sometiéndolo en los `90 a tres elecciones consecutivas que lo arrastraron a la extinción política. Arrecian, tanto los vivos (los que colgados del saco del deportista, ya dejaron la purpurina del carnaval para asentar sus posaderas en las jugosas bancas y pretenden seguir en las mismas, como otros que quieren dar este salto) y los idiotas útiles, que cegados por el anti-ricardismo (en este caso, como fue el anti-tatismo y el anti-peronismo) le incendian la cabeza, con cantos de sirena, al ex motonauta, acendrando la expectativa en encuestitas (ni siquiera las señoras encuestas podrían ser tomadas por variantes serias) de mala muerte, que le indicarían un supuesto triunfo seguro, que en el mejor de los casos, le haría manejar la provincia por el período corto de dos años.
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